Cuando pensamos en revistas científicas, normalmente nos viene a la cabeza una imagen seria, llena de estudios rigurosos y terminología compleja. Pero hay excepciones que rompen esta norma, y una de las más destacadas es la edición navideña de The BMJ o British Medical Journal, una de las publicaciones médicas más prestigiosas del mundo.
Desde 1982, The BMJ publica cada Navidad una edición especial que se ha convertido en todo un fenómeno en la comunidad científica. Uno de sus artículos más hilarantes y memorables, para mí, es uno del 2006 de los autores catalanes Antoni Trilla, Marta Aymerich (no yo, ya me hubiera gustado), Antonio M. Lacy y Maria J. Bertran, que resuelve uno de los grandes debates de la medicina: ¿son más guapos los cirujanos, los médicos o los actores que encarnan a doctores? La respuesta, según el estudio comparativo, es clara: ¡los cirujanos se llevan la palma de la belleza!
Las posibles razones que los autores aducen es que los cirujanos pasan mucho tiempo en los quirófanos, espacios más limpios y frescos, con una concentración de oxígeno superior a la de la consulta médica habitual. Además, las mascarillas que llevan protegen sus caras de los "microtraumatismos" faciales. Una explicación que hace sonreír, pero que mantiene la apariencia de rigor científico.
Otro ejemplo es un artículo de este año, precisamente glosado por Jordi Basté, que analiza las enfermedades a las que se exponen las princesas Disney. Por un lado, Blancaneu se expone a la depresión derivada de su aislamiento social; por otro, la Bella Durmiente, como duerme demasiado, tiene riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares u obesidad; y el problema de Jasmina es su tigre, que es una fuente de infecciones. Otro artículo, del 2022, compara la vida de los médicos reales con los del videojuego Sims 4, llegando a la conclusión de que tanto unos como otros tienen problemas para mantener el equilibrio entre la vida personal y profesional. Uno de los artículos más comentados es de 2017, que se pregunta si la popular serie infantil Peppa Pig promueve un uso inadecuado de los recursos sanitarios de atención primaria. Este tipo de estudios, que pueden parecer banales a primera vista, a menudo esconden reflexiones más profundas sobre la sociedad y el sistema sanitario.
Conseguir publicar en esta edición especial no es fácil. De los cientos de artículos que se reciben cada año, sólo muy pocos logran pasar el filtro de los editores. Y es que, a pesar del tono distendido, los artículos deben mantener los estándares de calidad y pasar por la misma revisión por pares que cualquier otra publicación científica.
Porque, al fin y al cabo, la ciencia no está reñida con el humor. De hecho, como demuestra año tras año esta peculiar edición del BMJ, suele ser más bien todo lo contrario. Quizás este es el secreto del éxito de la edición navideña de The BMJ: la capacidad de combinar el rigor científico con una sonrisa, demostrando que se puede hacer ciencia seria sin perder el sentido del humor. Una lección que, seguramente, podríamos aplicar en otros muchos ámbitos de la vida.