¿De dónde vienen los votos de Aliança Catalana?

BarcelonaAliança Catalana ocupará dos escaños en la legislatura que está a punto de empezar y conseguirá un hito del que pocos partidos pueden presumir desde 1980: sólo Cs (2006), Solidaridad (2010), la CUP (2012) y Vox (2021) han irrumpido en la cámara catalana de nuevo de entre decenas de opciones que lo han intentado sin éxito. La extrema derecha independentista ha basado su campaña en señalar la inmigración como el principal problema del país y le ha relacionado constantemente con el incremento de la delincuencia, como si fueran vasos comunicantes per se. Un discurso que combina con la bandera de la unilateralidad para conseguir la independencia y prometer una Catalunya con fronteras mucho más difíciles de atravesar, especialmente para las personas musulmanas –sin importar su lugar de origen–, una religión que el partido islamófobo considera que atenta contra la forma de vivir occidental.

Con esta carta de presentación, Aliança buscaba hacer agujero entre dos tipos de electorados. Por un lado, el independentista desencantado con los partidos que han pilotado hasta ahora el Procés. Por otra parte, la gente que busca soluciones fáciles a problemas difíciles como el de la integración de los recién llegados (básicamente cuando son pobres). ¿De dónde ha conseguido los 118.000 votos que le han dado un escaño por Girona (el de su líder, Silvia Orriols) y uno por Lleida (Ramón Abad), y que le han dejado a solo 3.000 votos de sacarlos dos más por Barcelona?

Aunque el discurso de presentación es muy similar al de Vox –obviando las evidentes diferencias a nivel nacional–, la incidencia sobre el votante españolista de extrema derecha ha sido mínima. Utilizando el modelo estadístico de inferencia ecológica, que nos permite calcular trasvases de votos en agrupaciones de secciones censales, Aliança no captó ni 500 votos entre antiguos votantes de Vox. El agujero lo hizo entre los votantes independentistas.

Todas las encuestas apuntaban a una fuga del votante de Junts hacia la extrema derecha independentista, lo que se confirma analizando los datos a posteriori. La mitad de los votos de Aliança vienen, de hecho, de Junts –hay otros modelos que reducen su impacto, pero que también concluyen que el grueso principal del voto de Aliança llega desde la candidatura de Carles Puigdemont–. Más del 10% de los votantes junteros del 2021 habrían cambiado ahora en Aliança.

Pero no sólo. También habrían hecho el mismo camino a un 2% de los votantes de ERC y de la CUP. Traducido a números absolutos, significa que unos 11.000 exvotantes republicanos y unos 4.000 cuperos habrían preferido ahora la papeleta de Orriols, que completa los números con unos 4.000 exvotantes del Frente Nacional –el antiguo partido de Orriols–, y unos 3.000 del PDEC .

Abstención y nulos/blancos

Siete de cada diez votantes de Aliança vienen, pues, de independentistas desencantados. Y probablemente no sean los únicos. Antiguos abstencionistas (12.000) y personas que optaron por el voto blanco o el nulo en febrero del 2021 (14.000) completan el otro grueso de votantes de la extrema derecha, que se estrenará a partir del 10 de junio en el hemiciclo del Parlamento.

Mapas de intensidad de voto en Aliança Catalana y de variación de voto en Junts