Este miércoles por la mañana, de camino al diario, me he encontrado un árbol caído en la plaza Universidad de Barcelona, justo a la salida de una de las bocas del metro. Ocupaba parte de la calzada, la mañana era ventosa, no había ninguna brigada retirando y he colgado tres fotografías en X como aviso a la autoridad competente y como información de servicio. Un programa de RTVE y la producción de Informativos de TV3 me han pedido autorización para utilizar las fotos.
Pero he recibido algunas respuestas inesperadas. Por ejemplo: "Si cae un árbol en Nou Barris y no hay nadie del centro para verlo, ¿ha caído un árbol?" Ya veo por dónde va, amigo comunicando, usted se está quejando de que sólo hablamos del centro de la ciudad en detrimento de los barrios. Tiene razón, pero el autor de la foto no podía estar en dos lugares a la vez, y trabaja en el Raval.
Otro afilaba más la herramienta: “Si la alcaldesa fuera Ada Colau, todo el mundo le estaría culpando a ella”. Cuánta razón, amigo progresista. Ya lo decían unas camisetas de los comunes en la última campaña: “La culpa de todo la tiene Yoko Ono”, con el nombre tachado y debajo del de Ada Colau. No ha sido el único en recordar que hay personajes públicos que siempre reciben, porque otro ha contestado: "#laportadimissió".
Dos se jodían: “¡Ha caído un árbol en Barcelona!!” (¿cómo querer decir, dónde está la noticia?); a otro le parecía que no había para tanto: “¡Uy sí, ha caído un árbol!!”, y un tercero escribía “Aturem Catalunya! Árbol caído en Barcelona”, que sería la misma crítica que la del amigo de Nou Barris pero como denuncia del centralismo barcelonés a nivel nacional. Y finalmente, una voz profunda advertía: "Y muchas más cosas, caerán". Este señor acabará teniendo razón, porque los pesimistas suelen acertar bastante.
Es verdad que los días de fuerte viento aumenta la susceptibilidad general, incluso en las siempre susceptibles redes.