¿Quién no teme a la religión de los demás?


Cuando Sílvia Orriols llegó a alcalde de Ripoll, la oposición (Juntos, PSC y Esquerra) no fueron capaces de ponerse de acuerdo para descabalgarla. Ayer (como si hubiera ocurrido algo nuevo) los tres partidos nos anunciaron que finalmente lo harían. Sin embargo, hoy Junts se echa atrás, en una serie trepidante, alocada, para adultos. Leíamos en el ARA que varios políticos de Junts lo justificaban diciendo que esto "convertiría a Sílvia Orriols en «víctima»"; y que, liberada de la alcaldía, podría "pasearse por Catalunya haciendo campaña". Una vez más, los políticos "buenos" dando lecciones de suficiencia moral y menospreciando a los rivales. "¿Pasearse?", "¿hacerse la víctima?"
Que haya "extrema derecha catalana" es un contrasentido por razones de estado. Cuando Vox (dice que) quiere expulsar a inmigrantes con la coartada de la delincuencia, se entiende que les "expulsaría" de España. ¿De dónde les expulsaría Sílvia Orriols? De la nación catalana no puede, porque políticamente no existe. El marco mental sería la nación española, a menos que hiciera como García Albiol, que, cuando decía "Limpiando Badalona" yo entiendo que quería barrer el rellano y sacudir al recogedor al vecino de enfrente cuando no lo viera.
Como ya nos pasaba en épocas de George Bush (era tan dulce y te hacía sentir tan superior criticarle…) nos erizamos siempre cuando decimos "cordón sanitario". No queremos ver, en realidad, que el ofrecido principal de estos partidos, pack de papel compostable que usted no puede dejar de coger del estante de la derecha extrema del súper, aunque no lo necesites, es un producto nuevo y brillante! Se llama "reacción contundente a las costumbres y acciones motivadas por la religión de las de fuera". Y esta oferta se la toman de las manos, porque hasta ahora, en la balda izquierda y en la central del súper, los únicos productos que ha habido eran cajas de velos islámicos envueltas con el siempre efectivo lacito del feminismo y el empoderamiento, paquetes de comprensión y empatía hacia las esposas con burka. El comprador va con el carro y no quiere cenar xenofobia nostrada, pero peleringa neokumba aún menos.