Josep Manuel Suàrez, otra víctima del 'deep state' contra el independentismo

LondresA Josep Manuel Suàrez Iborra, de 73 años, la vida le cambió una mañana de no hace todavía ni tres meses. "Un buen día, el 22 de abril pasado, sale esto en la prensa y me entero de que soy una más de las 39 personas afectadas". ¿Reacción? "El impacto emocional fue demoledor. Me ha jodido mucho. No me lo esperaba". Así empieza un relato en el que, sin cargar nada la mano como se demostrará a lo largo del texto, denuncia una caza sin cuartel del Tribunal de Cuentas por todo lo que los miembros de la institución interpretan que huele a Procés independentista.

En palabras más precisas, se trata de la fiscalización hasta el último céntimo de la acción exterior del gobierno de Catalunya entre 2011 y 2017. De momento han incluido todo lo que han querido, desde viajes hasta conferencias, comidas, reuniones... Este órgano administrativo del Estado, con el mandato a punto de caducar, ya ha sido protagonista con las fianzas millonarias que se han tenido que depositar por el 1-O (4,1 millones de euros) y a cuenta del referéndum del 9-N, por un valor de más de 5,2 millones de euros.

Después de una carrera de 42 años en el mundo de la banca, Suàrez Iborra se prejubiló en 2011, cuando era el hombre del Sabadell en la City. El conocimiento del mundo financiero de la capital británica lo puso en el punto de mira del president Artur Mas, que le propuso hacerse cargo de la Delegación de la Generalitat en el Reino Unido e Irlanda. Ejerció en el cargo entre mayo de 2011 y mayo de 2016.

"Tengo dos nietas; soy presidente de la Fundació Atendis, de Sabadell, comprometida con la integración de los disminuidos físicos; no hago ninguna actividad política, salvo la militancia en Junts, pero sin responsabilidad en el partido, y soy miembro de la asociación Sobirania i Justícia . Nada más. Y todo esto, que no me lo esperaba, me ha impactado de manera sobrehumana", dice.

El día 29 de junio, el Tribunal de Cuentas le podría imponer una fianza para responder de un dinero público presuntamente utilizado desde su silla para promover la independencia. Si no pudiera cubrirla, le podrían embargar la misma cantidad de manera preventiva y, de momento, sin ninguna posibilidad de recurso inmediato.

Esta semana se ha conocido públicamente la situación por la que pasa el ex conseller de Economía del gobierno de Artur Mas, Andreu Mas-Colell, por la denuncia de uno de sus hijos. Mas-Colell es uno más de los afectados. En el mismo precipicio se encuentran Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y seis ex consellers, entre los cuales Carles Mundó, en este caso por los gastos (4,1 millones) atribuibles al referéndum del 1 de Octubre.

En la causa contra la acción exterior, aparte de ex altos cargos de la administración, hay doce delegados del Govern del periodo mencionado (2011-2017). Suàrez es uno de ellos. En la misma situación se encuentran la ya desaparecida Maryse Olivé, delegada en París; su sustituto, Josep Martí Anglada, también jubilado, y quien relevó a Suàrez en Londres, el todavía delegado Sergi Marcén.

Una cena con Ferran Soriano

Suàrez Iborra habla desde su casa, en Sabadell, mientras remueve papeles relativos a su actividad oficial, de la cual este corresponsal, por razones evidentes, fue testigo habitual. ¿Qué cantidad le imputan? Todavía no lo sabe. Pero, como se ha apuntado antes, entra o puede entrar todo. Por ejemplo, unas tradicionales cenas con periodistas, catalanes, españoles y británicos, que la Delegación hacía una vez al año.

Durante el periodo de Suàrez, los invitados de honor fueron Álex Cruz, CEO de Vueling (2013); Carles Vilarrubí, vicepresidente del Barça (2014); Gijs van Hensbergen, historiador del arte, hispanista y biógrafo de Gaudí (2015), y Ferran Soriano, CEO del Manchester City (2016). Cenas no en restaurantes de tres estrellas Michelin, sino en hoteles de categoría estándar. No había ni jabugo ni Moët Chandon, doy fe.

Nada que ver con el coste de las fiestazas para 300 personas o más que organizaba el embajador Federico Trillo para celebrar los 12 de Octubre. En estos acontecimientos, el embajador hacía que el cocinero Jesús Muñoz y su ayudante, José Luis Alonso, se desplazaran en furgoneta expresamente desde el restaurante Maestral de Alicante, con todos los enseres y las viandas, marisco, pescado y jabugo, ahora sí, para ofrecer paella para todo el mundo y regalar a los invitados la ficción de que Belgravia podía tener oler igual que las playas del Mediterráneo. Gastos por cuenta del erario público sin tribunal que lo mire. Claro que la causa del Tribunal de Cuentas no busca saber si se ha gastado mucho o poco, sino denunciar la promoción de la independencia.

¿Cuál fue el coste de las supuestas cenas conspiratorias de Suàrez? 10.142,33 euros. Si de lo que se trataba en estos encuentros era de promover la independencia de Catalunya, su misión se puede considerar un fracaso absoluto. Porque, por ejemplo, con el hispanista se habló de Gaudí y su relevancia para Barcelona, con Soriano del City y, sobre todo, del Brexit que se acercaba, y con Vilarrubí, claro, del Barça.

La lista de los actos que podrían cargar a Suàrez es tan larga como caprichosa. ¿Viaje a Inverness poco antes del referéndum de Escocia de 2014? 696,59 euros. Cualquier persona que conozca de cerca mínimamente el funcionamiento del SNP sabrá que siempre ha puesto mucha distancia con el independentismo catalán. Otro fracaso de la acción de Suàrez, sin duda.

Como la de tanta otra gente afectada por el embate del Estado contra el independentismo, la vida –y quizás las cuentas– de Suàrez parece congelada. Ex tesorero de la Spanish Chamber of Commerce, su último acto oficial fue la visita de despedida al embajador español, el mencionado Trillo. La situación de uno y otro, ahora, no puede ser más diferente. "Yo a la Delegación quería darle un carácter plenamente institucional". No parece que a los consejeros del tribunal les importe mucho.