Sigo, este mes de agosto, abordando temas cotidianos y de la vida. La economía y la actualidad volverán en septiembre. Hoy quería hablarles sobre algo de gran utilidad para vivir sufriendo menos.
El dolor es inevitable, pero el sufrimiento sí puede amortiguarse, reducirse e incluso eliminarse. El dolor es físico, pero el sufrimiento es mental. ¿Por qué sufrimos? Más que una lista de temas o asuntos que nos hacen sufrir (dinero, salud, relaciones, amor, situación personal y familiar…), les propongo una óptica temporal. Sufrimos por el pasado y por el futuro.
En cuanto al pasado: sufrimos por los recuerdos, por lo que pasó, por lo que sucedió y queríamos que hubiera sido diferente, por el error cometido, por el disgusto que nos dieron o que dimos, por la condición física o capacidad intelectual que tuvimos y no recuperamos…
En cuanto al futuro: sufrimos por lo que pueda pasar, por si ocurre un accidente, por si el trabajo va mal, por si ese proyecto no consigue el resultado deseado…
Y todo esto, ¿dónde ocurre? Este sufrimiento ocurre en el presente, que, de hecho, es lo único que tenemos, lo único que está pasando. El pasado ya sucedió y no podemos hacer nada por cambiarlo. A lo sumo, podemos reflexionar sobre él y aprender para ser mejores. Pero, ¿tiene sentido sufrir por algo que no podemos modificar? No. No lo tiene. Y en el caso del futuro, sufrimos por algo que no ha sucedido. Puede que suceda, pero puede que no. ¿Tiene sentido sufrir por algo que incluso no ha pasado? ¡Ya lo afrontaremos en caso de que llegue! Pero seguir pasándolo mal… ¿por si acaso? Es como aquella anciana que estaba dormida a mi lado en el avión y yo, que por entonces estaba curando mi miedo a volar, le pregunté cuando se despertó: “¿No tiene miedo en el avión? Y me respondió: "Si no se cae, no".
La respuesta fue genial. Me vino a decir: “Usted sufre por algo que no está pasando y lo más seguro es que no ocurra”.
La mente vive recordando el pasado y proyectando el futuro, y es nuestra mente la que nos hace sufrir. La que nos bloquea, la que nos impide gozar hoy, aquí y ahora del tiempo presente. Presente significa regalo. El ahora es el mayor de los regalos que tenemos. Es el tiempo que nos brinda la vida. ¿Qué sentido tiene estropearlo lamentando lo que pasó o temiendo lo que pueda pasar?
La conciencia es la que vive en el presente. La conciencia no sufre. La conciencia solo es. Aquí es donde está la paz.