Las espinas clavadas del PSC: ¿dónde no gobierna?
Se les resisten ciudades metropolitanas como Badalona o El Prat, pero también ciudades históricamente socialistas como Terrassa
BarcelonaLos socialistas gobiernan en la Moncloa, la Generalitat, la Diputación de Barcelona y en tres de las cuatro capitales catalanas. Pero, pese a su ascenso electoral a Catalunya desde el 2021, hay territorios que todavía se les resisten. Uno de los que más cuece a los socialistas es Girona, donde ganaron en el 2023 pero no lograron gobernar después de que un pacto entre Guanyem, Esquerra y Junts diera la alcaldía a Lluc Salellas. La flamante ganadora de las elecciones, la socialista Sílvia Paneque, se ha despedido recientemente del Ayuntamiento por asumir el cargo de consejera de Territorio, Vivienda y Acción Climática y portavoz del Govern, con la incógnita de quien le tomará el relevo. Pero, más allá de Girona, ¿qué se le resiste al PSC?
Dentro del cinturón rojo, la Galia está sin duda Badalona, en manos del alcalde del PP Xavier García Albiol. En el 2011 le arrebató la alcaldía al PSC, que la tenía desde 1999, y desde entonces ha permanecido invicto en las urnas pese a los pactos de izquierdas que, a lo largo de los años, le han desbancado del frente del consistorio . Una alianza puntual entre socialistas y populares contra Dolors Sabater (Guanyem) en el 2018 dio la vara de alcalde al exalcalde del PSC Àlex Pastor, que renunció dos años más tarde, cuando se vio involucrado en un escándalo por conducir borracho y agredir a un mozo en el 2020, en confinamiento. Albiol recuperó la alcaldía porque las izquierdas no se pusieron de acuerdo para sustituir a Pastor, pero la perdió de nuevo en el 2021 por una moción de censura de la oposición a raíz de la aparición de su nombre en papeles de Pandora. Las elecciones municipales del 2023 dieron una mayoría incontestable de 18 concejales de 27 en Albiol, y las izquierdas badalonesas no pudieron volver a sumar para desbancarle.
Ahora los socialistas tienen cuello abajo que, para batir a Albiol en las urnas, hay que cambiar de estrategia: su líder municipal, Fernando Carrera, lleva días visitando barrios y vecinos a pie de calle para darse a conocer y , en lugar de seguir apostando por un frente infranqueable de izquierdas, ha negociado con él los presupuestos a cambio del apoyo de los socialistas.
El caso de Ballart
La otra espina que el PSC tiene clavada es la de Terrassa: su alcalde, Jordi Ballart, partió peras con los socialistas en el 2017 por la aplicación del 155 y porque, a su juicio, había dejado de ser un partido de izquierdas. También abandonó el cargo de alcalde, que había heredado de manos del socialista Pere Navarro, pero regresaría de la mano de un partido de nueva creación que ganó los comicios en el 2019. Ahora gobierna en Terrassa con Esquerra i Junts, y con la socialista Eva Candela como jefe de la oposición.
Se da la circunstancia de que tanto en Badalona como en Terrassa los socialistas han ganado en las últimas elecciones generales y catalanas. Lo mismo ocurre en Castelldefels, donde el alcalde y diputado del PP, Manu Reyes, vuelve a ser alcalde desde el 2023 (gracias a un pacto con un exconcejal del PSC) después de que los acuerdos de la oposición le desbancaran de la alcaldía en 2015 y 2019. Ahora el PSC ha perdido su cara visible en el municipio: era la nueva consellera de Educación, Esther Niubó, que tenía el reto de recuperar una alcaldía que durante 23 años ostentó el histórico socialista Agustín Marina. A pocos kilómetros de distancia, y falcado de los grandes feudos socialistas del área metropolitana, se encuentra El Prat de Llobregat. Siempre ha sido gobernado por alcaldes del espacio a la izquierda del PSC: primero del PSUC, después de Iniciativa y ahora de los comunes. El alcalde y diputado de los comunes, Lluís Mijoler, gobierna ahora con los socialistas en coalición.
Entre las ciudades con más población de Catalunya, al PSC también se le escapa Sant Cugat, con un alcalde de Junts con apoyo de Esquerra, y Manresa, donde Esquerra gobierna con los socialistas. En ambos casos, los socialistas catalanes todavía tienen piedra que picar: en ambos municipios Junts se impuso como primera fuerza el 12-M.