Junqueras dice suficiente ante las acusaciones de Rovira y Maragall: "Es inmoral"

El expresidente de ERC lamenta que los roviristas "se sientan cómodos en el barro" y desmiente las acusaciones sobre el muñeco en su contra

BarcelonaEl expresidente de ERC, Oriol Junqueras, respondió a las acusaciones que recibió la semana pasada de la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, o del exconcejal en Barcelona Ernest Maragall, entre otros. El ex líder republicano ha lamentado este lunes en una entrevista en Catalunya Ràdio "que haya gente a la que no le interese que salimos de este barro y que se sienta especialmente cómodo" para "intentar prohibir que alguien se presente". Y aún ha sido más contundente contra las declaraciones de Maragall, quien señaló que el muñeco que apareció colgado en Sant Vicenç dels Horts había salido de aquel municipio y no de Calàbria. Una forma de vincular la acción con el entorno de Junqueras y no con la dirección de Esquerra. "Es inmoral y muy poco racional", contestó, añadiendo que "insinuar este tipo de cosas está fuera de sitio".

En este sentido, se ha aferrado a una información de RAC1 sobre el asunto ya un testimonio de la estructura B, revelada por el ARA, para atribuir el acto de falsa bandera a este entramado y negar las acusaciones que el sector de Rovira han ido repitiendo en los últimos días: "Son conscientes de lo injusto que debe ser atribuir a alguien que, mientras está en un juicio al Supremo [el del Proceso], ¿decida colgarse un muñeco a sí mismo y que lo puedan ver sus hijos?", se ha pedido. Por eso, ha vuelto a recordar el grupo paralelo de WhatsApp Pan con tomate por denunciar que estaba excluido por Rovira y Sergi Sabrià de las grandes decisiones y que también lo estuvo del Govern cuando decidió adelantar elecciones. Unas acusaciones que Rovira siempre ha negado.

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Así, la pugna en Esquerra ha llegado a un punto de no retorno, con acusaciones cruzadas que llegaron al punto culminante la semana pasada. Rovira le acusó de desentenderse del 1-O y de maniobrar en contra de ella a través de órganos paralelos, además de llegar a pactos supuestamente opacos con el PSC para el Ayuntamiento de Barcelona o con el presidente Salvador Illa para mantener determinados cargos en el ejecutivo catalán. Unas afirmaciones que Junqueras ha negado: "Quien acuse de ello dice una falsedad", ha dicho sobre el pacto barcelonés después de que también haya negado las demás acusaciones y haya criticado que los rivales en la pugna por dirigir la organización "se recreen" en estas controversias. Todo ello, después de que el exconcejal Ernest Maragall apuntara contra el entorno de Junqueras por el muñeco colgado en contra del exdirigente del partido en su municipio, Sant Vicenç dels Horts, aunque no aportó pruebas.

Pese a este clima de animadversión dentro de ERC, Junqueras se ha mostrado abierto a reunirse con Rovira: "Con Marta también, hemos hecho muchas cosas que son relevantes [...] Nunca he rechazado nunca ninguna oferta de reunión, que yo sepa, con nadie", recalcó. Pese a esta mano tendida, se reiteró en la promesa de "limpiar" la formación de las malas praxis que atribuye a una dirección que le escondía cosas. De hecho, se aferró a la prensa para contrarrestar a Rovira: "Todos estos reproches han sido sobradamente contestados por todos los medios", ha llegado a decir.

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1-O y el pasado en ERC

Sobre el 1-O y la supuesta desatención de Junqueras, el expresidente del partido ha evitado llegar a la concreción para responder a Rovira y sobre todo al exconsejero republicano Xavier Vendrell, que le acusó de marcharse y "esconderse en Montserrat" el 27 de octubre, cuando tuvo lugar la reunión de la dirección política soberanista el día de declaración de la DUI. "Hay cosas que no deben explicarse por la próxima vez que se haga un referéndum", sostuvo, avisando de que "ponen en riesgo" el futuro. "En octubre de 2017, entiendo que no es una cuestión de colgarse medallas, pero cuando la Guardia Civil entra en los edificios del departamento de Economía [...] quien todavía soy yo", ha argumentado.

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Se ha escudado en que no faltó a ninguna de sus "obligaciones" y que el 27 de octubre estuvo "haciendo el trabajo de intentar encontrar todos los apoyos posibles también en el terreno internacional", y ha puesto el ejemplo de las críticas públicas del actual primer ministro polaco, Donald Tusk, en la represión española. "Entiendo que haya quien esté interesado en hacer reproches, pero hay reproches que no son del todo justos ni precisos", concluyó, para añadir que las diferencias con Rovira "no las había detectadas" mientras era presidente, aunque se enteró por la prensa, según explica, que sí estaban allí y que incluso había una estructura paralela.