CRÓNICA

Una izquierda aberzale de diseño

Un hombre pasa frente a un cartel de EH Bildu en un barrio periférico de Bilbao.
13/04/2024
3 min

San SebastiánPaseando estos días por Euskadi había que fijarse mucho para encontrar carteles electorales. A diferencia de Cataluña, su colocación está muy limitada, a una especie de borriquetas que se colocan en las plazas o rotondas. En los bares apenas se habla de política. En uno de ellos, situado en Oñati, en Guipúzcoa, un grupo de parroquianos de la Real Sociedad critica a los fastos de la celebración del Athletic mientras beben zuritos, aunque al final uno de ellos reconocería que ya le hubiera gustado a él celebrar un título. Pero si rascas un poco aparece como una tensión enterrada generada por la gran pregunta: ¿ganará EH Bildu? El sociólogo Javier Elzo se reconoce como simpatizante del PNV y recuerda que el candidato jeltzale, Imanol Pradales, fue alumno suyo, pero está convencido de que la izquierda aberzale puede ganar por primera vez. "Están haciendo una campaña muy inteligente y también han acertado con la elección del candidato, que es un científico", afirma desde su domicilio de San Sebastián.

En efecto, Pello Otxandiano es ingeniero en telecomunicaciones y experto en nuevas tecnologías con un rostro de niño asuadido por unas gafas de pasta que recuerda a los miembros de The Big Bang Theory o alguien como Íñigo Errejón. Un candidato peluche que contrasta con el perfil duro de históricos de la izquierda aberzale como Jon Idígoras, Karmelo Landa o el propio Arnaldo Otegi. Esta nueva izquierda aberzale de diseño ha renunciado a cualquier signo externo que transmita agresividad o radicalidad. El verde de Bildu es pistacho para hacerlo más tenue y su arma principal es la capilaridad y la capacidad de llegar a todos los pueblos.

Unos jóvenes pasando por delante de una pintada en el centro de San Sebastián

Sin embargo, dentro de la izquierda abertzale no todo el mundo se fía de las encuestas. Martxelo Otamendi, ex director del diario Berria, cree que al final habrá un repunte de voto en el PNV que cerrará el pase a Bildu. "A última hora hay un voto útil a los peneuvistas para impedir la victoria de la izquierda aberzale. Calculo que serán unos dos escaños extra", afirma. "El gran activo del PNV es la imagen de partido serio y fiable, que era el perfil de Íñigo Urkullu, que creo que ha sido un buen lendakari", subraya Elzo. Aun así, el sociólogo es crítico con algunas políticas sociales del gobierno y escándalos de corrupción como el caso De Miguel, que han salpicado al PNV en los últimos años, y considera que en un sistema democrático es bueno que nadie se eternice en el poder . Las encuestas indican que el voto en el PNV es cada vez más envejecido y que entre los menores de 45 años EH Bildu es ampliamente mayoritario. "Antes pensaba que cuando te hacías mayor y tenías una hipoteca tenías que votar al PNV, pero ahora ya no es así", explica Otamendi.

El euskera y Bildu

El periodista, ahora jubilado, destaca también un hecho que tiene implicaciones contradictorias: el mapa del uso del euskera coincide cada vez más con el de voto en Bildu. "Esto se nota especialmente en lugares como Álava, que antes era castellanohablante y donde, gracias a la escuela, ha aumentado el uso del euskera", precisa. Una de las preocupaciones de los aberzales es la irrupción de GKS (Gazte Koordinadora Sozialista), un grupo neocomunista internacionalista que defiende la abstención y que está agujereando a los jóvenes, especialmente entre hijos de gente de Bildu, partido que creen que se ha moderado demasiado. La mayoría de pintadas que pueden verse en las calles vascos estos días son de ellas. "Son todos euskaldunes, pero no independentistas", comenta Otamendi. Uno de sus líderes es Peru Iparraguirre, poeta e hijo de dos etarras prominentes como Mikel Albisu, Mikel Antza, y Soledad Iparaguirre, Anboto.

La conclusión de la conversación con Otamendi y Elzo es que hay una parte del electorado del PNV que empieza a ver que su hegemonía, aunque se mantenga en el gobierno, puede acabar el próximo domingo. Y a la izquierda aberzale hay quien espera con esperanza ese momento, pero no lo creerá hasta que pase. "Suerte que pueden ganar, pero no tendrán que gobernar", acaba riendo Otamendi.

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