Sergi Moyano: "Con ETA político-militar hubo una amnistía encubierta"
Periodista
ValenciaEl periodista valenciano Sergi Moyano (Carcaixent, 2000) publica Operación Apolo. El secuestro de Luis Suñer a manos de ETA político-militar de la mano de la Unión de Periodistas Valencianos y la Institución Alfons el Magnànim. La obra reconstruye el rapto del empresario alzireño el 13 de enero de 1981 y revela detalles hasta ahora desconocidos, como la participación de ciudadanos valencianos en la operación.
¿Cómo arranca la investigación?
— Una amiga me confesó que había sido muy amiga de un chico que le dijo que era uno de los secuestradores. Ella no quiso decirme quién era, pero yo empecé a atar cabezas y llegué hasta él, y él aceptó hablar por primera vez. Fue el primer y único secuestro de ETA en la Comunidad Valenciana, y conmocionó a la sociedad no sólo de Alzira sino de toda la Comunidad Valenciana.
Tuvo acceso al sumario pero sólo conversó con uno de los cuatro miembros del comando, aunque el delito prescribió.
— La mayoría suelen no querer contar su participación, sobre todo en casos como éste, que son muy delicados porque nunca han sido detenidos ni identificados. Hubo una especie de amnistía encubierta con los polimilios [a raíz de un atentado que causó doce muertos en Madrid en 1974, se produjo la escisión entre ETA militar y ETA político-militar]. A los que tenían causas abiertas se les absolvió por supuestamente falta de pruebas, y otros fueron indultados.
Revela que el escondite donde tuvieron Suñer estaba en un municipio de la comarca de la Safor.
— Sabían que en la Comunidad Valenciana debían diluirse al máximo entre la sociedad. Aprovecharon que Xavi y Nel·lo [nombres ficticios de dos de los cuatro miembros del comando] pretendían abrir un negocio en una casa antigua del pueblo. Hicieron el zulo en el corral y en el día a día ellos atendían el negocio.
Cuenta episodios curiosos, como los reproches del empresario a la familia por intentar rebajar el rescate.
— La familia recibió una carta de Suñer, que desde el zulo insultaba a todos sus familiares porque las negociaciones estaban yendo mal. En la carta le decía a la hija: "¿Qué quieres heredar ya? ¿Qué quieres? ¿Qué me matan?Inicialmente, ETA político-militar pedía 1.500 millones de pesetas, pero finalmente aceptó 325.
Era empresario de pollos congelados, helados y cartonajes. En 1978 declaró 2.095 millones de pesetas de patrimonio neto, el más alto del Estado. Era alguien muy importante para una ciudad de entonces 37.000 habitantes.
— Era Juan Roig [propietario de Mercadona] de los 80.
Relata que también era capaz de telefonear a la Guardia Civil para que apalearan a unos trabajadores.
— No toleraba el sindicalismo de clase. Vivía con incomprensión que le hicieran huelgas. Tenía un sentido muy paternalista. Construyó las casas en las que vivían los empleados, les financiaba el coche y les descontaba el importe de la nómina. Era el presidente de la falla, de la cofradía, del club de fútbol...
¿Qué queda del emporio de Suñer?
— Nada. Ha desaparecido o la familia le ha derrochado. En los últimos años él mismo realizó unas inversiones ruinosas. Avidesa, la fábrica de helados, pertenece ahora a una compañía que hace marcas blancas.
El 23-F hizo peligrar el secuestro y jugó un papel importante en el futuro de ETA político-militar.
— Fue el elemento que hizo que se dieron cuenta de que su actividad ponía en riesgo la democracia y las instituciones que estaban empezando a consolidarse.
Con la disolución de ETA político-militar, una parte del dinero del rescate se destinaron a financiar proyectos como la película 'La fuga de Segovia'. ¿Hay otros?
— Hay diarios [Egin], revistas [Ere y Euskadi Sioux], algún libro... También dieron dinero a las guerrillas latinoamericanas, a un partido de la izquierda andalusista... Los polimilios saben que la última batalla de un conflicto es siempre la del relato.
¿Y a proyectos de los Països Catalans?
— Ellos tenían relación especialmente con el Partido Socialista de Liberación Nacional (PSAN). De hecho, conjuntamente hicieron un asalto frustrado en el cuartel militar de Berga. Ofrecieron a la pareja de valencianos dar parte del dinero [10%] para crear un partido nacionalista valenciano, pero no encontraron interlocutor.
¿Le ha cambiado el libro la opinión sobre la lucha armada?
— Cuando abres un diario de cualquier día del año 80 encuentras asesinados, secuestros, extorsiones... Me ha cambiado bastante la visión de la Transición. Fue una Transición construida sobre los fallecidos de toda la gente que fue asesinada durante esos años.
Ha conversado con los principales dirigentes de ETA político-militar. ¿Qué balance hacen?
— Buena parte siguen justificando su existencia. También es cierto que están orgullosos del camino que transitaron para dejar las armas [en 1982]. Y han vivido con satisfacción la disolución de ETA en el 2000, en el sentido de "ya nos avanzamos".