Política

Cuando Iceta le marcó tres goles al Barça

El tío abuelo del ministro fue capitán del Athletic de Bilbao y entrenó a la selección española

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Luis Iceta, de blanco, durante el Athletic-Barça del 1915

BarcelonaEl 31 de enero de 1915 el Barça se desplazó hasta Bilbao para jugar unos cuantos partidos amistosos. Entonces era normal hacer esas giras porque no existía la Liga y era una manera de ganar dinero y darse a conocer. Tener al mejor equipo catalán de gira por esa parte de la Península siempre era un reclamo, sobre todo esos años en los que el Athletic había inaugurado su flamante estadio, San Mamés. Y el Barça lo hizo bastante bien en el debut en el mítico campo, porque empató 1-1 a pesar de un gol inicial de Rafael Moreno Aranzadi, más conocido como Pichichi, el sobrino del escritor Miguel de Unamuno. Pero pocos días después el Athletic goleó por 5-0 a los catalanes en un segundo partido en el que Pichichi volvió a marcar. Ahora bien, el gran héroe del día fue Luis Iceta, autor de tres goles. Iceta es, precisamente, el tío abuelo de Miquel Iceta, que lo recordó durante la toma de posesión como nuevo ministro de Política Territorial.

Si en Catalunya el Iceta conocido es el político, en el País Vasco el famoso siempre había sido Luis Iceta Zubiaur (Bilbao, 1890), el primer apellido escrito a veces con z. Iceta fue uno de los primeros héroes del Athletic Club, justo en los años en los que el equipo bilbaíno decidió que los futbolistas ingleses ya no tenían cabida. Había que alinear solo a vascos como Iceta, que jugó 41 partidos del 1910 al 1916 y disputó tres finales de Copa, dos de las cuales como capitán. Iceta, un chico muy educado de una familia de comerciantes, se enamoró del fútbol a pesar de que su padre creía que era una pérdida de tiempo. De hecho, lo había llegado a mandar a Inglaterra para que estudiara confiando en que seguiría el negocio familiar, pero el hijo utilizó su dominio del inglés para reforzar su papel como futbolista: se convirtió en el intérprete entre los jugadores y el entrenador, el inglés William Barnes. Fue Barnes, justamente, quien cambió la posición sobre el césped de Iceta y lo hizo pasar de delantero a centrocampista.

Iceta vivió unos años apasionantes en los que el Athletic pasó de ser el mejor club del País Vasco a mandar en toda España ganando la Copa del Rey unas cuantas veces. Y también tuvo el honor de participar en dos partidos históricos. Por un lado, el primer partido en el que el Athletic vistió la camiseta blanca y roja. Antes era blanca y azul, como el Blackburn Rovers inglés. Pero el estudiante vasco que tenía que comprar camisetas nuevas de estos colores en Inglaterra no las encontró y acabó comprando unas del Southampton sin imaginarse que estaba cambiando la historia del club vasco, que ya nunca ha abandonado las franjas que defendió con orgullo Iceta. Y, por otro lado, Luis fue el encargado de liderar a los leones como capitán el día que inauguraron San Mamés, el 21 de agosto del 1913 contra el Racing de Irún. Según las crónicas de la época, Iceta tenía admiradoras esperándolo en la puerta del estadio cada día.

Ahora bien, Iceta no podía competir con la fama de Pichichi ni de José María Belauste, el otro goleador del equipo, un delantero que jugaba con un pañuelo en la cabeza y parecía un levantador de piedras. Fuerte y alto, marcaba goles quitándose de encima a los rivales violentamente. De hecho, fue él el creador del mito de la "Furia española" cuando en los Juegos Olímpicos de Amberes del 1920, antes de una centrada en un partido contra Suecia, dijo la frase "¡A mí el pelotón, Sabino, que los arrollo!" a su compañero del Athletic Sabino Bilbao. Y sí, Belauste marcó en ese partido e hizo que la prensa creara el mito de la furia de los españoles sin imaginarse que Belauste renunciaba a ser español, porque militó en unas cuantas organizaciones nacionalistas vascas. Su hermano, de hecho, fue uno de los fundadores del PNB. Y el propio Belauste acabaría exiliado en México después de la Guerra Civil.

También los Iceta eran nacionalistas vascos. Miguel, el abuelo del ministro, era un ingeniero que colaboró con el gobierno del lehendakari José Antonio Aguirre. Un Aguirre que, curiosamente, también había jugado en el Athletic, a pesar de que no coincidió con Luis Iceta. Cuando estalló la guerra, el gobierno vasco pasó a controlar la fábrica de neumáticos Firestone y la puso al servicio de la industria de guerra. Y al frente destinaron al ingeniero Miguel Iceta. Nacionalista vasco convencido, Iceta sufrió la represión franquista cuando Bilbao cayó en manos fascistas, tal como explicaba en su blog Iñaki Anasagasti.

Miguel fue acusado de haber ayudado al gobierno vasco en su industria de guerra y pasó por la prisión. Luis, como era un deportista conocido, tuvo más suerte, a pesar de que también fue interrogado. Ahora bien, pudo rehacer su carrera y el 1951 sería escogido para ser uno de los seleccionadores de España. En esa época era normal tener unos cuantos entrenadores a la vez, para poner de acuerdo a todo el mundo. Y la Federación, después del éxito del Mundial del 1950, apostó por tres técnicos a la vez: Félix Quesada de Madrid, Iceta de Bilbao y Paulino Alcántara de Barcelona. El experimento no funcionó mucho. "Los Iceta hemos dado un ministro y un seleccionador", decía orgulloso el político socialista.

Cuando llegó a seleccionador, Luis ya había perdido a su hermano Miguel, que murió de tuberculosis poco después de salir de la prisión en los 40. El hijo de Miguel, de hecho, acabaría dejando Bilbao y se iría a Barcelona después de conocer en una boda en Bilbao a Montserrat, hija de una familia catalana, los Llorens, simpatizantes de ERC. Octavi, el padre de Montserrat, vendía máquinas de escribir y uno de sus socios era de Bilbao. Y cuando lo invitaron a una boda a la que no podía ir, mandó a su hija, sin imaginar que así empezaría una historia de amor. De hecho, Montserrat se quedó más días de los previstos en Bilbao, para estar con Miguel. Y salvó la vida así, pues el vuelo que tenía previsto coger inicialmente se estrelló, según todavía explica la familia Iceta.

Así acabó en Catalunya Miguel Iceta. Por amor. El 3 de octubre del 1959, en el Hotel Avenida Palace de Barcelona, los Llorens Ulargui unieron su destino con los Iceta Soto. Era la boda de los padres de Miquel Iceta, el político catalán con raíces vascas que ha acabado de ministro en Madrid.

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