Cataluña Norte

El alcalde de Perpiñán arrincona a Sant Jordi

Entidades norcatalanas denuncian la "descatalanización" del día

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El Castellet de Perpiñán

BarcelonaEl expresidente Carles Puigdemont protagoniza la campaña electoral del 12-M en la Catalunya del Nord, donde pretende desatar la catalanidad del territorio, mientras al mismo tiempo Perpiñán esconde una festividad clave como Sant Jordi. El ayuntamiento de la capital del Rosellón lo dirige el ultraderechista Louis Aliot del Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen y sacó de las calles el 23 de abril para recluirlo en el convento de los dominicos de la ciudad. Un movimiento que ha "descatalanizado" el día, según varias asociaciones catalanistas como Perpiñán la Catalana. Así pues, ¿cómo se vive ese día?

Los actos promovidos por el consistorio se concentran en este convento durante toda la semana del 23 al 27 de abril con una parte del sector del libro y un predominio total del francés. Aliot decidió sacar de las calles una festividad promovida desde 1993 con el exalcalde Jean-Paul Alduy, que llenaba las plazas de libreros con más de un centenar de puestos, acompañados de actos culturales catalanes como sardanas y exposiciones florales, pero siempre se ha concentrado en el fin de semana más cercano a la fecha señalada. El cambio de formato se estrenó el año pasado porque los anteriores se vieron afectados por la pandemia y una granizada. ¿Cuál es el argumento del alcalde? Centralizar en un mismo sitio a los libreros, editores y escritores.

El secretario de Perpiñán la Catalana, Brice Lafontaine, denuncia al ARA que Aliot "ha vaciado las calles de catalanidad" y ha ignorado la fiesta con "el potencial cultural y económico" que tiene. Sostiene que el alcalde es un "anticatalán" que "va en contra de la lengua", y que "le da mucha rabia que la identidad catalana todavía esté viva". De hecho, protagonizó una conferencia en la que denunció ese desprecio y contó con el apoyo de la exalcaldesa de Girona Marta Madrenas.

Por su parte, Joana Serra, propietaria de la Librería Catalana de la ciudad, explica que cuando ganó la extrema derecha una parte del sector del libro y la cultura dejó claro que no quiere realizar actividades con el consistorio. Pero la librería, junto con la rosellonesa Editorial Trabucaire, y con el apoyo de las entidades catalanistas como Òmnium y Perpiñán la Catalana, organizó este pasado sábado un Sant Jordi alternativo con una decena de puestos callejeros llenos de libros y rosas. Un acto de resistencia que "fue muy bien", pero que "no se puede comparar con las cifras de la Catalunya Sud". Notaron presencia remarcable de dirigentes políticos, con la campaña de Junts más norcatalana que nunca. Sin embargo, este martes Puigdemont no está en Perpiñán sino en Estrasburgo, donde se celebra lleno del Parlamento Europeo.

Celebraciones del día

Serra comenta la contradicción de que Aliot culpabiliza a las entidades catalanistas de que "Sant Jordi no sea en catalán", mientras que "no promueve nada" la lengua y no se invitan a muchos autores potentes o "alejados" de la extrema derecha. En todo caso, sostiene que este día todavía "es poco popular, aunque cada vez más arraigado" en todas las comarcas norcatalanas con ayuntamientos implicados y su librería, que ayuda a poner una veintena de paradas en municipios como Prada, Ceret y otros de alrededor. Las ventas de su negocio están teniendo "bastante de impacto, con dos personas trabajando, sobre todo por ser una librería catalana".

También comparte el diagnóstico la técnica de Òmnium en la Catalunya del Nord, Marta Fita: "Sant Jordi no es una fiesta muy relevante aquí, pero sí tenemos muy viva la tradición de los Juegos Florales", sostiene. Precisamente, esto entronca con la 35ª edición de los Premios Sant Jordi que celebrarán el 26 de abril en Canet de Rosselló, en la que ocho de los nueve premiados del sector literario y audiovisual son norcatalanes. En este certamen hay mucha implicación de colegios de la zona, con alumnos premiados en la categoría infantil, pero también se visibiliza a los escritores del territorio. Es una de las partes de la fiesta más vivas en un contexto de gobierno de extrema derecha que "no apoya" a las entidades favorables a la cultura y lengua catalanas.

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