La nueva legislatura

La abstención de Junts frustra la investidura a la primera de Aragonès

Los diputados de la CUP serán los únicos que se sumarán a los de ERC y hará falta un segundo pleno en los próximos días

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XAVI TEDÓ / ALEIX MOLDES
5 min
Pere Aragonès y Laura Borràs el pasado martes a la conferencia del secretario general de JxCat, Jordi Sànchez.

BarcelonaEl candidato a la presidencia de la Generalitat no saldrá investido a la primera, y esto ya empieza a ser tradición. De los últimos cinco, solo Carles Puigdemont en 2016 lo consiguió, y porque se agotaba aquel mismo día el plazo para repetir elecciones. Esta vez, sin embargo, hay una novedad muy destacada: no es la CUP quien pone pegas al candidato, sino JxCat. El partido que encabeza Carles Puigdemont decidió ayer que se abstendrá en primera vuelta y seguirá negociando con la vista fijada en la segunda votación prevista previsiblemente para el martes. Todavía les quedan “días o semanas” para cerrar un acuerdo de gobierno con ERC y la CUP, como apuntó el martes su secretario general, Jordi Sànchez. Y un fin de semana para encontrarse y reflexionar sobre el enésimo desencuentro dentro del independentismo.

Los republicanos ya habían asumido el fracaso de Aragonès en la primera votación. A pesar de agotarse el tiempo, ayer ni siquiera hubo reunión entre los dos partidos -por la tarde hubo una reunión de la ejecutiva de JxCat para decidir el sentido del voto- y el miércoles sólo se reunieron por la tarde. La portavoz de ERC, Marta Vilalta, no quiso añadir leña al fuego y se limitó a decir, antes de que Junts anunciara el veredicto, que seguirían trabajando para hacer posible el acuerdo. Según ella, ninguno de los puntos en discusión es “insalvable” y el nuevo presidente ya podría haber salido escogido hoy. En declaraciones a Catalunya Ràdio, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, también se mostró convencida que los escollos se podrán superar, empezando por el Consell per la República, que los republicanos han planteado “reformular”.

Ayer por la tarde el presidente del partido, Oriol Junqueras, se reunió telemáticamente desde la prisión con los máximos representantes de las patronales de Foment y Pimec y de los sindicatos UGT y CCOO. Estos últimos hicieron posteriormente un comunicado para mostrar “gran preocupación” por el estado de las negociaciones e instaron a las partes implicadas a llegar “en breve” a un acuerdo para un Govern “estable y efectivo”.

Hace días que desde Esquerra se lamenta la posición que ha adoptado Junts. El partido recuerda que votó a favor de Artur Mas en 2012 y 2015, de Carles Puigdemont en 2016 y de Jordi Turull y Quim Torra en 2018 (también de Jordi Pujol en 1980 y el 1984). Ayer las redes sociales de los republicanos hervían preguntándose qué habría pasado si la situación hubiera sido la contraria y ERC no hubiera investido a un candidato de Junts. Ahora esperan que no se alargue la situación de interinidad en el Govern, que hace seis meses que dura.

La alianza con los cupaires

Enviaron a Mas a la “papelera de la historia”, aceptaron a Puigdemont in extremis, se abstuvieron con Jordi Turull -que acabó en prisión antes de la segunda votación- e hicieron lo mismo unos meses después con Quim Torra. Los cupaires habían sido hasta ahora la piedra en el zapato en las investiduras. Pero ahora esto ha cambiado. La militancia de las once organizaciones que integran la CUP decidió avalar por amplia mayoría el acuerdo con los republicanos y facilitar la investidura de Aragonès, tal como avanzó el ARA. El sí se impuso de manera amplia con 564 votos a favor (59,31%), 367 en contra (38,59%) y 20 en blanco (2,10%). De este modo, los nueve diputados de los anticapitalistas votarán afirmativamente hoy a la investidura de Aragonès.

Pese a esta mayoría favorable al acuerdo, la militancia considera que no es suficiente y reclama, como se refleja en el segundo punto de la votación, que se intente mejorar el pacto en los próximos días aprovechando que JxCat demorará el entendimiento. Si bien un 12,91% de los militantes y simpatizantes que participaron en la votación creen que con el preacuerdo basta, el 85,59% no lo ve así.

Durante la rueda de prensa posterior a la presentación de los resultados, la diputada Eulàlia Reguant lanzó algunas advertencias. La número tres de la candidatura subrayó que el preacuerdo es “un punto de partida que permite avanzar, pero no un punto de llegada”, y subrayó que “no es un acuerdo de gobierno, sino un acuerdo de mínimos para que la legislatura sea de cambio de ciclo”.

“Nuestro papel es el de empujar al Govern para generar escenarios de choque”, añadió para explicar cuál será el rol de los cupaires en esta legislatura. En este sentido, Reguant señaló que “hay que ir más allá” y “continuar trabajando para acumular fuerzas en la confrontación democrática”.

La ex concejala de Barcelona también avisó de que si no se cumplen los acuerdos tomarán las decisiones que consideren oportunas, y abrió así la puerta a dejar de ser el socio estable del nuevo ejecutivo, teniendo presente que también han acordado una cuestión de confianza con ERC a mitad de legislatura. “No damos ningún cheque en blanco, pero no podemos rebajar el punto de partida”, explicó, y alertó que no aceptarán cambios que modifiquen de manera sustancial el acuerdo. Y emplazó a JxCat a subscribirlo para desencallar la investidura: “Junts tiene la responsabilidad de sumarse a este acuerdo para ponerse al servicio del país”.

Votación en un solo día

El debate de investidura empezará a las 10 de la mañana y se alargará durante todo el día. A diferencia de lo que era habitual hasta el 2016, la sesión se completará toda en una sola jornada, y no en dos, así que Aragonès se someterá a la votación del hemiciclo -en este caso del Auditori del Parlament- por la tarde. Antes habrá debatido con los líderes del resto de grupos parlamentarios, incluido el de Junts, Albert Batet, con quienes están condenados a entenderse si tienen que formar gobierno.

Borràs acepta la delegación de voto de Lluís Puig

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, aceptó la delegación de voto del ex conseller Lluís Puig -y la de tres diputados más, que no asistirán al pleno por cuestiones médicas- para el pleno de investidura. El PSC y Ciutadans presentaron una petición de reconsideración, que se abordará hoy en una mesa antes del pleno. Consideran que la situación de Puig no se ajusta a los supuestos previstos en el reglamento del Parlament para que un diputado pueda delegar su voto: enfermedad, paternidad o maternidad. Los socialistas se refirieron en su escrito a un informe de los letrados de enero del 2018 que se pronunciaba en este sentido. Por otro lado, la portavoz socialista en el Parlament, Alícia Romero, pidió por carta a Borràs que solicite un nuevo pronunciamiento de los letrados sobre la cuestión. Puig, que fue conseller de Cultura en el Govern del 1-O y se encuentra en el exilio, ya solicitó la delegación del voto en la sesión constitutiva de la nueva legislatura. No obstante, la mesa de edad lo rechazó.

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