Negociaciones para la investidura

Los obstáculos de la investidura de Sánchez

Sobre las negociaciones entre el independentismo y el PSOE para la ley de amnistía sobrevuelan varias variables que pueden complicar las conversaciones

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La comisión negociadora del PSOE por la investidura de Pedro Sánchez, en una reunión en Ferraz

Madrid / BarcelonaMientras Pedro Sánchez ha tenido que redoblar su agenda internacional –ayer participó en una cumbre sobre la guerra entre Israel y Hamás en El Cairo–, las negociaciones entre el PSOE y el independentismo siguen, no sin algunos obstáculos que las complican. Repasamos los principales de estos obstáculos.

Pugna Junts-ERC

El referendo tensó la relación e incomodó al PSOE

Juntos y ERC negocian por separado con el PSOE, no existe coordinación. La prueba de que la batalla eterna entre ambos partidos –con la mirada puesta ahora en las próximas elecciones catalanas– está incidiendo en las conversaciones para la investidura de Sánchez fue la propuesta de resolución que aprobaron en el Parlament hace pocas semanas, en las que después de una negociación tensa ambos partidos se comprometían a condicionar la investidura a "trabajar" para acordar un referendo. Un gesto que molestó al PSOE. A los socialistas también les incomodó que el presidente, Pere Aragonès, fuera al Senado a defender la amnistía, en un intento de sobresalir en unas negociaciones en las que Junts tiene todos los focos.

Consejo de la República

Los inscritos votan si promueven el bloqueo de la investidura

Carles Puigdemont, aún como máximo representante de Junts, es quien pilota las negociaciones con el PSOE. El expresidente de la Generalitat es también presidente del Consejo de la República, el ente que esta semana ha abierto una votación para que sus bases se posicionen al respecto: si promueven el bloqueo de la investidura o no. Las votaciones terminarán el lunes, 23 de octubre. Los principales representantes del organismo, como el eurodiputado Toni Comín, han ido repitiendo en los últimos días que la votación no es vinculante, pero el resultado que salga puede influir en la posición de Carles Puigdemont.

La unilateralidad

La justificación de la amnistía es una de las piezas más delicadas

La ley de amnistía está asumida por ambos lados, pero los motivos que la justifican es una de las piezas más delicadas del tablero: para el PSOE, el olvido judicial del Proceso es un paso más en la pacificación del conflicto y una garantía para la convivencia que, consideran, se ha ganado con los indultos. Por tanto, bajo esta premisa es imprescindible un compromiso de no volver a promover la unilateralidad. En cambio desde Junts no están dispuestos a asumir esta renuncia y consideran que la amnistía es un paso más para seguir el Proceso: de hecho, la semana pasada la insistencia de los socialistas en aparcar la vía unilateral causó ya malestar en Waterloo. Encontrar una forma de encajar estas dos visiones a través de la vía pactada y que ambas partes puedan explicarlo a su electorado es uno de los principales retos de la amnistía.

También Esquerra ve la amnistía como un paso hacia la autodeterminación. El presidente, Pere Aragonès, ha querido reivindicarse esta semana con la vía del acuerdo de claridad –que no quiere vincular a la investidura– y se afianza en una consulta pactada de la que los republicanos quieren que pueda hablarse en la mesa de diálogo.

El mediador

Juntos insiste en un sistema de verificación de los acuerdos

Una de las condiciones de Puigdemont para negociar fue establecer un mecanismo para verificar los acuerdos que desea que incluya un perfil internacional. El PSOE estaría dispuesto a una suerte de comisión de seguimiento. Las garantías de cumplimiento –pagar por adelantado, en lenguaje del líder de Junts– es una de las dificultades. De hecho, la amnistía como mucho podría registrarse en el Congreso antes de la investidura, pero no aprobarse, algo que había reclamado de entrada el expresidente de la Generalitat.

Cercanías

La carpeta económica también incluye corregir el déficit fiscal

El traspaso integral de Cercanías y corregir el déficit fiscal son dos de las tres patas que reclama ERC en el PSOE y que representarían un fruto tangible de su poder negociador. Sin embargo, la prioridad es la amnistía, aunque no quieren dejar en un segundo plano la carpeta económica. La lucha por las competencias del servicio ferroviario es larga y fuentes republicanas admiten que es uno de los retos más complejos para la investidura.

El catalán en la UE

El 15 de noviembre es la última oportunidad para la oficialidad

Que el catalán fuera oficial en la Unión Europea fue una de las condiciones que el independentismo puso para hacer a Francina Armengol presidenta del Congreso. Ahora bien, también exigieron que este compromiso se materializara antes de la investidura y de momento esta cuestión sigue atascada. El 15 de noviembre será la última oportunidad, ya que el gobierno español no incluyó la votación en la reunión en el Consejo de Asuntos Generales del próximo martes. Estos últimos días el Gobierno ha intensificado los contactos con representantes de los Estados miembros para convencerlos y les ha enviado, por ejemplo, todos los argumentos a favor de la oficialidad.

La presión de la derecha

El PP agita la calle y la vieja guardia del PSOE levanta la voz

Sánchez avanza en la amnistía ante la indignación del PP, que está promoviendo varios actos en la calle en contra –hoy mismo hay uno en Toledo–, y la oposición de algunas voces del PSOE, lideradas por el expresidente Felipe González y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. ¿Podría esto descarrilar las conversaciones? Sánchez está religando el partido internamente para que asuma que hay que dar ese paso y desde el PSOE se muestran convencidos de que no habrá fractura interna.

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