El Post 23-J

Aragonés exige una propuesta a Sánchez para empezar a negociar: "Se tiene que mover"

Reclama un "nuevo impulso" a la negociación de un referendo y descarta elecciones anticipadas en Catalunya

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BarcelonaYa es tradición que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, cierre el curso político con una comparecencia ante los medios de comunicación y así lo ha hecho este martes después de la última reunión del Govern antes del paro estival. El ejecutivo tiene siempre muchos frentes abiertos, pero hay uno que ahora mismo se lleva toda la atención: la negociación para la investidura de Pedro Sánchez. Aragonés ha sido claro: si el líder socialista quiere los votos de ERC para volver a ser presidente, tendrá que aceptar dar un "nuevo impulso a la negociación para que Catalunya vote su futuro y acabe la represión". Ahora bien, el presidente catalán ha querido poner el énfasis en que, por encima de todo, si Sánchez quiere ser presidente debe mover ficha y presentar su propuesta para Catalunya, algo que hasta ahora no ha hecho. "Aquellos que quieran la investidura deben moverse. Pedro Sánchez debe moverse y atender la agenda catalana", ha dicho.

La negociación será larga y no se intensificará hasta después del 17 de agosto, cuando se hayan constituido las Cortes españolas. Sin embargo, este martes Aragonés ha fijado el perímetro de la negociación para dejar claro que tendrán que formar parte tanto el derecho a la autodeterminación como la amnistía. ¿Son líneas rojas? No ha querido entrar en ese terreno. Lo que seguro que pide el presidente es "reforzar los espacios de negociación", es decir, reactivar la mesa de diálogo que lleva meses aparcada. Él, en la mesa, quiere llevar el acuerdo de claridad que le están preparando un grupo de expertos y que no debería tardar en quedar listo. Allí debería haber una propuesta para votar.

Ahora bien, no solo el Proceso forma parte de las condiciones del presidente para investir a Sánchez. También le ha reclamado acabar con "los déficits en infraestructuras y fiscales" de Catalunya. Una forma de decir que también estarán sobre la mesa negociadora, al menos por parte de ERC, el traspaso de Cercanías y el fin del déficit fiscal. Para defenderlo, Aragonès ha recordado una y otra vez que Catalunya fue decisiva el 23 de julio para frenar a un gobierno de PP y Vox. "Catalunya ha frenado un gobierno [español] de la derecha y la extrema derecha. Los que quieran seguir gobernando tendrán que cumplir con Catalunya", ha resuelto.

Imagen de la reunión de este martes del consejo ejecutivo.

Pero la negociación de la investidura no será solo una subasta de propuestas por parte del independentismo. Desde el Estado también comienzan a llegar ideas. Las dos primeras que han hecho fortuna son la reforma del sistema de financiación y un posible finiquito de la deuda de las autonomías con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Aragonés no se mostró entusiasmado con ninguna de las dos, pero no descartó nada. Su posición es que es necesario que Sánchez haga una propuesta: "Ahora mismo no tenemos ninguna".

Si la investidura tiene todos los focos es porque los votos de ambos partidos independentistas catalanes son claves para que Sánchez renueve su contrato en la Moncloa por cuatro años más: los siete de Esquerra y los siete Junts. Sin embargo, hay más atención puesta en el partido de Carles Puigdemont, ya que los republicanos siempre se han mostrado más inclinados a apoyar al presidente español para evitar un gobierno PP-Vox. Aragonès reivindicó que los de ERC también cuentan y reconoció contactos con Junts para hacer un frente común, aunque no quiso entrar en detalles.

Agotar la legislatura

Al margen de lo que acabe ocurriendo en Madrid, Aragonès también tiene varios frentes abiertos en Catalunya. El primero, la carencia de estabilidad de su Gobierno, que solo tiene 33 diputados en el Parlamento de los 135 totales. El presidente no ha querido entrar en "especulaciones" sobre si invitará a Junts a volver a formar parte del ejecutivo. Eso sí, ha avisado de que no tiene ninguna intención de convocar elecciones anticipadas logre más o menos estabilidad: "Acabaremos la legislatura". ¿Cómo lo hará? Confía en ir sumando apoyos puntuales a la gobernabilidad, como hizo, por ejemplo, con los presupuestos.

El otro problema son los malos resultados que su partido, Esquerra, acumula: 300.000 votos perdidos en las municipales de mayo y 400.000 en las generales. El presidente no esconde que "los resultados no son buenos" y que es necesario "tomar nota y seguir trabajando". Ahora bien, su diagnóstico es que ha habido un voto útil hacia PSC y Sumar para frenar al PP y Vox, un voto que podría volver a Esquerra si las elecciones están en el Parlament. Él, mientras tanto, intenta vender obra de gobierno tanto como le sea posible. Este martes ha defendido el buen rumbo económico de Catalunya, la apuesta de su ejecutivo por las energías renovables, los avances sociales y la lucha por la defensa del catalán.

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