Illa pone deberes a los consellers: traspaso de Rodalies, catalán en la UE i combatir la delincuencia

El presidente se lleva a los consejeros al monasterio de Poblet en un fin de semana de trabajo

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Salvador Illa y su gobierno se reúnen en el monasterio de Poblet

BarcelonaPere Aragonès fue el primer presidente de la Generalitat que, con el arranque de su gobierno, entonces todavía de coalición con Junts, se llevó a sus consejeros de convivencias. Este viernes, el nuevo ejecutivo de Salvador Illa, inicia unas jornadas de trabajo –desde el Govern rechazan decirle convivencias, colonias, o nada que pueda sonar en infantil–, que se alargarán hasta el sábado al mediodía, en Poblet (Cuenca de Barberá).

Aunque no se trata de una reunión del consejo ejecutivo –es decir, no se tomarán acuerdos de gobierno, ni habrá comparecencias públicas–, el objetivo del encuentro es empezar a fijar las prioridades del Plan de Gobierno del ejecutivo, en el que se esboza qué centrará la actividad de cada departamento. El presidente ha encargado a los consejeros que, para este fin de semana de trabajo, expongan al Govern cuáles serán las líneas maestras de su actuación. Y en línea con la definición de las prioridades políticas, se articularán las prioridades presupuestarias del ejecutivo. De hecho, esta semana se han dictado las normas para elaborar las cuentas, un trámite ejecutivo que inicia la elaboración del presupuesto, además de tener los primeros contactos con ERC y los comunes para poner en marcha la negociación.

La reunión extraordinaria del Govern comienza esta mañana y terminará mañana antes de comer. Illa y los consejeros han sido recibidos por el abad del monasterio, Rafel Barruè, antes de empezar el programa de trabajo. Los miembros del ejecutivo catalán estarán en la hospedería del monasterio y, de hecho, compartirán comida con el abad y los monjes de Poblet, y tendrán la posibilidad de tener un espacio de oración.

Sea como fuere, el ejecutivo insiste en no decirle convivencias y en no compararlo con los encuentros que hizo el gobierno de Aragonès cuando todavía era de coalición. “El nombre nos parece frívolo y nosotros no debemos conjurarnos para estar unidos, no vamos a hacer teambuilding”, reflexiona una voz del ejecutivo. De hecho, un miembro del Gobierno, que tampoco conseguía encontrar un sinónimo en convivencias que le satisfaciera, lo comparaba con los encuentros que la plana mayor del PSC ha estado haciendo a lo largo de estos años en el marco del gobierno alternativo de Cataluña.

¿Por qué Poblet?

"Es una decisión personal del presidente", traslada el Gobierno. Con la elección de este monasterio, Illa pretende enviar un doble mensaje: la importancia del territorio (es decir, que el país va más allá de Barcelona), y la catalanidad de Poblet. De hecho, esta catalanidad, en según qué sectores políticos, se considera más amplia que la del otro gran símbolo nacional y religioso de Cataluña: Montserrat. Entre otras cosas, porque Montserrat es territorio convergente –es donde Jordi Pujol hizo nacer la formación hegemónica del catalanismo después de la dictadura–. En Poblet es donde se encuentra la tumba de Jaume I, y sobre todo, es donde el expresidente Josep Tarradellas cedió su archivo personal a su regreso del exilio. Y más allá de los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, si un expresidente reivindica Illa es Tarradellas. Illa también es católico practicante.

Ahora bien, el monasterio cisterciense también ha sido importante para otros líderes de la política catalana. El expresidente Carles Puigdemont pasó tiempo durante su adolescencia, y es donde el exvicepresidente Oriol Junqueras trabajó mientras estaba en prisión y ejercía alguno de sus permisos penitenciarios. El monasterio también acoge una donación del exlendakari Iñigo Urkullu con documentación –todavía secreta– que legó en lo referente a su actividad como mediador entre el gobierno español de Mariano Rajoy y el catalán durante el otoño de 2017.

Política moderna

Las jornadas de trabajo, convivencias, colonias, o cómo las decida llamar cada gobierno, son un fenómeno relativamente nuevo en la política catalana y estatal, pero que ya se ha convertido en relativamente habitual, sobre todo en gobiernos de coalición que empiezan a andar. Una de las primeras experiencias fue la que implementó durante su mandato al frente del gobierno del Botánico Ximo Puig en la Comunidad Valenciana. También el gobierno español de coalición ha celebrado alguna reunión informal fuera de Moncloa.

Encuentro informal del gobierno español, en febrero de 2020
Foto de familia de los consejeros en el Palau de Pedralbes

Aragonés logró hacer dos antes de que partió peras con sus socios. La primera fue en el Vall d'en Bas (Garrotxa), cuatro meses después de que se formara el ejecutivo. Pese a la conjura por la unidad entre los consellers de ERC y los de Junts, las discrepancias sobre la ampliación del aeropuerto y la estrategia de diálogo en el Congreso, enrarecieron aquellas primeras convivencias. Por la segunda ocasión, decidieron no ir tan lejos y encontrarse en el Palacio de Pedralbes de Barcelona. En esta ocasión fueron las discrepancias en torno al modelo lingüístico en la escuela lo que marcó el encuentro.

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