'Forever young'

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El alquiler de un piso lleva casi el sueldo entero de muchos trabajadores.

Leemos en el AHORA que “un joven de entre 16 y 29 años que quiera emanciparse en solitario debería dedicar hoy en día el 92,1% de su salario, tal y como se desprende del Balance General del Observatorio de Emancipación Juvenil correspondiente al segundo semestre de este 2023”. El otro día, Pol Guasch escribía en este diario que él es “de Barcelona”, pero que a estas alturas no sabe si el próximo año vivirá en la ciudad.

Me sorprende el segmento de edad. Entre 16 y 29. Un joven de 16 años, menor de edad, justamente porque está, todavía, formándose, quizás todavía no se emancipará y si se va a estudiar fuera, quizás los padres se hagan cargo, si pueden. Quién sabe si a los 25 ya ha terminado los estudios e intenta buscar trabajo de profesor, de sumiller, de periodista, de payés, de cocinero, de taxista. Cuando tenga 30, pasados ​​esos 29 que le hacían ser joven, ¿qué habrá cambiado? ¿Ya no será ese inquilino o hipotecado que dedica el 92,1% de su sueldo al techo? ¿Y cuando tenga 40? 50? ¿Que no tendrá que dedicar el mismo porcentaje a la vivienda (y perdón por la delicada rima)?

Claro que si vive en pareja o con alguien podrá compartir estos gastos. Pero tendrá otros. Los hay, como internet en casa y varios terminales telefónicos, que no se podrá ahorrar si quiere corregir trabajos o enviar facturas. Si el profesional es autónomo pagará una cuota que al menos serán 300 euros. Y la luz, el agua, la gasolina o el transporte.

Pero es que el exjoven, llegará un momento que se jubilará. Antes, quizás sí había quien se compraba el piso a los 20, con la ayuda de los padres, y lo acababa de pagar a los 50. Pero ahora, todo el mundo tiene hipotecas más allá de la jubilación. Y como los exjóvenes habrán pagado siempre tanta hipoteca, no habrán podido hacer esto de los planes de pensiones o aumentar la cuota de autónomos. Cuando se jubilen tendrán una pensión mileurista con suerte.

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