Complead la frase del título. Bueno, tal vez no lo queréis hacer ahora. Pues no os preocupéis, ya os propongo ideas para completarla. Para ello sacaré los datos de dos estudios científicos realizados en Canadá y Suecia publicados recientemente en la revista JAMA Surgery.
Si quien te opera es una mujer, hay menos probabilidades de sufrir complicaciones en el postoperatorio en comparación con si te interviniera un cirujano hombre.
Os lo propongo porque el estudio canadiense analizó cerca de 1,2 millones de pacientes que se sometieron a 25 intervenciones quirúrgicas comunes entre los años 2007 y 2019. De todas ellas se midieron las complicaciones médicas, las readmisiones en el hospital y las tasas de mortalidad al cabo de tres meses y de un año de la cirugía. Al cabo de 90 días, el 12,5% de los pacientes operados por cirujanas habían tenido alguna complicación en el postoperatorio, frente al casi 14% de los pacientes intervenidos por cirujanos masculinos. Al cabo de 12 meses, las complicaciones fueron del 20,7% en los pacientes tratados por cirujanas y del 25% en aquellos operados por cirujanos hombres.
Si quien te opera es una mujer y te tienen que intervenir de la vesícula biliar, es más probable que la estancia en el hospital sea más corta que si quien te opera es un hombre.
Os propongo completar la frase así porque el estudio sueco examinó a más de 150.000 pacientes que se sometieron a una intervención quirúrgica de la vesícula biliar. Aunque el tiempo medio de las operaciones de las cirujanas fue significativamente más largo que el de sus homólogos masculinos, los pacientes tratados por cirujanas tuvieron menos complicaciones quirúrgicas y unas estancias en el hospital más cortas en comparación con los pacientes intervenidos por cirujanos.
Si quien te opera es una mujer debería parecerte igual de normal que cuando el cirujano es un hombre. Esta es la última propuesta para completar la frase que os hago, pero, de hecho, no es nada normal, porque las especialidades quirúrgicas están masculinizadas en todo el mundo. Es un ejemplo más de la segregación horizontal por género, es decir, que existen determinadas profesiones o especialidades ejercidas mayoritariamente por mujeres y otras con mayoría amplia de hombres. Y es que tradicionalmente se ha asociado la cirugía con los hombres. Recuerdo que siendo estudiante de medicina había oído decir a algunos que una mujer no tiene suficiente resistencia física como para estar tantas horas de pie en un quirófano. He aquí que estos estudios lo desmienten porque son las mujeres las que estadísticamente llevan a cabo intervenciones más largas y, además, con mejores resultados.
Aunque por ahora la investigación no nos permite saber por qué existen estas diferencias de género en los resultados de la cirugía, los investigadores de estos estudios mencionan que podrían ser debidas a las actitudes ante la asunción de riesgos, a la capacidad de colaborar con los demás y a que la toma de decisiones esté centrada en el paciente. Pues venga, los animo a hacer más propuestas para completar la frase del título.