BarcelonaToni Bolaño es periodista y fue jefe de comunicación de José Montilla cuando era presidente. Ahora publica el libro Moncloa (Península), un retrato exhaustivo de la figura del hasta hace poco jefe de gabinete de Pedro Sánchez Iván Redondo.
¿Redondo se va o lo echan?
— Se va. Y el presidente lo sabía desde el 5 de mayo, cuando se vieron después de las elecciones de Madrid. Él ya quería irse antes de la pandemia.
¿Qué pasa para que quiera irse?
— Llega a la conclusión de que ya no le tienen confianza. Lo acusaban de todo lo que había pasado en Madrid. Él consideraba que ya había hecho lo que tenía que hacer. Yo creo que Sánchez no le cree y piensa que ya lo convencerá.
¿Por qué genera tantos recelos en el PSOE?
— A los aparatos de los partidos les cuesta mucho fiarse de una persona independiente, no están acostumbrados. Se crea la leyenda negra de que es el asesor quien mueve los hilos. Y no, quien toma las decisiones es Sánchez. Lo contrario sería considerar al presidente del gobierno un tonto.
En cambio en el libro las voces del PSC elogian a Redondo. ¿Por qué hay esta diferencia con el PSOE?
— Porque el PSC es otro partido. Tanto Salvador Illa como Iceta conocieron a Redondo en 2017, cuando él y mucha gente del PSOE pusieron mucha vaselina para que no volviera a pasar el enfrentamiento PSOE-PSC por el conflicto territorial. El PSC es otra cosa, Madrid es más complicado.
¿Redondo mandaba tanto como se decía?
— No. Lo que hace el consultor es presentar propuestas, y el líder elige. Por ejemplo, en el caso de la moción de censura de Murcia ¿nos pensamos que el presidente no decidió que se llevara adelante? Él es el culpable. Culpar siempre al asesor me parece de bajo nivel. Quien sabía realmente lo que estaba pasando en Murcia era Félix Bolaños.
¿Qué es lo que hace diferente a Redondo de los jefes de gabinete tradicionales?
— Su independencia. En España todos los spin doctors siempre llegan de la mano del partido. En la última época empieza a haber algunas personas que no lo son, como Toni Aira, Verónica Fumanal o el mismo Iván, que además tiene el elemento de haber trabajado para líderes de más de un partido. Esta es la transversalidad de Iván, que pone a la persona por delante de los partidos.
Esta transversalidad puede acabar siendo una losa. Es difícil defender el discurso de Albiol y el de Sánchez al mismo tiempo.
— ¿Todos los asesores que tienen las empresas tienen realmente la ideología de la empresa? No. Te contratan para que les presentes las mejores estrategias. Se dice que como ha trabajado para diferentes partidos es un mercenario. Yo sí que lo sería si me fuera al PP, porque yo llegué de la mano de un partido (PSC), pero él no.
En el libro se debate si hay que tener ideología para ser un buen asesor o no es necesario.
— La ideología la pone el líder. Miguel Ángel Rodríguez defiende que todos los asesores tienen que tener ideología; yo creo que no hace falta. Si eres un profesional puedes hacerlo, porque tú solo presentas ideas y estrategias.
En el prólogo se dice que uno de los puntos fuertes de Redondo es saber dar un volantazo a tiempo las veces que haga falta. ¿Esto no debilita la coherencia del líder?
— No, porque tú tienes que tener diferentes propuestas sobre la mesa. El mejor ejemplo es el pacto del gobierno de coalición. ¿Por qué se consigue en 24 horas? Porque el equipo de Iván llevaba trabajando desde mayo. En el momento en el que Iván activa este pacto porque el presidente se lo dice, ya lo tiene muy avanzado. Tú esto lo tienes que tener previsto. Si no, eres un mal consultor. Tienes que tener cintura.
¿La salida de Redondo debilita la mesa de diálogo?
— Esto se tendrá que ver. Pero Iván y Raül Murcia hacían un trabajo muy importante. Este es el trabajo que tiene que hacer el asesor. Crear los puentes y no romperlos. Uno de los grandes defensores de los indultos es Redondo.
¿Cuál cree que es su obra de más mérito? ¿Sánchez, Monago, Basagoiti o Albiol?
— Todos tienen su mérito.
¿La entrevista en La Sexta fue un error?
— No. Lo que pasa es que todo el mundo esperaba que saliera diciendo que Pedro Sánchez es un bluf, pero Redondo no quiso decir nada porque es un tío en quien puedes confiar porque nunca te explicará las interioridades. El valor de un consultor es la discreción.
¿Cree que Redondo podría volver a trabajar en el PP?
— No. Como mínimo no en los años próximos, porque "nunca más" ya sabes que no se puede decir. Creo que su idea es irse a la empresa privada y hacer cosas con los medios de comunicación y la universidad.
En el pasado, Moragas lo descartó en la Moncloa porque lo consideró un friqui...
— Sí. También entiendo a Moragas, porque Redondo es alguien que solo trabaja con los líderes y a Moragas solo le faltaba que además de Arriola también le hiciera el puente alguien más.