Gobernabilidad en el Estado

Máxima presión en el TC por la ley de amnistía

Los magistrados ya se sienten en el foco aunque no exista un texto definitivo

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El presidente del TC, Cándido Conde-Pumpido, junto a otras autoridades en el desfile militar del 12-O

MadridCuanto más se acerca el 27 de noviembre, fecha límite para la investidura de Pedro Sánchez, más palpable es una posible ley de amnistía. La semana que el candidato socialista ha puesto punto y final a la ronda de contactos con los grupos parlamentarios, Sumar ha presentado un informe jurídico que defiende la constitucionalidad de la medida y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha avanzado que llevará la norma al Tribunal Constitucional (TC) si se aprueba. Aún sin un texto definitivo, las miradas vuelven a dirigirse al órgano presidido por Cándido Conde-Pumpido.

El TC se sabe protagonista una vez confirmado que se activará la vía judicial si el PSOE cierra un acuerdo con ERC y Junts y los once magistrados que previsiblemente tendrán allí la última palabra son conscientes de que ya están en el foco. Miembros del tribunal reconocen que el jueves, en la recepción del 12-O en el Palacio Real, muchos interlocutores les hacían notar, desde la cordialidad y la empatía, que están en el punto de mira. "Ya sabemos lo que hay", dice una fuente consultada por el ARA, que niega sentirse presionada. Aunque públicamente nunca se pronuncian sobre asuntos candentes, ahora en privado los magistrados también se guardan mucho de no decir nada. Es significativa la actitud de Conde-Pumpido, que desde el pasado 23 de julio ha extremado la prudencia en los contactos que ha mantenido con periodistas. Un pronunciamiento sobre la amnistía generaría un problema a los magistrados porque cualquier comentario previo puede dejarlos fuera de la deliberación cuando llegue el momento.

El que está más señalado es Juan Carlos Campo, exministro de Justicia de la coalición PSOE-Unides Podem. La hipótesis que deba abstenerse plana sobre el debate respecto a la amnistía porque fue el encargado de firmar los informes de los indultos a los nueve presos políticos. En su justificación de las medidas de gracia concedidas por el ejecutivo, Campo también se pronunció sobre la amnistía. El exministro argumentó que, a diferencia de los indultos, la amnistía era "claramente inconstitucional". Esto le compromete y podría forzarle a abstenerse. Fuentes del Tribunal Supremo consultadas por el ARA no descartan que el exministro tenga que dar ese paso y desde el TC afirman que no saben cuál será su decisión. En cualquier caso, si no se aparta él por voluntad propia tampoco se puede excluir la posibilidad de que sea recusado. Por ejemplo, por el PP, que reitera que utilizará todas las herramientas que tenga a su alcance para tambalear la medida.

No dar por hecha la mayoría progresista

Campo forma parte de la considerada mayoría progresista del TC, que desde hace diez meses tiene siete magistrados contra cuatro conservadores. Sin embargo, habría que ver si el exministro cambiaría de posicionamiento en caso de que consiguiera mantenerse y contribuiría a avalar la medida, en línea con el viraje que ha hecho el PSOE sobre la amnistía. Las mismas fuentes del Supremo afirman que no se puede descartar nada, por mucho que los bloques estén bastante determinados. También en el TC alguna voz lamenta que se pueda dar por sentado el posicionamiento que tendrá el tribunal y defienden que el órgano no puede ser previsible un aval en la iniciativa. Lo decía el penalista Enrique Gimbernat en El Mundo y también el exletrado del Constitucional Joaquín Urias en VilaWeb. Sin Campo, con un seis a cuatro en favor de los progresistas, una disonancia más generaría un empate entre bloques y Conde-Pumpido, considerado cercano a la Moncloa, podría verse obligado a utilizar el voto de calidad para desempatar.

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