CUP, 'non-priority class' de camino a Cerdeña
El vuelo de las 6.40 de Ryanair está lleno de políticos independentistas que se desplazan por Puigdemont
SàsserLa fila del vuelo FR8977 de Ryanair en dirección al Alguer es una combinación entre gente que vuelve a casa, alguien que aprovecha los últimos días de vacaciones y políticos independentistas con mochila que se desplazan a Cerdeña para apoyar a Carles Puigdemont. Son las 6.40 y está previsto que el vuelo aterrice hacia las ocho de la mañana en la isla italiana, con suficiente tiempo para desplazarse a Sassari, donde a las 11.30 el ex president declara ante el Tribunal de Apelación sobre su posible extradición.
Dolors Sabater (CUP) conversa con dirigentes de Òmnium a las puertas de la salida U35 de la terminal 2 del aeropuerto mientras espera que su compañero de filas Pau Juvillà llegue. Albert Batet (JxCat) también aparece en la cola con su mano derecha en el Parlament mientras que Aurora Madaula, de Junts, opta por esperarse con la comitiva del Consell per la República: Carme Garcia y Antoni Castellà. Más allá, llegan los ex consellers de ERC Meritxell Serret y Chakir el Homrani, que serán la delegación del partido en Cerdeña, y Elisenda Paluzie, de la Assemblea, llega con el presidente de la AMI, Jordi Gaseni, después de un fin de semana de marchas para conmemorar el 1 de Octubre. En Italia ya hay una delegación de Junts que puso rumbo a Cerdeña ayer domingo: el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, y los miembros del partido Josep Rius (diputado) y Joaquim Jubert. Como representante de Junts en el Govern estará la consellera de Justicia, Lourdes Ciuró.
La azafata de Ryanair intenta poner orden –“No entiendo por qué le cuesta tanto a la gente hacer una cola”, reniega– y pide que solo embarquen, de momento, los que tienen billete priority. Todo el mundo empieza a mirar el móvil para comprobar qué le marca el ticket para volar –nadie lo acaba de tener claro–, puesto que es determinante por las maletas que se pueden llevar: si tienes billete prioritario, dos maletas; si no, una bolsa de mano.
Solo los cuperos tienen la segunda opción y se tendrán que esperar algo más para subir al avión. “Somos non-priority class”, dice entre risas Dolors Sabater, que embarcará con Juvillà unos minutos después solo con una pequeña bolsa en la espalda. Aún así, consiguen llegar arriba antes que la consellera de Presidencia y republicana, Laura Vilagrà, que subirá cuando todo el mundo ya estará en su sitio. Se sentará en las filas de delante de todo –detrás de Batet, que está en los asientos premium del avión– cuando el piloto estará a punto de arrancar.
Taxi, coche alquilado o independentistas sardos –Paluzie y Gaseni viajan con miembros del partido Independèntzia Repùbrica de Sardigna, a quien la presidenta de la ANC conoce de la época de las consultas– serán el medio de transporte de los políticos y periodistas hasta el Tribunal de Apelación de Sassari. La vista no tiene que traer complicaciones para Carles Puigdemont, que llegó ayer domingo a la isla sin ningún problema: atravesó las puertas de control acompañado del ex conseller Toni Comín –eurodiputado contra el que el Tribunal Supremo también mantiene una euroorden– y su amigo Jami Matamala. La ex consellera Clara Ponsatí ya los esperaba en Alguer. La última vez que había pisado la isla, Puigdemont había sido detenido tras bajar del avión y trasladado desde las pistas del aeropuerto a la prisión de Bancali.
Los abogados del ex president –Gonzalo Boye y el italiano Agostinangelo Marras– se han mostrado optimistas durante todo el fin de semana sobre la vista y han descartado que la justicia tome medidas cautelares. Es decir, esperan que Puigdemont salga del tribunal libre entre una muchedumbre de cámaras tal como entrará.
Y es que la jornada se prevé más ordenada de lo que fue el 24 de septiembre, el día después de la detención de Puigdemont, cuando reinó el caos informativo hasta que no se confirmó que el ex president salía sin medidas cautelares de la prisión. Después de la declaración en el tribunal de Sassari –donde está previsto que la mayoría de políticos hagan declaraciones–, habrá una rueda de prensa por la tarde con Puigdemont y todo su equipo jurídico. Una comparecencia en la que el ex president espera poder airear un nuevo triunfo contra el Tribunal Supremo en Europa.
El líder de Junts ayer mantuvo una agenda privada. Solo ha trascendido lo que su equipo más cercano –entre los cuales el jefe de la oficina, Josep Lluís Alay– ha colgado en las redes sociales: “Vamos allá”, decía, con una foto en la que se ve a Carles Puigdemont paseando por los callejones que rodean la catedral de Alguer.