El futuro de las euroórdenes ya está en manos del Tribunal de Luxemburgo

Después de la decisión de la justicia europea, Llarena decidirá si reactivarlas o mantenerlas en pausa

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El juez del Supremo Pablo Llarena.

BarcelonaLa carpeta de las euroórdenes ya está sobre la mesa del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, y no a petición de los exiliados, sino del magistrado instructor de la causa contra ellos, Pablo Llarena. Este martes el Tribunal de Luxemburgo ha comunicado que ha admitido a trámite las cuestiones prejudiciales sobre las euroórdenes que Llarena elevó a la justicia europea. Lo hizo el mismo día que la Eurocámara retiró la inmunidad a Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí y, de hecho, no fue una mera coincidencia, sino el primer paso para extraditarlos después de quedarse sin privilegios parlamentarios. Concretamente, Llarena pidió al TJUE que aclare los límites que tienen los tribunales de los estados miembros para rechazar las euroórdenes. Primero fue la justicia alemana, después la escocesa y finalmente la belga –rechazó la extradición de Lluís Puig– las que han denegado las euroórdenes, y el magistrado del Tribunal Supremo cree que no tenían potestad ni competencias para fiscalizarlas.

La opinión que pueda tener el TJUE marcará el futuro de los exiliados. Llarena esperará la respuesta de la justicia europea para decidir si mantiene o no las euroórdenes sobre Puigdemont, Comín, Ponsatí –reclamados por delitos de sedición, malversación y desobediencia–, si reactiva la petición de extradición de Marta Rovira y si vuelve a pedir la de Lluís Puig a pesar de que ya ha sido rechazada por Bélgica. La espera de Llarena, sin embargo, se prevé larga. El TJUE ha decidido tramitar sus preguntas siguiendo el procedimiento ordinario y, de media, no se publica la sentencia hasta 16 meses después del inicio del proceso.

En cambio, la justicia europea tramitó de urgencia el recurso de Oriol Junqueras sobre su inmunidad, que resolvió en diciembre de 2019 con tres meses de margen. El recurso fue planteado por su abogado, Andreu Van den Eynde, y el juez del Supremo Manuel Marchena aceptó elevar la cuestión a la justicia europea. Entonces el TJUE aplicó el procedimiento acelerado, en el que se reducen los plazos de traducción a los diferentes idiomas y el presidente del TJUE puede invitar a los interesados a limitar sus escritos de alegaciones. Con todo, se optó por tramitar de urgencia el recurso de Junqueras porque en ese momento estaba en prisión provisional. Finalmente, el TJUE sentenció que el líder de ERC tendría que haber podido salir de la prisión para asumir el cargo de eurodiputado, porque tenía inmunidad parlamentaria desde el momento en el que se proclamaron los resultados de las elecciones europeas. Aún así, en el momento de la sentencia Junqueras ya estaba condenado por sedición y la prisión no era preventiva, hecho que impidió que la decisión tuviera más recorrido.

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