Crònica

"Aquí caigué ferit"

Instituciones, partidos y clubes deportivos desfilan en la ofrenda al monumento a Rafael Casanova

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Ofrenes florales al monumento a Rafael Casanova, en Barcelona

BarcelonaEn caso de que alguien se pregunte qué hace ese monumento en el cruce de la ronda de Sant Pere con las calles de Alí Bei y Girona, una inscripción grabada en piedra en la parte posterior del pedestal lo aclara: "Aquí caigué ferit el conseller en cap Rafael Casanova" ("Aquí cayó herido el consejero jefe Rafael Casanova"). Son las nueve de la mañana, y me miro a los políticos, todos solemnes y alineados, alzando la mirada hacia la estatua, y me pregunto: aparte de cargar con las flores, ¿con cuántas esperanzas que también han quedado tocadas deben cargar hoy?

La ministra Raquel Sánchez pone cara de pensar "Aquí cayó herida la ampliación de El Prat". "¿Aún estamos a tiempo, ministra?", le preguntan, y contesta con una sonrisa: "Muy difícil, ahora ya no depende de nosotros". Y luego se va con Salvador Illa, entrevistado en formato itinerante por Joel Díaz del APM? de TV3: "Tenemos que dialogar". "Hace 300 años que dialogamos". "Pues tenemos que dialogar más". El reportero y el presidente en la sombra se pierden entre el enjambre de periodistas. Antes, Illa ha estado hablando con el president Aragonés en presencia del vicepresident Puigneró y por debajo de las mascarillas ponen cara de estar lamiéndose las heridas, que si chantaje, que si deslealtad. Y espérate, que la próxima semana hay mesa de diálogo.

Laura Borràs, presidenta del Parlament y presidenta a la sombra de Pere Aragonès y Jordi Sànchez, hace declaraciones a los medios cuando llega la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Una vez ha pasado Núria Marín, presidenta de la Diputación de Barcelona, los músicos de la Banda Municipal, que han estado interpretando Els segadors en bucle, bajan de la tarima, guardan los instrumentos en los estuches y se despiden hasta la próxima. La formación de gala de los Mossos también desfila hacia casa. Los Mossos sin armas porque los semióticos en el poder no acaban de estar cómodos.

Joan Laporta, presidente del FC Barcelona, encabezando la delegación del club en el monumento a Rafael Casanova.

A Joan Laporta ya le toca la versión grabada de Els segadors. Al presidente azulgrana, que llega con el escudo de flores más grande de toda la matinal, se le oye cantar con fervor la letra del himno nacional y no pone cara de estar pensando que aquí cayó herida la historia de Messi con el Barça.

De golpe se oye “Visca Catalunya! Visca! Visca la classe treballadora! Visca!” Son Comisiones y UGT, que hacen la ofrenda conjunta. Ros y Pacheco piden que acabe la política de bloques. Pero los primeros puños alzados aparecen tras Oriol Junqueras, Carme Forcadell y Marta Vilalta, que encabezan la delegación de Esquerra. La eurodiputada Diana Riba ha comprobado en Estrasburgo que Europa cree (o se lo está haciendo creer el potente aparato de propaganda socialista) que en Catalunya ya se han cerrado las heridas: "Me dicen:« Muy bien la amnistía, ¿verdad? »" Jordi Cuixart sonríe (qué noticia, ¿verdad?) a pesar de las heridas de la fiesta mayor de Gracia, y explica que Òmnium lanzará pronto una gran campaña por otra herida, la lengua catalana.

En más o menos una hora hemos visto desfilar a toda la clase política catalana, más el Barça, el Espanyol y el Júpiter, por esta plaza bastante bien acabada, allí donde se levantaban las murallas de la Barcelona medieval y empezó a construirse el Eixample, un espacio abierto, algo indeciso y fronterizo, frágil, de transición, que la mañana del 11 de septiembre carga con la densidad de la historia, el urbanismo y las heridas de la política diaria.

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