Iceta entra en el gobierno de Sánchez y Darias sustituye a Illa en Sanidad

El presidente español opta por una remodelación mínima enfocada a responder a la carpeta catalana

Salvador Illa

MadridPedro Sánchez es un hombre acostumbrado a cambios de última hora. A giros estratégicos para atar de pies y manos a sus rivales y limitar su capacidad de reacción. Lo hizo el penúltimo día del 2020 con la decisión de prescindir de su ministro de Sanidad en plena pandemia para intentar ganar las elecciones catalanas. Pero ayer, ante la marcha de Salvador Illa en un momento crítico de la pandemia de coronavirus para comenzar la campaña de las catalanas, evitó las sorpresas. A pesar de mantener la incógnita hasta el último momento, el presidente español optó por una remodelación mínima del gobierno que no altera los equilibrios con su socio de coalición, Unidas Podemos. Tampoco la cuota catalana en el ejecutivo.

Después de haber sonado en las quinielas desde que Sánchez llegó a la Moncloa, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, finalmente entra en el gobierno español. Y lo hace tomando las riendas de un ministerio que prevé tener sobre la mesa la cuestión catalana: Política Territorial y Función Pública. A su vez, Carolina Darias deja esta cartera para entrar oficialmente a tutelar el ministerio de Sanidad. Un movimiento de fichas cocido a fuego lento desde noviembre, cuando Sánchez, Iceta e Illa pactaron el cambio del candidato del PSC en las elecciones previstas para el 14 de febrero. Illa se despidió ayer desde la sala de prensa de la Moncloa después del que fue su último consejo de ministros asegurando que siempre estará donde él y sus compañeros de partido crean que puede ser más útil.

Cuestión de utilidad

Las opciones en Catalunya, llamadas por el PSC efecto Illa, han tenido más peso en la balanza. Sánchez se encontraba ante la dicotomía de tener que terminar precipitando una crisis de gobierno para la gestión de la pandemia o enviar de nuevo a Catalunya a uno de sus ministros mejor valorados tras aguantar el desgaste de la gestión de los primeros meses de confinamiento total como autoridad única. El cambio era fácil: Iceta se convertía en ministro y se cambiaba de lugar a Darias, una gestora que no suele salir del guion ni hacer demasiado alboroto pesar de haber ocupado cargos en todos los niveles de la administración canaria. Desde concejala del Ayuntamiento de Las Palmas a convertirse en la primera presidenta del Parlamento regional, además de haber sido consejera del gobierno canario y delegada y subdelegada del gobierno.

Sánchez presentó a Iceta -que de mañana había llegado a Madrid aunque no se confirmó el relevo hasta la tarde- como un "hombre de acuerdo y de concordia" y alabó su capacidad de llegar a "consensos". Unas cualidades que sobre todo le irán bien para impulsar una "cogobernanza", la palabra que el gobierno español ha impulsado últimamente para hablar del diálogo con las comunidades.

En cuanto a Darias, el presidente español destacó que ha trabajado codo con codo con Illa en los últimos meses. Hasta el punto de que ha sido la primera siempre en tomar la palabra en las ruedas de prensa posteriores al consejo interterritorial de Salud, que reúne a los consejeros autonómicos del ramo, para responder a la pandemia. Pero de nuevo choca con el problema de no ser una experta sanitaria para responder a la pandemia. El PP, que hasta hace poco pedía la dimisión de Illa por no tomar las riendas de la tercera ola y relegar toda la responsabilidad a las comunidades, criticó ayer el cambio de cromos en el gobierno español.

Pendientes del TSJC

De hecho, lo primero que deberá hacer Darias cuando prometa el cargo hoy ante el rey será comparecer en la comisión de Sanidad en el Congreso por la tercera oleada, ya que Illa ha evitado esta vez enfrentarse a ello a pesar de la presión unánime del resto de los partidos de la oposición y también Podemos. El ministro de Sanidad saliente aseguró que no se arrepiente de "nada" y que ahora asume otra responsabilidad que también anticipó que "no será cómoda". No en vano, la operación de Sánchez y el PSC podría acabar sufriendo un importante revés si el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) acaba decidiendo a última hora que las elecciones catalanas no se celebren el 14 de febrero. Entonces Illa ya no tendría la visibilidad mediática que le ha brindado la gestión de la crisis del coronavirus.

Sánchez no escatimó elogios hacia Illa, a quien prevé apoyar en un total de cinco actos durante la campaña catalana. Con el movimiento de sillas, la Moncloa anticipa cuál prevé que sea la próxima carpeta una vez empiece a menguar la crisis del coronavirus: Catalunya. El consejo de ministros pronto también tendrá sobre la mesa decidir sobre el indulto a los presos políticos -el Supremo ha pedido este martes el informe a la Abogacía del Estado, a las órdenes del gobierno español- y Sánchez insiste en la necesidad de retomar la mesa de diálogo una vez se conforme el nuevo Govern. Y por ahora ha puesto toda la carne en el asador para que sea de su color político.

Illa, un año en el ministerio marcado por la pandemia
  • Un ministerio maria que Podemos rechazó Salvador Illa entró en el ministerio asumiendo, a pesar de tener la carrera de filósofo, una cartera que Podemos había rechazado por menor.
  • Comparecencias diarias como autoridad única Pero poco después pasó a tutelar el estado de alarma como autoridad única. Ha sido el ministro que más veces ha comparecido el último año.
  • El paso a la cogobernanza y el choque frontal con Madrid En verano dejó la primera línea para ceder poder a las comunidades, lo que conllevó un fuerte choque con Madrid en otoño.
  • La promesa del 70% de vacunados en verano Desde entonces ha repetido mensajes de esperanza. El último legado: evitar ampliar el estado de alarma de seis meses.
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