Del óleo de Isla a la piña de Aragonès: las meteduras de pata de los presidentes
La mayoría de jefes del ejecutivo han tenido que pedir disculpas por declaraciones controvertidas
BarcelonaEl Govern aprobó el pasado 10 de diciembre la creación de los Premios mejores Aceites de Oliva Verge Extra Catalunya y sólo tres días después organizó una gala en la Fatarella para reconocer la labor de los productores catalanes. El ejecutivo hacía el anuncio ni un mes después de la polémica por la presencia del presidente, Salvador Illa, en una feria del óleo de Jaén en Sabadell el 17 de noviembre. El independentismo le acusó de "promover a los competidores" de los productores catalanes y calificó la visita de Isla de "lamentable".
El presidente negó haber hecho promoción de un óleo de otro territorio con el argumento de que estaba atendiendo a una invitación de la Diputación de Jaén y lamentó que algunos lo utilizaran como "arma de confrontación entre territorios". Para tratar de desvanecer dudas, Isla sentenció: "El óleo catalán es el mejor del mundo". Y de las palabras ocurrió a los hechos reuniéndose en la Generalitat unos días después con los máximos representantes de las cinco denominaciones de origen catalanas. "Este Gobierno está y estará junto al sector", remachó por cerrar la polémica.
No ha sido el único presidente que ha metido la pata y se ha visto obligado a rectificar o matizar sus palabras. En abril de 2022, durante el preestreno en Lleida de la películaAlcarràs, que aborda la lucha de una familia de campesinos que cultivan melocotones, su predecesor, Pere Aragonès, hizo unas declaraciones que hicieron que un escalofrío recorriera el espinazo de los campesinos del Segrià. En respuesta a la pregunta sobre cuándo había comido fruta por última vez, explicó que comía piña cada mañana. "¡La piña viene de lejos!", se exclamó la periodista Elisenda Carod. Aragonés intentó arreglarlo: "Bueno, pero también se hacen... y también llegan al país... Y después, evidentemente, de manzana como bastante a menudo". Sin embargo, su controvertida respuesta ya se había hecho viral en las redes.
En el primer aniversario del 1-O, el presidente Quim Torra apoyó las acciones que ese día llevaron a cabo los CDR en todo el país. "Apriete, y haga bien deapretar", subrayó, pese a ostentar el cargo de presidente. Unas palabras que PP y Cs interpretaron como un llamamiento a la violencia y que los CDR también calificaron de hipócritas por las cargas policiales de los Mossos d'Esquadra dirigidos por el conseller Miquel Buch, y la parálisis del Proceso, Torra no se disculpó por aquellas declaraciones. el 30 aniversario del atentado de Hipercor el 19 de junio de 2017, comparó "la persistencia para acabar con ETA" con la que era necesaria, a las puertas del 1-O, para celebrar el referéndum. ~ De Galicia a la Tierra Santa
Artur Mas también se puso en un lío ante el enésimo el ataque de Cs contra la inmersión lingüística en la escuela pública. Dijo que los escolares catalanes "sacan las mismas notas de castellano que los de Salamanca, Valladolid, Burgos y Soria". Y añadió: "Y no hablo ya de Sevilla, Málaga o Coruña porque ahí hablan el castellano, pero a veces a algunos no se les entiende". Unas declaraciones que levantaron una gran polvareda: "Es una pena que las legítimas reivindicaciones de Catalunya tengan mucho menos eco que una afirmación despreocupada que no tenía ninguna voluntad de ofender a nadie".
José Montilla se vio inmerso en otra polémica con otra autonomía, pero en su caso únicamente con Galicia. Interpelado sobre la reforma laboral en el 2010, recriminó a CiU su papel en Madrid: "Allí no se sabe si suben o bajan, hacen de gallegos en Madrid". El departamento de Presidencia afirmó que Montilla utilizó "una expresión coloquial sin ánimo de ofender a nadie" y lamentó que hubiera podido causar "malestar" a ciudadanos gallegos.
En cuanto a Pasqual Maragall, también tuvo que pedir perdón por la famosa fotografía que tomó en Jerusalén al entonces líder de ERC y vicepresidente del Govern, Josep Lluís Carod-Rovira, con una corona de espinas en la cabeza durante el viaje que realizaron en el 2005. Maragall se hizo responsable de una acción, que tildó de "estúpida", pero opinó que no se puso en peligro "el prestigio" de Catalunya frente a los reproches de CiU y PP. Maragall ya se había reunido con el arzobispo de Barcelona después de que la jerarquía eclesiástica española criticara abiertamente la actitud de Maragall y Carod por "mofarse de la simbología cristiana".
Cuando aún no era presidente, Jordi Pujol también tuvo una declaración desafortunada que Cs recuperó en las elecciones de 2012. "Todos tenemos una frase desgraciada que nos persigue toda la vida", lamentó el expresident, que pidió "no ser juzgado" por el fragmento de un libro sobre la inmigración publicado en 1978 como una antología de artículos escritos en décadas anteriores. "El hombre andaluz no es coherente, es anárquico y destruido, es generalmente un hombre poco hecho. Vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Si por la fuerza del número llegara a dominar, el andaluz destruiría Catalunya", decía en el libro.