Irene Montero: "No entraremos en el papelón de Junts con una cuestión de confianza"
Eurodiputada de Podemos y exministra de Igualdad
BarcelonaIrene Montero (Madrid, 1988) es ex ministra de Igualdad y eurodiputada de Podemos. Visita el ARA después de publicar Algo habremos hecho (Navona), en la que repasa la historia del partido lila y su labor en el ministerio.
¿Apoyarían la petición de cuestión de confianza a Pedro Sánchez que exige Junts?
— Nosotros no entraremos en estos papelitos. Es evidente que el PSOE (y el gobierno de Sánchez) tiene muy enfadados a todos sus socios porque no está cumpliendo. Con nosotros, por ejemplo, es incapaz de cumplir con el mantenimiento del impuesto a las energéticas. Pero no formaremos parte de estos fuegos artificiales porque el principal problema es que este gobierno no gobierna. Vive al día y está en una situación de inestabilidad permanente y de incapacidad de avanzar en derechos y plantear un horizonte de transformación para España y Cataluña.
¿Ve Sánchez terminando la legislatura?
— Es que da igual si la legislatura dura más o menos mientras el gobierno esté en parálisis. Da igual el momento en que se convoquen las elecciones porque tienes un gobierno que no avanza en derechos. Lo único que sabe hacer el PSOE son acuerdos bipartidistas con el PP, la derecha está mandando aunque no gobierne.
¿Pero da igual que gobierne el PSOE con la mayoría plurinacional que PP y Vox?
— Estaría bien contestar a esta pregunta mirando los hechos. El PSOE es un partido que te pide el voto para que no gobierne la extrema derecha, pero terminan gobernando con ellos en Europa. La realidad es que, cuando el PSOE tiene todo el poder, no es capaz de realizar una sola transformación.
Sobre el PSOE, en el libro explica una discusión muy dura con María Jesús Montero en medio de la reforma de la ley del sólo sí es sí.
— Dijo: "Firme la reforma, ministra. Su carrera política no tiene por qué acabar aquí". Así funciona el PSOE, porque es cómo funciona el poder establecido, no tolera que un actor político tome decisiones de forma autónoma. Le dije que no firmaría y colgué. Recuerdo llamar a Ione Belarra para contárselo y llorar de rabia.
En el libro, explica que escoger a Yolanda Díaz fue el mayor error político de los últimos años en Podemos.
— Lo que ha realizado la operación política de Yolanda Díaz y de Sumar es entregar todo el poder al PSOE. Éste es un gobierno en el que de facto sólo manda Sánchez. Es lo contrario de lo que necesitamos. Muchas veces decíamos que Podemos es el motor de las transformaciones en el gobierno.
¿Y Sumar no lo ha hecho? Por ejemplo, ¿con la subida del salario mínimo interprofesional?
— La subida del salario mínimo fue el resultado del gobierno de coalición y, previamente, un pacto de Pablo Iglesias con Pedro Sánchez en la moción de censura.
¿Y no habría pasado esto con Yolanda Díaz?
— El hecho es que no está pasando, y que cuando ha pasado ha sido por el trabajo del gobierno de coalición que la propia Yolanda ha calificado de ruido. Los avances fueron posibles porque ha habido incomodidad.
También explica que Díaz y otras personas la vetaron en las generales.
— No sé si hay algo que hablar. El veto a que yo estuviera en las listas o que yo siguiera en el Ministerio de Igualdad no es un problema personal. Es una cuestión profundamente política porque formaba parte de una estrategia de la progresía mediática y política, a la que ciertos sectores de la izquierda se han plegado, para sustituir a la dirección política del espacio y que fuera más fácil que se subordinara a los intereses del PSOE.
¿Existen diferencias ideológicas entre Podemos y Sumar?
— Observa que esta pregunta nunca nos la hacen con el PSOE. No sólo hace falta mirar las diferencias programáticas. Sobre todo hay que mirar lo que está dispuesta a hacer una fuerza política para hacer lo que dice que va a hacer cuando se presenta a las elecciones.
¿Pero no es necesario buscar acuerdos más amplios con las izquierdas para avanzar?
— Sí, y en estos años hemos generado dinámicas de fructíferas colaboración con ERC y Bildu. Esa dirección de Estado, progresista, feminista, plurinacional no puede ser una anécdota exótica. Debe ser un elemento de estabilidad.
¿Tenía constancia de las denuncias contra Íñigo Errejón antes de que se hicieran públicas?
— Desde hace un año nadie puede decir que no lo sabía, porque hubo un testigo publicado en Twitter.
El libro revela que se plantearon dejar a Podemos con Pablo Iglesias cuando Errejón anunció que se marchaba con Carmena.
— Íñigo se había presentado a unas primarias en Madrid tras perder Vistalegre II, y unos meses antes de las elecciones traiciona el compromiso que había adoptado con la militancia y monta otro partido con Manuela Carmena. Creo que Pablo es quien más entendió la trascendencia nacional que tenía ese movimiento, que buscaba primero sacar fuerza a Podemos en Madrid y después poder plantear una disputa a nivel estatal.
¿Pero realmente decidieron dejarlo?
— Sí, había una operación política y Pablo lo vio, y dijimos: "No saldremos adelante". Decidimos dejarlo. Llamamos a Echenique, Juanma, Ione y Rafa y vinieron a casa. Y al mismo tiempo fue también un momento hermoso. Lo teníamos claro, decidimos que lo dejábamos y Echenique dijo que si era necesario se presentaba él, pero que teníamos que continuar. Y al final, pues, seguimos.
También habla mucho de la guerra sucia contra Podemos en el libro. ¿Pero ustedes en los que se han equivocado?
— Hemos cometido errores. En el libro explico, por ejemplo, el error que supuso no presentarnos a las municipales de 2015, porque decidimos poner toda la fuerza en las generales. Pero lo determinante para explicar la evolución electoral de Podemos no son los errores, que existen, sino la guerra sucia contra nosotros.
Podemos Catalunya está ahora en manos de una gestora. ¿Por qué en un partido que defiende la España plurinacional las grandes decisiones siguen tomándose desde Madrid?
— Cuidar el proyecto, y no sólo desde el ámbito estatal, es una tarea pendiente que tiene Podemos. Es un error que hemos cometido y que no podemos seguir cometiendo en el caso de Cataluña por el tipo de alianzas que hemos establecido.
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