Congreso de Junts

Junts cierra el congreso con una enmienda a la totalidad en la hoja de ruta de ERC

Mantiene sin fechas una eventual consulta sobre la continuidad en el ejecutivo, pero descarta romper ahora

BarcelonaEl proceso de renovación de la dirección y la hoja de ruta de Junts ha quedado saldado este fin de semana con la consolidación del tándem Laura Borràs y Jordi Turull al frente de partido y la aprobación de una nueva hoja de ruta que lo aleja todavía más de Esquerra, sus socios de Govern. De hecho, los discursos finales han sido una enmienda a la totalidad en la estrategia de los republicanos de negociar con el PSOE. Solo ha habido suficiente con los primeros minutos del discurso de la líder de la formación, Laura Borràs, que ha defendido su ausencia en la mesa de diálogo -ahora que se vuelve a retomar en julio hasta finales de año- porque "anestesia" el movimiento independentista. "No estar en esta mesa es la mejor manera de defender la negociación real cuando esté", ha sentenciado, además de vincularla a la aprobación de los presupuestos españoles de 2023 y no a la resolución del conflicto político.

El discurso del secretario general, Jordi Turull, ha ido en la misma dirección, puesto que ha contradicho uno de los mensajes más repetidos de Esquerra desde 2017, el de ampliar la base: "No tenemos que ser más para hacer, tenemos que hacer para ser más". Y ha contestado a Oriol Junqueras, que ayer los acusó de "darle pereza" defender los "derechos del país: "Si a alguien le da pereza o miedo seguir con la independencia que deje hacer a Junts". A pesar de criticar el rumbo de sus socios de Govern, el secretario general ha hecho llamado a "recoser" el independentismo para "culminar la independencia". "Es necesario pactar un nuevo trazado que estimule la movilización de los ciudadanos", ha afirmado.

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Ahora bien, ¿cómo? Junts ha aprobado una ponencia política en la que queda claro lo que descarta -la mesa del diálogo y el nuevo referéndum que propone la CUP-, pero no especifica como "culminar la independencia" más allá de utilizar los "espacios institucionales" y ventanas de oportunidad que brinde el escenario internacional -como un nuevo referéndum escocés, dicen-. Sí que dicen sin más concreciones que el quinto aniversario de este año del 1 de octubre tiene que ser un "punto de inflexión" y que para ellos el "mandato" del referéndum sigue "vigente" a pesar de los años que han pasado. Así, sin poner fechas defiende intentar aplicar aquel resultado. "O independencia o independencia", repiten como lema.

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A pesar de las dos almas de Junts -representativas con Turull y Borràs- y las casi dos mil enmiendas que había presentadas en el cónclave, las ponencias política, municipal, organizativa y sectorial han salido adelante con más del 90% del apoyo de los compromisarios. Una "prueba", según Turull, de que el partido está "compacto" y que se han "complementado". De hecho, en el debate entre los compromisarios se ha impuesto el sector más institucional del partido, puesto que se han frenado algunas enmiendas que pedían salir del Govern y romper el pacto de la Diputación de Barcelona. Por lo tanto, a pesar de la retórica dura en la hoja de ruta independentista, lo cierto es que las diferencias con Esquerra no implicarán por ahora una salida del ejecutivo ni tampoco una rotura de los pactos a escala local, justo un año antes de las elecciones municipales, con formaciones como el PSC.

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Los turullistas se sienten reforzados

"Ha ido bien", afirma uno de los dirigentes del partido, "vuelve un poco el orden", asegura otro, satisfecho porque en las ponencias sectoriales, por ejemplo, se ha aprobado suprimir el impuesto de sucesiones o bajar el tipo máximo del IRPF. El mundo proveniente de Convergència y el más pragmático (no necesariamente exCDC) se sintió fuerte después de la cita de Argelers a raíz del resultado de las votaciones -Turull fue más votado que Borràs- y también sale satisfecho del congreso de este fin de semana. A pesar de que no se elimina de hoja de ruta la posibilidad de salir del Govern -no se ha aprobado la enmienda que pedía suprimir este punto-, sí que los turullistas han conseguido frenar a aquellos dirigentes que pedían hacer una consulta ya en septiembre sobre esto.

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La votación se hará si lo decide la ejecutiva nacional después del resultado de la auditoría del pacto de legislatura, de forma que queda sujeto al debate que haya dentro de la cúpula. "Es importante que se incorpore esta posibilidad", asegura en cualquier caso un miembro de Junts cercano a la presidenta del Parlament, que considera un triunfo haberlo incorporado ya en la hoja de ruta (es la primera vez que está presente), porque también implica que hay una parte de la formación que también se plantea hacer vida fuera del Govern. Cuando se aprobó el acuerdo en mayo del año pasado forjado entre el president, Pere Aragonès, y el ya exsecretario general, Jordi Sànchez, los partidarios de quedarse en la oposición eran una minoría de menos del 20% (se avaló por un 83%), pero con peso: el propio expresidente Carles Puigdemont creía que no se tenía que hacer el acuerdo de coalición. Un posicionamiento que ahora defiende el entorno de Borràs y que puede volver a poner sobre la mesa en caso de que Esquerra la deje caer en el Parlament y avale su suspensión con la oposición si le abren juicio oral por el caso de la Institución de las Letras Catalanas.

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En cuanto al ámbito municipal, la consigna es pactar de "forma muy prioritaria" con las formaciones independentistas, pero no se descartan otros partidos. Esto es importante para los alcaldes del partido, puesto que desde el inicio del congreso han defendido la preservación de "la autonomía local". Y no solo esto: también permite salvar por ahora el pacto de la Diputación de Barcelona con el PSC (que los alcaldes de Junts de esta provincia lo valoran positivamente) a menos de un año de las elecciones de 2023.

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En términos de reparto de poder interno -que era uno de los otros elementos clave en juego en este congreso- los turullistas hacen gala de haber retirado las competencias de acción municipal al secretario de organización, David Torrents, cercano a Borràs y que ya no consiguió el apoyo necesario en Argelers para ser escogido. Un movimiento que ha tenido su respuesta este domingo a la hora de votar la ponencia de los estatutos en el plenario: se ha aprobado superando el 90% de los votos, pero no han participado en la votación ni Torrents ni tampoco el diputado Jaume Alonso Cuevillas y Aurora Madaula. Ha sido su manera de expresar, en silencio, su desacuerdo con el recorte de facultades al secretario de organización.

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Rull, presidente de consejo nacional

Además de las ponencias, en este congreso también se ha escogido el exconseller Josep Rull, que ha sido ampliamente aplaudido, como presidente de consejo nacional de partido; veinte miembros más de este ente; y el defensor del militante, donde se ha impuesto Marcel Padrós -cercano al exsecretario general Jordi Sànchez- por delante de Jordi Monrós, de Hospitalet de Llobregat, cercano a Borràs.

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También se han elegido los miembros de la comisión de garantías del partido, que son básicamente juristas: Magda Oranich, Josep Pagès, Héctor López Bofill, Maria Antònia Batlle, Mercè Alegre y Joaquim Jubert. Este ente es clave porque será quien valorará si se tiene que suspender de militancia a la presidenta del Parlament en caso de que sea condenada por corrupción por el caso de la Institución de las Letras Catalanas. Junts ha blindado a sus estatutos para que pueda continuar si hay una sentencia de culpabilidad, pero a quien le correspondería decidirlo sería esta comisión: es quien tiene la facultad para evitar la suspensión de un cargo por "lawfare".