El candidato del PSC, Salvador Illa, ha ganado las elecciones y tendrá que liderar una nueva etapa. Si había alguna duda sobre la construcción de un tripartito, Pere Aragonès dejó claro de forma inmediata que ERC se quedará en la oposición. Los mensajes del electorado han sido claros: el PSC ha ganado en escaños y votos, Carles Puigdemont ha obtenido buenos resultados (con otros tres escaños) pero insuficientes para compensar la caída de los republicanos (13 escaños menos) y de la CUP (5 escaños menos). En conjunto, el soberanismo queda en minoría en el Parlament (44% de los votos). La amnistía favorecerá la vuelta del president Puigdemont, que ya ha anunciado que intentará que el PSC se abstenga a su favor –una opción inviable–, lo que suena a advertencia a Pedro Sánchez, que tiene hoy más nubes sobre la mayoría en el Congreso.
La nueva etapa coincide con un nuevo día sin Cercanías. Nada nuevo para sus viajeros. Los socialistas tendrán que demostrar cuál es su capacidad de gestión y si tienen la fuerza y la convicción para poner a Catalunya por delante de la obediencia al PSOE.
El Parlament cambiará de fisonomía con unos resultados del PP y Vox inéditos, la desaparición de Ciudadanos y la entrada de dos diputados de Aliança Catalana. Empiezan las negociaciones para formar gobierno, pero en el horizonte se vislumbra un ejecutivo del PSC en minoría del que dependerá si el soberanismo despierta antes de que llegue el PP al Estado.