13.500 nuevos agentes en ocho años: la misión imposible de los Mossos
El objetivo de 26.800 agentes del pacto Junts-PSOE obliga a producir unos 1.800 agentes por año si se tienen en cuenta las jubilaciones
BarcelonaPrimero fueron unos 22.000 agentes de Mossos d'Esquadra pactados entre la conselleria de Interior pilotada por Joan Ignasi Elena y el gobierno español con la mirada puesta en 2030. Después esta cifra se elevó a 25.000 a raíz de la última reunión de la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, ya con el gobierno de Salvador Illa y la consejera de Interior, Núria Parlon; y finalmente ha sido el acuerdo de inmigración sellado entre Junts y el PSOE, que en la proposición de ley fija que la dotación de agentes de los Mossos d'Esquadra en 2032, a raíz de la asunción de nuevas competencias, debe ser de 26.800 agentes. Se trata de un crecimiento excepcional: si se tienen en cuenta las jubilaciones previstas en el cuerpo (entre 600 y 800 por año a partir de ahora), debería producirse un incremento neto de más de 13.500 policías en ocho años. Esto representa un 70% del número de agentes actual del cuerpo, que cuenta con 19.200. La misión, según todas las fuentes consultadas por el ARA, puede calificarse de imposible. O, para los más optimistas, difícilmente viable o compleja.
Vamos a palmos. A partir del año 2019, con el conseller de Interior, Miquel Buch, se hizo una convocatoria de 450 agentes y otras dos de 750 policías porque después de años de recortes todavía había margen para llegar a los 18.267 policías pactados en el 2006. En el año 2021, y de director de Policía, Pere Ferrer, pactaron con el ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska, dos cosas: por un lado, que los Mossos se puedan jubilar a los 60 años, equiparándolos a la Policía Nacional ya la Guardia Civil; y por otro, aumentar de forma progresiva la plantilla hasta los 22.000 policías.
Según fuentes conocedoras del pacto, las dos medidas se acordaron teniendo en cuenta, a veinte años vista, la cantidad de agentes que se podían destinar a la actividad operativa (a hacer calle) ya la segunda actividad (oficina): si no se hubieran activado los dos acuerdos paralelamente, aseguran las mismas0 das en edad de hacer calle. Así, paralelamente a las jubilaciones, se pusieron en marcha convocatorias para nuevos agentes, con la idea de captar plantilla más joven, de 850 agentes en el 2024 y de 1.300 en el 2025, que todavía está en marcha.
Convocatorias que, si se tiene en cuenta el estancamiento del empleo público a raíz de los años de crisis, eran generosas. Ahora bien, estos procesos han evidenciado un nuevo handicap, sobre todo si el horizonte es ofrecer nuevas plazas: no todas se han logrado llenar. Es decir, ha habido aspirantes que no han llegado al nivel y han quedado por el camino. En la última, por ejemplo, que era de 850 plazas, terminaron entrando en la escuela de la policía 760 opositores. Una vez en el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña (ISPC), sin embargo, suelen caer varios futuros agentes más, una cifra que suele rozar el 10%. Actualmente existe una oposición en marcha con 1.300 plazas a la que se han presentado 12.500 personas. Previsiblemente, cuando ésta acabe se convocará otra (este mismo año) con un número similar o mayor de plazas.
Un "reto"
La intendenta Roser Talaveron, jefa de la División de Desarrollo Profesional de los Mossos, habla de "reto" para referirse al nuevo techo de agentes y al ritmo de oposiciones que será necesario para llegar a ellos. Sin embargo, asegura que deben mantenerse los requisitos y en ningún caso bajarlos para que entren más personas. "Debemos conseguir llegar a todo el mundo", afirma, y pone de ejemplo la campaña (y reserva de plazas) para que más mujeres se presentaran para ser mossa. Ahora representa el 36% de las solicitudes. Con todo, la intendenta deja claro que el ISPC está preparado para asumir ese mayor ritmo de aspirantes. En este sentido, fuentes de la conselleria también hablan de reto y señalan la importancia de conseguir llegar a nuevos colectivos. Por eso, se intensificará la labor de propaganda y la presencia de los Mossos en los mercados y talleres de empleo. Un ámbito en el que, apuntan, se está consiguiendo llegar poco es el de las personas de origen extranjero.
Mandos de los Mossos consultados por el ARA tampoco son optimistas con conseguir el nuevo techo de agentes en el plazo previsto. La palabra más repetida es que es complicado. Y avisan de que en ningún caso se pueden bajar los requisitos y hay que tener cuidado a la hora de "abrir el filtro". A su vez, avisan que no siempre el viento sopla a favor para conseguir hacer crecer el cuerpo, y que cuando esto ocurre hay que aprovecharlo. Los sindicatos están también preocupados. Desde Fepol también utilizan la palabra complicado y advierten que también habrá que actualizar comisarías, porque algunas ya están quedando pequeñas. Desde USPAC son aún más contundentes y aseguran que llegar al nuevo techo en los años marcados no es una aspiración "real". "Nos da miedo que bajen los requisitos", apuntan, y añaden que el IPSC ya está quedando pequeño. Ambos sindicatos avisan del efecto de las jubilaciones, de las segundas actividades, pero también de la fuga de mossos hacia policías locales para obtener mejores condiciones económicas.
Producción en masa de policías
Con la primera reunión de la Comisión Bilateral del gobierno de Salvador Illa, los ejecutivos catalán y español pactaron elevar la plantilla a 25.000 agentes y, además, introdujeron un calendario: en el 2030. La justificación es que, con el aumento de la población, se necesitan más agentes. Y con el acuerdo Junts-PSOE, con el argumento de la asunción de las nuevas competencias, se añadieron otros 1.800 agentes en el 2032. "Parece hecho a peso", asegura un buen conocedor de la policía catalana refiriéndose tanto al pacto del PSC como al de Junts, apuntando la dificultad de crecer a este ritmo. No sólo por la magnitud de las convocatorias, sino también por la experiencia de las últimas (no se han llenado) y la perspectiva de las jubilaciones.
Según los datos recopilados por el ARA a través de diversas fuentes, a partir de 2027 se producirá una media de 600 jubilaciones cada año hasta 2030. Una cifra a la que hay que sumar unas 100 bajas de media por año por otras razones. Por tanto, para llegar a ganar plantilla, y no sólo compensar estas pérdidas que tienen que ver con cuestiones generacionales, el departamento de Interior debería convocar cada año 1.800 plazas hasta el 2030. Sólo así llegaría a los 25.000 agentes aproximadamente de plantilla. Pero es que el reto no termina aquí: si se añade la nueva cifra, establecida en la proposición de ley orgánica que delega competencias en materia de inmigración a la Generalitat, de 26.800 agentes en 2032, la producción de agentes debería elevarse todavía un poco más, ya que a partir del 2030 el 0 0 00 más en 2032. Esto quiere decir que, después de tres años haciendo convocatorias de 1.800 agentes, a partir de 2030 deberían producirse 1.900 policías por año hasta 2032. Una misión, se reafirman, imposible.