Los otros escándalos de Villarejo, icono de las cloacas

Barcelona¿Qué credibilidad pueden tener las palabras del excomisario José Manuel Villarejo? El debate ha vuelto a reavivar a raíz de sus declaraciones sobre el vínculo de los servicios secretos españoles con los atentados del 17 de agosto del 2017 en Barcelona y Cambrils. No es la primera vez, ni probablemente será la última, que el expolicía aprovecha su condición de amplio conocedor de las cloacas del Estado para hacer afirmaciones que desatan todas las polémicas. En diversas de ellas, no ha aportado nunca pruebas. En otras, se ha servido de su extensa fonoteca para intentar documentarlas. A menudo, incluso, sus consideraciones han coincidido con las de la Fiscalía. Una fiscalía que ahora pide para él más de 100 años de prisión en el marco del caso Tándem, la macrocausa sobre su red de espionaje que salpica a empresarios, partidos y cargos políticos, comisarios de la Policía Nacional y periodistas.

Si algún tema ha hecho famoso a Villarejo ha sido el del rey emérito y Corinna Larsen, con quien el excomisario se llegó a entrevistar en Londres. Según él, por encargo del mismo CNI, que consideraba que la examante del monarca se podía convertir en un problema de estado. De Juan Carlos I, llegó a decir desde el Congreso que se le habían suministrado hormonas femeninas para rebajarle la libido: "Se consideraba que era un problema de estado que fuera tan ardiente". Pero más allá de la cuestión sexual, Villarejo sabía por boca de Corinna que el monarca había pedido a su examante que le hiciera de testaferro para esconder patrimonio y propiedades en el extranjero. Y él lo había grabado todo. Son las grabaciones donde el expolicía asegura que están todas las pruebas que muchas veces se le reclaman, pero que ahora mismo están en manos de la justicia. Villarejo afirma que no tiene ninguna otra copia, pero no todo el mundo se lo cree.

A pesar de que el independentismo hacía tiempo que lo denunciaba, Villarejo fue de los primeros en confirmar en sede judicial que había una policía patriótica dedicada a investigar a políticos independentistas –y también a otros partidos como Podemos– al margen de la justicia. Lo sabía porque él era uno de los integrantes. Así lo confirmó en una declaración ante el juez en 2016 y lo ratificó a través de una comisión rogatoria donde llegó a declarar que el objetivo de aquella unidad de la policía era "perjudicar" a rivales políticos. Según él, incluso existen audios que lo documentan todo, pero el problema es que podrían estar manipulados. "Si algún día me dejan declarar sobre la operación Catalunya, explicaré cómo se manipulan correos y grabaciones", explicó recientemente. El Congreso también concluyó que había existido esta operación Catalunya. La familia Pujol está convencida que el excomisario está detrás de toda la operación que ha acabado con la familia investigada ante la justicia.

Villarejo se ha autodefinido como un fiel "servidor público" en varias declaraciones ante el juez. Cuando fue detenido en 2017, sin embargo, decidió poner en marcha el ventilador y uno de los principales damnificados fue el PP. En sede judicial apuntó que el expresidente del gobierno español Mariano Rajoy autorizó la operación Kitchen, destinada a espiar al extesorero popular Luis Bárcenas para intentar tomarle la información comprometida que pudiera tener contra el partido. "Nadie se puede creer que [Rajoy] no estuviera detrás", declaró, implicando también a la entonces secretaria general del PP, Maria Dolores de Cospedal. De Rajoy dijo que se comunicaba con él a través de un teléfono concreto del cual dio cinco cifras. En este caso no está del todo solo. Es la misma conclusión a la cual ha llegado la comisión de investigación del Congreso sobre este asunto. Incluso la Fiscalía Anticorrupción afirma que detrás de todo había "dirigentes del gobierno" español.

Pero el excomisario no solo ha disparado contra el PP, sino que también ha salpicado al PSOE. En 2018, el medio Moncloa.com, vinculado al policía, empezó a publicar audios que probaban varios encuentros entre Villarejo y la entonces ministra socialista de Justicia Dolores Delgado. Eran encuentros de cuando ella era fiscal de la Audiencia Nacional y se podía oír a Delgado, ahora fiscal general del Estado, haciendo comentarios homófobos y machistas –ella aseguró que estaban manipulados–. Uno de los problemas es que ella en un principio había negado los encuentros, pero tuvo que reconocer que como mínimo se habían visto tres veces. Delgado consideró que todo era un "chantaje" del policía desde prisión. Los tentáculos de Villarejo llegaron incluso a Podemos a través del caso Dina, el robo de un teléfono de Dina Bousselham, una excolaboradora de Pablo Iglesias. Cuando parecía que Iglesias era la víctima, estuvo a punto de acabar como investigado, pero el juez lo descartó.

Villarejo también ha estado en el centro de polémica por todas las causas judiciales que documentan la guerra sepultada entre empresas del Ibex-35 para controlarse las unas a las otras. Una guerra que tiene como principal damnificado el BBVA, que ha acabado investigado por los espionajes del excomisario –en este caso del banco a la empresa Sacyr–. También han sido salpicadas por haber hecho tratos con el policía otros compañías como Repsol, CaixaBank, Iberdrola o el Grupo Planeta. Villarejo también ha dejado muchas enemistades a la policía. Un excomisario del cuerpo, Enrique García Castaño, aseguró que la clase política era consciente del tipo de trabajo que hacía el policía. "Villarejo es un monstruo que han creado los políticos", declaró.