El españolismo civil se activa para que el PP y Vox hagan presidente a Isla

Sociedad Civil Catalana presiona para reeditar un pacto unionista como en el Ayuntamiento de Barcelona y también incluye en la ecuación a los comunes

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Salvador Isla la noche del 12-M.

BarcelonaEn el Ayuntamiento de Barcelona funcionó el entendimiento unionista para evitar que Xavier Trias fuera alcalde en el 2023 y Ernest Maragall en el 2019. El PSC y los comunes fueron unos actores imprescindibles en ambos casos, pero también la plataforma de Manuel Valls primera vez y el PP el segundo. Hace pocos meses la entidad españolista Sociedad Civil Catalana tuvo un papel importante en la operación para hacer alcalde Jaume Collboni y ahora se ha vuelto a activar para hacer lo mismo en la Generalitat y permitir que Salvador Illa se convierta en presidente del país. La mesa del Parlament es la primera parada en esta operación, pese a que el PSC mantiene que su camino sólo pasa por hacer un pacto de izquierdas con ERC y los comunes.

Tras exitoso el año pasado, la presidenta de Sociedad Civil Catalana, Elda Mata, asegura al ARA que ahora "se abre una ventana de oportunidad para avanzar": "Con discreción, estamos trabajando aquí para que el constitucionalismo quiere ese cambio que han votado los electores". No quieren dejar pasar la oportunidad de tener un Govern sin nacionalistas por primera vez desde el restablecimiento del autogobierno en Catalunya. "Apostamos por lo mismo, por pactos a favor de la unidad y lo mantenemos como prioridad; lo hicimos en el Ayuntamiento y lo mantenemos ahora igual", añade.

Sociedad Civil Catalana vería con buenos ojos un pacto del PSC, el PP y Vox (68 diputados) o también incorporando a los comunes. Empujan en este sentido destacando que "hay que sacrificar una parte de lo que quieres" en toda negociación, como ocurrió en el consistorio. Y el papel de puente de esta entidad ahora mismo viene después de que el pasado verano capitalizara la movilización contra la amnistía en Cataluña, una protesta que, al final, también era contra el PSC y los comunes. "Hay unos partidos que no se saltarán la ley, pueden gustar o no, pero no se saltarán la ley", comenta Mata, quien cree que el PSC, pese a las discrepancias de la entidad con el olvido judicial, puede liderar el cambio: "No es tanto una cuestión de confianza porque los partidos a menudo anteponen los intereses por su supervivencia, pero creo que los partidos constitucionalistas saben que continuar en manos del régimen nacionalista no nos llevará a recuperar a una Catalunya como la que quisiéramos", explica . Asimismo, también interpretan que pueden presionar para conseguir su objetivo: defender el imperio de la ley, el bilingüismo y la "igualdad" entre todos los españoles.

Ahora bien, ¿es viable lo que quiere Societat Civil Catalana? Por ahora, al menos públicamente, ninguno de los actores lo avala. Ni el PSC ni los comunes abogan por un frente unionista, ni tampoco el PP ni Vox quieren apoyar a los socialistas si Pedro Sánchez no rompe con los independentistas en el Estado. Sin embargo, la primera prueba de fuego es la mesa y la presidencia del Parlamento, que es clave para decidir qué candidato es el primero en ir a la investidura, pero también para decidir si se aceptan o se rechazan iniciativas o se compatibilizan o no los votos de los diputados exiliados. Así, en estos momentos las conversaciones entre el PP y el PSC no han llegado a un punto satisfactorio, pero todo acabará decidieran el mismo lunes. De hecho, tampoco han aflorado conversaciones entre la extrema derecha y los populares, que necesitan tejer alianzas si quieren un sitio en la mesa. Desde Vox aseguran que el PP no se ha puesto en contacto con él y que, por tanto, los diputados ultras se votarán a sí mismos sin participar en ningún pacto.

Desconfianza con el PSC

Pero no todo son flores y violas para el PSC con las entidades espanyolistas: no todas presionan o quieren que encabece el Govern. La aprobación de la amnistía o el pacto por la ley educativa en Cataluña para proteger la inmersión lingüística han enfriado las cosas. "El 2022 fue un antes y un después", explica la presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe, Ana Losada, sobre el año en que fructificó el pacto por el catalán en la escuela entre el PSC, ERC, Junts y los comunes. "Tuvimos una relación estrecha con [Salvador] Isla hasta después de la sentencia del 25%", añade. De hecho, se desmarcan de presionar en ningún sentido y esto se debe a la "desconfianza" con los socialistas porque "en privado defienden cosas que en público no", en referencia a la política lingüística, y añade que "no se ve a venir un pacto entre el PSC y el PP" con opción de aplicar el bilingüismo, aunque estarían contentos.

Por otra parte, el presidente de Impulso Ciudadano, José Domingo, no presiona, pero sí se adhiere a un pacto PSC-PP-Vox con un "programa constitucionalista" en lengua en las instituciones y en educación, entre otras cosas. Pide "que se aproveche la oportunidad, pero no para que Isla haga políticas independentistas". Es consciente de que es "difícil" el acuerdo españolista y ve conveniente que Isla "coja la iniciativa y lo intente".

Tampoco hace presión Convivencia Cívica Catalana. Su presidente, Ángel Escolano, ve "imposible" un acuerdo unionista y vaticina que "será inútil" la mayoría parlamentaria de los favorables a la unidad de España "porque la política catalana depende de Madrid", donde Pedro Sánchez mantiene un pacto con los independentistas.

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