BarcelonaQue Pedro Sánchez defendiera con tanta vehemencia la amnistía el pasado sábado en el comité federal del PSOE solo podía significar que había llegado la hora de poner toda la carne en la parrilla. Y desde hace semanas esto significa no dejar ningún margen de duda de que los socialistas rehabilitan a Carles Puigdemont como actor político de primer nivel. La fotografía de este lunes en Bruselas es una exigencia desde el primer minuto de las negociaciones del líder de Junts, que, es cierto, preferiría haber tenido en el sofá de al lado al presidente español, Pedro Sánchez. De momento es su mano derecha, Santos Cerdán, quien muestra a todos –también a la militancia socialista que ha empezado a votar en la consulta interna– que Puigdemont ha dejado de ser alguien a quien hay que perseguir judicialmente para engrosar el capítulo de potenciales aliados. Ahora ha llegado el momento de hacerlo público, pero no es la primera vez que se sitúa a Cerdán en Bruselas.
Pero la foto de este lunes no solo evidencia las renuncias socialistas. Hace cuatro meses que Puigdemont rechazó de forma vehemente que Junts investiría a Sánchez, "un tío al que no comprarías ni un coche de segunda mano". La imagen con dirigentes socialistas probablemente tampoco agradará a una parte de su electorado.