ERC, JxCat y la CUP se emplazan a una negociación rápida para formar gobierno

El principal desacuerdo de entrada es que los de Aragonès quieren contar con los comunes y los de Borràs no

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Quim Bertomeu i Núria Orriols
5 min
La secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, este lunes.

El día después de las elecciones del 14-F ha servido para constatar el cambio de paradigma dentro del independentismo. Por lo tanto, con solo 35.000 votos y 1 escaño de diferencia, ERC aspirará a liderar el próximo Govern con JxCat, esta vez, haciendo de copiloto. Los primeros este lunes lo han vuelto a proclamar a los cuatro vientos y los segundos han dado muestras de aceptarlo. El punto de partida de la legislatura empieza con un punto de acuerdo y con uno de desacuerdo. En el terreno de las coincidencias, los dos partidos aspiran a una negociación rápida para formar gobierno, un hecho no menor si se tiene en cuenta que las dos últimas investiduras –la de Carles Puigdemont (2016) y la de Quim Torra (2018)– se demoraron más de tres y cuatro meses. Pero también han mostrado las primeras divergencias. ERC quiere que los comunes –y también la CUP– participen en el acuerdo que se firme para empezar el mandato, mientras que JxCat quiere solo un gobierno de fuerzas independentistas y descarta a los de Jéssica Albiach. Estas son las primeras cartas que se ponen sobre la mesa para una negociación que empezará de manera inminente.

Esquerra este lunes ha salido a saborear algo más los resultados del domingo. Por primera vez desde que empezó el Procés, es el primer partido del independentismo, aunque sea por poco margen. En este nuevo escenario, la secretaria general de los republicanos, Marta Vilalta, se ha propuesto formar el Govern "cuanto antes mejor" y ha insistido en la idea de que tendría que ser un ejecutivo a cuatro bandas: ellos, JxCat, la CUP y los comunes. En definitiva, el Govern de vía "amplia" que han repetido durante los 15 días de campaña. El argumento es que los cuatro partidos son partidarios del referéndum y de la amnistía y que si consiguieran ponerse de acuerdo, habría 82 diputados al servicio del nuevo Govern, una estabilidad sólida. "La responsabilidad tiene que ser compartida", ha expuesto Aragonès en una entrevista a RAC1. Los republicanos no tendrán nada fácil convencer a los de Jéssica Albiach, que han vuelto a descartar querer tener ningún trato con JxCat: "Aragonès insiste en una fórmula que sabe que no prosperará", asegura Jéssica Albiach, según informa Mireia Esteve.

Pero los republicanos no prevén rendirse tan fácilmente. Cuando empiecen las negociaciones, ERC propondrá a los tres partidos negociar no solo la investidura de Aragonès sino también los presupuestos de la Generalitat del 2021. Fuentes republicanas admiten que no será fácil concretar este gobierno amplio, pero mantienen la esperanza de al menos hacer "un acuerdo amplio". Es decir, ofrecer a los comunes que por la vía de las cuentas puedan participar de la gobernabilidad de Catalunya sin tener que entrar en formar parte del ejecutivo y sin tener, por lo tanto, que compartir silla con JxCat. La obsesión de Esquerra es arrancar la legislatura con un marco más "estable", después de haber sobrevivido los últimos tres años sin una mayoría fiable en el Parlament. Símbolo de la agilidad que buscan los republicanos para desencallar la legislatura es que este mismo lunes ya han designado a sus negociadores: la propia Vilalta, el líder en el Parlament, Sergi Sabrià, el presidente del Consell Nacional, Josep Maria Jové, y la número dos de la candidatura, Laura Vilagrà. También han tomado otra decisión relevante: empezarán la ronda de contactos con la CUP y no con JxCat. Desde la noche electoral, insisten mucho en que Catalunya ha dado "un giro a la izquierda".

El secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, el día después del 14-F

Junts per Catalunya también aspira a un acuerdo de legislatura que dé estabilidad a un "gobierno fuerte". El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, después de la reunión de la dirección, ha concluido que le toca a Pere Aragonès tomar la iniciativa para formar el nuevo ejecutivo, pero ha emplazado a los republicanos a priorizar a las fuerzas independentistas para hacer valer el resultado inédito de mayoría absoluta en votos y escaños. Desde JxCat rechazan una incorporación al ejecutivo de los comunes y desconfían de la insistencia de Esquerra en esta cuestión cuando los independentistas ya suman mayoría absoluta. En cuanto al diseño del nuevo Govern, sin embargo, Sànchez no ha querido enseñar las cartas y solo ha dicho que es necesario ponerse de acuerdo en el programa de gobierno y en la continuidad del Procés. JxCat no considera la victoria por la mínima de Esquerra una enmienda a su estrategia independentista y hace notar que quien ha aumentado más los apoyos es la CUP, que avala una estrategia unilateral y volver a hacer un referéndum antes del 2025. La negociación desde JxCat se pilotará desde la coordinación con el secretario general, Jordi Sànchez; el presidente del partido, Carles Puigdemont, y la candidata, Laura Borràs.

En cuanto a la CUP, el tercer actor en este escenario, tiene que decidir si se implica en un acuerdo de estabilidad y gobernabilidad con ERC y JxCat u opta por acuerdos puntuales para la investidura –un hecho que chocaría con la voluntad de Aragonès de vincular su elección y el proyecto de presupuestos del 2021–. La decisión final se adoptará, según ha podido saber el ARA, en el consejo político que la CUP celebrará el 27 de febrero, dentro de dos sábados –informa Xavi Tedó–. Aún así, debido a la trascendencia del posicionamiento, no se descarta acabar convocando una asamblea, como la que en 2015 debatió sobre la investidura de Mas.

La primera estación: la mesa del Parlament

A pesar de que es temprano todavía para visualizar cómo puede ser el futuro Govern–hay contactos informales, pero no se ha formalizado la negociación todavía–, los dos partidos tienen sus preferencias. Varias fuentes consultadas de JxCat asumen que "habrá cambios" de áreas en el Govern y que si se tiene en cuenta el programa electoral de Esquerra probablemente los republicanos propondrán una conselleria de transición ecológica y cambio climático –un ámbito que se extraería del paraguas de Territorio que pilota Damià Calvet– o un departamento de feminismos. Por parte de Junts también manifiestan su voluntad de modificar el reparto de áreas, con la recuperación de Salud como principal reclamo, con el doctor Josep Maria Argimon al frente, o Exteriores y Relaciones Institucionales, que ahora pilotaba Esquerra.

Más allá del Govern, la otra institución a gobernar es el Parlament: el cambio de guardia que se producirá en el Palau de la Generalitat, con ERC asumiendo la presidencia que la legislatura pasada tenía JxCat, se tendría que traducir a la inversa en la cámara catalana. Es decir, el próximo presidente de la cámara catalana tendría que ser de Junts.

Desde Esquerra admiten que es una posibilidad y JxCat cree que tiene que ser así teniendo en cuenta los resultados. De hecho, el partido de Carles Puigdemont lo considera la primera prueba sobre las intenciones de los republicanos. Algunas voces del partido dudan de si, a última hora, Esquerra optará por una fórmula similar a la de Barcelona o el Congreso de los Diputados –gobernar con los comunes con un apoyo tácito del PSC en el exterior–, a pesar de que Aragonès lo niegue. "La negociación de la mesa del Parlament será un primer indicador", afirma uno de los consultados, mientras que otro pone de manifiesto que cuando se llegue a la constitución de la cámara catalana el gobierno independentista ya tendría que estar pactado. La incógnita se resolverá el día 12 de marzo, la fecha en que se inaugurará la nueva legislatura.

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