Elecciones en Euskadi

La euforia por el Athletic deja paso a la tensión PNV-EH Bildu

Los jeltzales buscan un golpe de efecto en el segundo tramo de campaña para deshacer el empate con la izquierda abertzale en las encuestas

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Carteles electorales en el centro de Legorreta, en Euskadi.

MadridLa euforia por la gabarra en Bilbao ha pasado y las hostilidades comienzan a notarse en la campaña electoral de Euskadi. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Euskal Herria Bildu (EH Bildu) afrontan el tramo final hasta el 21-A con un empate técnico en las encuestas, después de una primera semana de baja intensidad muy condicionada por la victoria del Athletic en la final de la Copa del Rey y la posterior celebración este jueves en la capital vizcaína. "Los partidos saben que el foco estaba en otro sitio", asegura el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Deusto Felix Arrieta. La muerte del lendakari José Antonio Ardanza el lunes también incidió en que la campaña, de momento, haya sido descafeinada.

"La campaña de verdad comienza ahora", subrayaba en un acto este viernes el candidato de los jeltzales, Imanol Pradales. Fuentes de la candidatura explican al ARA que el PNV suele realizar una puesta en escena potente el primer sábado de campaña, pero esta vez lo descartaron por la cita futbolística. "No tenía sentido dar un gran mitin en Vizcaya, nuestro bastión, con una mitad de la gente en Sevilla y otra pendiente del partido", anotan. Por eso este gran acto fue este sábado, con la presencia del aún lendakari Iñigo Urkullu. En esta segunda semana multiplicará su actividad como el presidente de la formación, Andoni Ortuzar.

En EH Bildu están satisfechos con una campaña de perfil bajo y centrada en cuestiones sectoriales, como la situación delOkasidetza, que es como se conoce en euskera el sistema sanitario público. La pandemia puso en evidencia sus costuras y éste es uno de los flancos que los abertzales han cogido para intentar desgastar al PNV, en sintonía con la estrategia de priorizar el eje social en lugar del nacional. "A Bildu le va bien que no se genere ruido, llamar al consenso y transmitir mensajes e imágenes simpáticas y positivas", analiza Arrieta. En estos primeros días, las únicas citas destacadas fueron los dos debates electorales televisados. Uno fue el martes en RTVE sin la presencia de Pradales ni de Pello Otxandiano, que sí se vieron las caras el miércoles en ETB.

No se dio un clima de confrontación como el que se da en la política española, sino que Pradales procuró evidenciar que EH Bildu representa un modelo distinto al actual. "No se parece al nuestro. La gente de Euskadi pone de media un 7,5 a la calidad de vida. Quizá el país no esté tan mal", defienden desde la sala de máquinas del PNV. Por contra, Otxandiano, que aspira a captar votantes de los nacionalistas vascos, habla de "construir un modelo entre todos", anota el profesor de ciencias políticas de la Universidad del País Vasco Asier Blas. "Bildu transmite que no quiere desmontar sino mejorar. Y el PNV quiere transmitir que Bildu viene a deconstruir y hacer algo de cero", añade.

La abstención, enemiga del PNV

En el ecuador de la campaña, la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) reflejaba el jueves una pequeña ventaja para los aberzales. "EH Bildu quisiera que las elecciones fueran mañana mismo", subrayan desde el PNV, que se marcan como objetivo luchar contra la abstención. Su diagnóstico es que con una participación del 60% ganaría a Otxandiano y que con un 65% la victoria sería para Pradales. "EH Bildu transmite tranquilidad, mientras que en el PNV existe cierto nerviosismo", observa desde fuera Arrieta, y así lo corroboran fuentes de ambas formaciones. "Vamos a buscar golpes de efecto", admiten desde la candidatura de Pradales, que apuntan que la suya es la opción preferida de los indecisos.

En EH Bildu temen que la estrategia del PNV para revertir la dinámica sea "atizando el miedo" y "enfangando el terreno", y creen que ya se ha empezado a ver. "Dicen que queremos desarmar a la Ertzaintza y es mentira. Y que eliminaremos las deducciones fiscales por vivienda. ¡Mentira!", se quejan los abertzales. "Nosotros no atacamos a nadie. Si Bildu dice que quiere sacar la deducción por la compra de vivienda, nosotros decimos que la vamos a mantener", replican los jeltzales. El próximo debate en el que se verán las caras Pradales y Otxandiano será el martes, en el último debate televisivo, en ETB y en castellano, el que se espera que tenga mayor audiencia. "No nos meteremos en temas personales ni del pasado. No vamos a utilizar el tema de ETA", aseveran fuentes del PNV, aunque en precampaña Pradales se preguntaba "dónde estaba Arnaldo Otegi hace 40 años".

Más allá de alguna mención, ETA no forma parte de la campaña electoral en Euskadi. "Aquí no tiene recorrido", destaca Arrieta. La polarización que se atribuye a estas elecciones por la posibilidad de que EH Bildu gane en el PNV, de hecho, no es comparable con la "tensión real" que se produjo en la campaña de 2001 entre Juan José Ibarretxe (PNV) y Jaime Mayor Oreja (PP). El sistema político en Euskadi ha cambiado desde entonces hasta establecerse un bipartidismo imperfecto, es decir, dos partidos grandes que necesitan satélites para articular a la mayoría. En este grupo entra en juego el PSE, que se afana por reivindicarse como "decisivo" en la formación de gobierno. Este sábado su candidato, Eneko Andueza, se ha acompañado en un acto en Donosti del presidente español, Pedro Sánchez, quien ha prometido que ésta sería la legislatura de la vivienda y ha reivindicado su gobierno ante el PP y Vox: " No taparán los logros". A su vez, el líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo, tras asistir a la toma de posesión de Alfonso Rueda como presidente de la Xunta, recetó en Euskadi el modelo gallego: "Estabilidad y unidad".

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