Villarejo dice que el CNI quería dar un "pequeño susto a Catalunya" con el imán de Ripoll
El excomisario responsabiliza a su enemigo Félix Sanz Roldán: "Calculó mal las consecuencias"
MadridJosé Manuel Villarejo continúa con su estrategia de dejar caer afirmaciones grandilocuentes y de gravedad para defenderse de sus causas judiciales. En la segunda jornada de interrogatorio por el primer juicio del caso Tándem, este martes ha vuelto a hablar de los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils, y los ha relacionado con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). El excomisario de la Policía Nacional ha aseverado que el ex director de los servicios de inteligencia Félix Sanz Roldán "calculó mal las consecuencias para dar un pequeño susto a Catalunya".
"Fue un grave error", ha afirmado Villarejo durante su declaración. No venía a cuento, pero cuando le han preguntado por su colaboración con el CNI ha contextualizado que estuvo trabajando con ellos "hasta el último día". "Trabajé con ellos para intentar arreglar el lío del famoso atentado del imán de Ripoll", ha relatado. Hace un año ya había vinculado al CNI con los ataques terroristas de 2017 en Catalunya, en un juicio que Sanz Roldán impulsó contra él por calumnias y denuncia falsa por haber dicho que el ex director del CNI acosó a la ex amante de Juan Carlos I Corinna Larsen. Villarejo acabó absuelto.
Esa vez el excomisario ya advirtió de que los servicios de inteligencia españoles habían ignorado un aviso de "riesgo importante" de atentado en Barcelona. Villarejo aseveró que el CNI no dio credibilidad a una fuente "fiable" que él quería infiltrar porque avisaba de que algunos imanes en Catalunya eran de los servicios secretos marroquíes. Así constaba en unas notas de trabajo de 2015, explicó, pero el CNI lo descartó.
La figura del imán de Ripoll, Abdelbaki es-Satty, sobrevuela las sospechas sobre el 17-A. Algunas defensas –sobre todo la del padre del niño de Rubí muerto en la Rambla– propusieron durante el juicio de los atentados que se indagase en la relación entre el CNI y el imán de Ripoll, pero no lo lograron. Es Satty murió en Alcanar como consecuencia de la manipulación de los explosivos que provocó la destrucción del chalet donde los terroristas preparaban el ataque, y en seguida se le consideró el "cerebro" de la operación. A lo largo del juicio, algunos testigos corroboraron su radicalización, pero no se llegó a esclarecer si era el autor intelectual de los atentados.
El presidente de una comunidad belga afirmó que Es Satty le había explicado que tenía contactos con agentes secretos españoles. Y el sumario judicial del 17-A incluía un informa de Instituciones Penitenciarias que revelaba la visita de dos agentes del CNI y dos de la Guardia Civil a Es Satty en la prisión de Castellón entre 2010 y 2014, donde cumplía condena por tráfico de drogas. La subdelegación del gobierno español en Castellón ordenó su expulsión, pero un juez la revocó alegando un "evidente arraigo laboral" y su "esfuerzo por integrarse".
Petición de explicaciones
Las reacciones a las palabras del excomisario no han tardado en llegar a través de las redes sociales. El expresidente de la Generalitat Quim Torra ha calificado de "gravísimo" lo que ha expuesto Villarejo: "Estaríamos delante de un crimen de estado. Hay que llegar hasta el final". El conseller de Interior en el momento de los hechos, Joaquim Forn, se ha preguntado "qué piensa hacer la Fiscalía. ¿Silbar como el Congreso de los Diputados?". "Tenemos derecho a saber la verdad", ha reclamado.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha anunciado la solicitud de comparecencia del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez; el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska; y el exdirector del CNI Félix Sanz Roldán. "El gobierno no puede callar", ha tuiteado. "¿Cuándo nos plantaremos?", se ha preguntado la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, que ha recordado que PSOE, PP, Cs y Vox votaron en contra de una comisión de investigación sobre el 17-A.
Sin pruebas
Villarejo no ha aportado ninguna prueba sobre esta afirmación y, tal como hace con el resto de cuestiones que propaga aunque no tengan relación con aquello por lo que se lo juzga, se ha escudado en que la justicia no le permite el acceso a sus agendas. Este lunes también se refugió en la operación Catalunya y las supuestas grabaciones manipuladas para defenderse. Como hizo cuando compareció por última vez en la comisión de investigación del caso Kitchen en el Congreso, ha hablado de jueces y fiscales que frecuentan prostíbulos y el consumo de cocaína.