Pan con Tomàquet, el grupo que Junqueras asegura que cogió el control de ERC
Marta Rovira era la principal avalista, pero rechaza que se tomaran decisiones paralelas a la dirección del partido
Barcelona"La piña que hicimos ha sido la clave del éxito de los últimos años. Hacer piña, hacer grupos, sí, de WhatsApp y Signal, algunos con nombres ridículos como el Pan con Tomate y Anchoas, porque en el exilio Rovira tenía ganas de comer pan con tomate y anchoas". La referencia que hizo Marta Rovira a ese grupo de Signal en su primera comparecencia en la sede de ERC tras el exilio no era casual. El día antes, ACN, RAC1 y Radio 4 habían publicado que desde el 2018 Rovira había liderado reuniones paralelas a la estructura del partido, sin que participara el presidente, Oriol Junqueras. Pan con Tomate era precisamente uno de los grupos de contacto de estas personas. Entre otros, formaban parte nombres como los de los líderes del partido en el Parlament, Josep Maria Jové y Marta Vilalta; el del exviceconsejero Sergi Sabrià; el director de la empresa Relevance, Bernat Aubia, o el de la vicesecretaria de derechos, libertades y lucha antirrepresiva de ERC, Marta Vilaret. Junqueras asegura que desde el 2018, cuando él estaba en prisión, Pan con Tomate cogió el control de ERC, pasando por encima y escondiéndole información. Una versión que rechazan de pleno a Rovira ya los integrantes de este grupo de Signal.
"La dirección era una y no dos ni tres, ni había direcciones paralelas, porque las decisiones se tomaban en los órganos pertinentes y eran avaladas por el presidente y la secretaria general", ha explicado este martes a RAC1 Marta Vilaret, que ayer ya hizo un comunicado para desmentir que Junqueras no hubiera tenido suficiente atención del partido cuando estaba en prisión. "No se le escondió nada a Junqueras", ha subrayado. Su versión contrasta con la del expresidente republicano y candidato a volver a liderar el partido: "Tenían el objetivo de tomar decisiones no sólo al margen de la presidencia del partido, que estaba en prisión, sino también al margen de ejecutiva y del consejo nacional", exclamó el sábado en el acto de presentación de su candidatura en el Teatro de la Pasión de Olesa de Montserrat. Allí, Junqueras también vinculó directamente a Pa con Tomàquet con la B: "Aquel mismo grupo decidió tener una estructura comunicativa en B, que se dedicó a avergonzarnos a todos, con carteles sobre el Alzheimer y muñecos colgados de los puentes de los trenes en los caminos en la escuela de nuestros hijos".
"No podemos ensuciar el trabajo de la dirección de ERC y de toda la organización en estos años", ha reclamado Vilaret, quien ha preferido decir que Junqueras "expresa sus dudas" antes que acusarle de mentir. Lo cierto es que en el grupo Pa amb Tomàquet se daban ideas para la B, aunque en ningún caso era su grupo de coordinación, según tiene acreditado el ARA. La propia Marta Rovira ha reconocido la existencia de las acciones de contracampaña, pero ha evitado hablar de una "estructura paralela" y ha optado por llamarlas "campañas de contraste". El partido todavía no ha dado explicaciones sobre las facturas que se emitían a empresas afines ni ha reconocido acciones más allá de las que se han publicado desde que el ARA destapó el escándalo del ataque de falsa bandera contra los Maragall, pero sí que ha iniciado una investigación interna por el caso.
La coordinación de la B
En cualquier caso, la tarea de coordinación de la B estaba reservada a otros grupos, también a través de aplicaciones de mensajería, en las que el número de personas era más reducido. De hecho, de los nombres antes mencionados sólo Sabrià formaba parte, junto a otros dirigentes y militantes dedicados a la comunicación de Esquerra.
"Hicemos piña y eso no debe ser criticable. Cuando nos quedamos solos, sin Oriol Junqueras, la piña que hicimos fue una suerte. La suerte de tenernos, de luchar por hacer justicia al nuestro líder". También son palabras de Marta Rovira en la comparecencia de su regreso. "Nacieron muchos lazos, que serán para siempre. Porque tuvimos la sensación de que estábamos solos y solas", insistió ese día. Pan con Tomàquet, cuentan desde su entorno, iba mucho más allá de la política porque reunía a una serie de personas que tuvieron que ponerse el partido en la espalda cuando empezó la represión y que empatizaron personalmente. Junqueras sospecha que le quisieron hacer la cama desde el primer día, dejándolo a oscuras de decisiones tan relevantes como por ejemplo el adelanto electoral. De nuevo, la opinión de Junqueras choca con la versión que da el entorno de Rovira, que garantiza que siempre estuvo informado de todo y que, a menudo, prefirió ponerse de perfil cuando debían tomarse decisiones.
Con un congreso por delante en el que Junqueras se enfrentará a la candidatura próxima a Rovira, parece difícil resolver las cosas a corto plazo y más cuando los antiguos socios no hablan desde que el 12 de julio se abrazaron a Cantallops, el día que Rovira volvía a casa después de seis años en el exilio.