La legislatura catalana

Así es el millón de catalanes que están abiertos a una dictadura, según el ICPS

Los investigadores apuntan a que se está produciendo una "desconexión" con el régimen democrático por la precariedad

Una urna de la última jornada de elecciones europeas
20/11/2025
4 min

BarcelonaMedio siglo después de la muerte del dictador Francisco Franco, la salud de la democracia se tambalea y no es casualidad que el malestar social se traslade con el aumento de fuerzas populistas de extrema derecha, según ha detectado el Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS) en un estudio. El informe demoscópico, presentado este miércoles, explica las claves sobre por qué el apoyo a la democracia en Catalunya está en el nivel más bajo desde el peor momento de la crisis económica de este siglo, en el 2012. En concreto un 19,4% de los catalanes, cerca de un millón de personas, están abiertos a un sistema dictatorial –desde el 10–, 4,9% que en algunos momentos preferirían la dictadura, más el 2,6% que no lo saben o no contestan. En 2012, cuando estaba en el récord, el porcentaje era del 19,7%. En cualquier caso, un 80% siguen fieles a la democracia, pero con una tendencia a la baja.

Preferència per la democràcia davant de qualsevol altra forma de govern

A partir de estos datos han desarrollado el estudio La erosión democrática para adentrarse en los motivos de esa degradación, segmentando por clase social, profesión, generación y valores. Y de ahí han extraído la conclusión de que el principal "peligro" es la indiferencia hacia el régimen político, disparada en máximos históricos, tres puntos más que en el 2012. ¿Y cuál es el motivo? Según el ICPS, la "precariedad" laboral y la "erosión de las expectativas", de acuerdo con los autores de la investigación, el director del ICPS, Oriols Bartomeus, y la investigadora Lucía Medina. La recuperación del idilio entre la ciudadanía y el sistema democrático no se ha producido, y está ahora muy lejos del 92,9% de apoyo que tenía la democracia antes de la crisis económica de 2008.

Datos contundentes

Más allá del descuelgue de los jóvenes del sistema –sólo un 61,8% de los chicos le avalan y el 73,1% de las chicas–, la precariedad es el gran factor diferenciador que hace saltar las cifras. Entre los catalanes con estudios superiores, un 90,7% prefieren la democracia por encima de cualquier otro sistema; en los secundarios superiores, el porcentaje desciende hasta el 82,6%, mientras que entre los que tienen estudios secundarios inferiores o menos, cae en picado hasta el 67,7%. Este último segmento multiplica la indiferencia, con un 22,3% de los encuestados, mientras que un 6% se inclina por la dictadura en determinados casos. Son quince puntos y medio menos entre los favorables a la democracia y otros dieciséis puntos entre los indiferentes, respecto a la media.

Si desgranamos por clase social, los trabajadores manuales cualificados y los no cualificados tienen el apoyo más bajo a la democracia (73% y 74,9% respectivamente) con indiferencia a la democracia o inclinación por la dictadura en determinadas circunstancias que suben del 24,3% al 22,4%. Entre los propietarios –que los politólogos concretaron que no es la clase alta, ya que reúne el grueso de autónomos y campesinos, también con mucha precariedad– el apoyo a la democracia alcanza el 76,2% y las opciones desafectas hasta el 17,1% (dictadura e indiferencia). Nada que ver con la clase de servicios, que agrupan a los trabajadores liberales –el nivel superior–, con una adhesión del 90,6% al régimen democrático y sólo un 3,9% de tendencia autoritaria y un 3,9% de indiferencia. Algo menos, pero también alto, es el apoyo de los trabajadores no manuales (83,2%), lo que no evita un 9,7% de indiferencia en el sistema político y un 5,9% proclive a la dictadura.

Preferència de règim polític segons classe social

Eje ideológico

Entre la gente de derecha y extrema derecha el apoyo a la democracia es bajo (61,5%), pero los investigadores alertan de que es más peligroso el dato sobre quienes no saben qué declararse ideológicamente: sólo el 51% apoya la democracia con un 27,6% de indiferencia y un 8,3% con inclinación autoritaria. Entre los sentimientos, quienes tienen un sentimiento negativo hacia el sistema prefieren la democracia (83,4%) más que los apáticos (sólo el 67,8%), que es otro de los grandes retos que han señalado. De los que tienen un sentimiento positivo, un 90% son demócratas convencidos. Entre los indiferentes o con toques autoritarios, destacan como amenazas primordiales a la democracia el independentismo (50,6% los indiferentes y el 61,4% los autoritarios), los inmigrantes (28,2% y 56,8%, respectivamente) o el feminismo (30,7%) y el feminismo (30,7%). Ahora bien, la extrema izquierda también es vista como un problema por más del 50% de este colectivo, mientras que el 43,6% de los declarados demócratas también la ven como un quebradero de cabeza. De hecho, si miramos a la población general, la mayoría dice que la extrema derecha, las noticias falsas y las desigualdades económicas son las principales amenazas para el sistema democrático.

Preferència de règim polític per nivell d'estudis

Rotura generacional

"Estamos ante un descolgamiento democrático, una desconexión democrática de una parte de la sociedad", apunta Bartomeus, quien aclara que ese sentimiento ha provocado el aumento de fuerzas de extrema derecha. Asimismo, añade que se produce debido a "la exclusión social y la ruptura generacional" porque "las generaciones más jóvenes y los segmentos de la sociedad más desfavorecidos" se están desvinculando del sistema porque "no se benefician", con la ruptura del vínculo entre progreso y democracia. También ha comentado que todavía existe "la herencia" respecto a la ruptura social producida en la crisis de 2008. Según Medina, "hay un aumento de la precarización" y "la recuperación se ha hecho sobre bases más precarias, con el aumento de la temporalidad y sueldos más bajos –en trabajos manuales–, ni la gente no está contenta en la situación actual. de campo del estudio acabó en diciembre del 2024 con una muestra de 1.200 catalanes con nacionalidad española encuestados de forma presencial.

stats