Batet asegura "lealtad" a la mesa de diálogo, pero también reclama "confrontación"

Afirma que ningún partido independentista ganó las elecciones, sino la suma de ERC, JxCat y la CUP

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Albert Batet, presidente del grupo parlamentario de Juntos

BarcelonaEn el primer y segundo debate de investidura de Pere Aragonès, el 26 y el 30 de marzo, Junts per Catalunya se abstuvo y frustró la elección del líder de Esquerra como presidente. Su argumento en aquel momento es que no había un pacto suficientemente maduro para dar luz verde a la investidura. Tres meses después, y una vez sellado un pacto entre el mismo Aragonès y Jordi Sànchez, esto ha cambiado: Juntos apoyará este viernes al líder republicano para que se convierta en el 132º presidente de la Generalitat. "Hoy tenemos un acuerdo para una legislatura que tiene que permitir que Catalunya tenga un gobierno independentista, fuerte y estable", ha asegurado el presidente del grupo de Junts, Albert Batet, en su intervención en el pleno de investidura, reconociendo que el entendimiento se ha "sufrido" y "sudado" –en alusión a los reproches entre los socios durante el periodo de negociación–.

El partido de Carles Puigdemont se ha comprometido a trabajar de forma "sincera" en la mesa de diálogo, a pesar del "escepticismo" que le genera la eventual voluntad de gobierno español de negociar. De hecho, ha advertido de las "dificultades enormes" y las "posibilidades limitadas" de que el Estado acepte la resolución del conflicto a través de un referéndum pactado. Por este motivo, ha reclamado a la vez trabajar en "las vías de confrontación democrática" para lograr la república catalana.

Para Junts, esta legislatura es la del "recuperémonos" y "preparémonos", puesto que cree que el independentismo tiene el reto de encontrar una estrategia compartida. Ahora Batet ha admitido que hay tres –la de Esquerra, la de Junts y la de la CUP–, que son planteamientos diferentes y que tienen que congeniar durante este mandato a través del espacio de coordinación del Procés que forma parte del acuerdo. "Ningún partido independentista ganó las elecciones, sino que lo hizo el conjunto del independentismo", ha dicho.

El lugar donde debatir el rumbo del Procés continúa siendo, para JxCat, el Consell per la República, que se han comprometido a reformular para que Esquerra se sienta cómoda. "Que quede claro que JxCat reconoce la soberanía de las instituciones catalanas. Y que, en ningún caso, hemos considerado nunca ninguna tutela", ha expresado, desmintiendo uno de los argumentos de Esquerra para romper las negociaciones hace ahora diez días.

El mismo Batet ha reconocido que el pacto está lleno de cesiones de unos y otros y que no genera "muchas expectativas" ni "épica" en ninguno de los dos bandos. Ahora bien, precisamente por eso cree que puede ser "histórico". "Venimos de una legislatura donde teníamos un acuerdo que, seguramente, levantó muchas expectativas. Y acabamos yendo de más a menos. En cambio, el acuerdo que hoy formalizamos es diferente. Seguramente, no levanta expectativas y justamente esta puede ser su virtud", ha considerado Batet.

En el turno de réplica, Aragonès ha agradecido el apoyo de Junts destacando una de las palabras que más aparece en el acuerdo que forjó con Sànchez: "consenso". Este es el mecanismo que, según el acuerdo, tiene que servir para tomar las decisiones en el seno del espacio de coordinación estratégica, puesto que de otra manera cada formación hará lo que crea. Para el vicepresidente, sin embargo, las diferencias con los de JxCat se tienen que superar porque la voluntad "de avanzar hacia la independencia es mucho más fuerte que lo que les separa".

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