El canciller alemán, Olaf Scholz, en el foro de Davos.
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El Foro de Davos arranca esta semana. Ya son varias ediciones desde que, en 1971, se celebró por primera vez. Rebautizado como Foro Económico Mundial, se dejó claro que su principal interés es la economía, así que, como economista, me pregunto: ¿sirve?

En cuanto a la toma de decisiones, ya les digo que es imposible que tenga ninguna utilidad. Si ya resulta difícil tomar una decisión en un consejo de ministros, que no supera la veintena de personas, imaginen ustedes una reunión de 2.800. Incluso ciñéndonos sólo a los que tienen tribuna, sumaríamos a cientos de personas. En Davos no se va a tomar decisiones. Se va, básicamente, a hacer tres cosas. A formar parte de la lista, a salir a los medios ya realizar contactos. La presencia en Davos de un gobernante se da por supuesta. En nuestro caso, no va Pedro Sánchez, sino la persona que ocupa el cargo de presidente del gobierno español, que es Pedro Sánchez. El matiz es importante. El día que deje la presidencia, difícilmente será invitado.

Ser uno de los oradores de Davos permite tener presencia en medios de carácter global. No deja de ser una oportunidad para conseguir un gran impacto mediático y hacer llegar un determinado mensaje al mundo desde un determinado país o institución. Digamos que es el altavoz económico más importante del año.

Por último, sirve para hacer contactos. Ésta sí que es una gran utilidad, pero para los empresarios asistentes, que podrán arrancar unos minutos a otros empresarios o políticos con los que, de otro modo, sería muy difícil encontrarse cara a cara. Se hace a través de los célebres encuentros one to one. Hay varios tipos, entre mandatarios y también con empresarios, los cuales pueden solicitar encontrarse con políticos o con otros empresarios. Estos encuentros son brevísimos, se dispone de apenas unos minutos. De lo que se propone, prepara o acuerda, nada trasciende.

Ésta es la parte más útil de Davos. Es el dating oportunidades internacionales más potente del mundo. Para los asistentes, claro, que son quienes pagan la fiesta. El resto, los ciudadanos normales, sacamos poco, la verdad. Una lista de los temas candentes de la economía, que todos sabemos cuáles son. Pero bueno, no está de más saber qué opinan los grandes líderes mundiales. Aunque después no decidan nada.

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