Albert Rivera deja el bufete Martínez-Echevarría por problemas con los socios
El ex líder de Cs habría tenido problemas para cumplir con los objetivos marcados por la empresa
BarcelonaYa hace dos años que Albert Rivera dejó la política, pero esto no le ha impedido seguir estando en el foco mediático. El ex líder de Cs dejará el despacho de abogados Martínez-Echevarría que lo fichó poco después de despedirse de la formación naranja –después de perder 47 diputados en el Congreso–, y lo hará también José Manuel Villegas, que se había convertido una vez más en su escudero en el ámbito privado. Así lo ha avanzado El Confidencial, mientras que desde el bufete preparan un comunicado para explicar la situación.
En su momento, Rivera, que tiene estudios de derecho, anunció en una multitudinaria rueda de prensa su paso a la empresa malagueña, que cambió de nombre por Martínez-Echevarría & Rivera Abogados ahora hace unos meses, al convertir a Rivera en socio y presidente de la firma. Una de las primeras cosas que hizo fue fichar a Villegas, ex secretario general de Cs, como vicepresidente ejecutivo. Fuentes próximas al ex líder naranja explican, sin embargo, que en los últimos tiempos habían expresado una cierta inquietud porque no habían cumplido los objetivos marcados por la empresa debido a las dificultades generadas por la pandemia. Precisamente, según El Confidencial se les había requerido recientemente un rendimiento más alto desde la cúpula de la empresa. Expansión publica, en cambio, la versión de Rivera: fuentes próximas a él aseguran que llevan dos años de incumplimientos reiterados de los contratos por parte de la empresa.
La labor de Rivera al frente del despacho ya acabó en los titulares en noviembre de 2020, cuando el presidente del PP, Pablo Casado, contrató a la empresa para que presentara un recurso a la ley catalana de alquileres. En ese momento el movimiento se leyó como una maniobra de acercamiento a Rivera del dirigente conservador, que se encontraba en plena opa hostil fichando cuadros naranjas como el secretario de organización de Rivera, Fran Hervías.
Después de perder dos millones y medio de votos en las generales de 2019 –motivo que llevó a Rivera a la dimisión–, Cs se sumió en una crisis de la que todavía no se ha recuperado. El partido ha planificado recortes importantes para el 2022, asumiendo que el ciclo electoral está siendo dramático –perdieron 30 diputados en las elecciones catalanas del 14-F–, y encara los comicios en Castilla y León con pesimismo. Aún así, el ex líder naranja ha evitado en todo momento dar ninguna muestra de apoyo a su sucesora en el cargo, Inés Arrimadas, de quien se ha distanciado. De su círculo más próximo al partido, la mayoría han dejado la política, y algunos, como Juan Carlos Girauta, han sido abiertamente críticos con la nueva dirección. Fuentes próximas a Rivera explican que él sigue militando hoy por hoy en Cs pero que lo hace "por no generar un escándalo", a pesar de que está completamente desvinculado del proyecto político que dirigió entre 2006 y 2019.