Crónica

Reencuentro sin mascarilla ni hielo hidroalcohólico

Fernando Simón se reencuentra con Salvador Illa y la exconsejera Vergés en un Parlamento donde ya no hay mascarillas ni distancias de seguridad

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Fernando Simón en el Parlamento.

BarcelonaFaltaban diez minutos para las 13 h cuando, en el Parlament, dos personas del equipo de Salvador Illa arrancaron a correr hacia la escalera noble de la cámara. Se dirigían a cocida corrientes a dar la bienvenida a un invitado singular: Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y una de las caras más visibles durante la pandemia de cóvido-19. Mientras en el pleno terminaba el debate sobre el Código de Finanzas Públicas de la Generalitat, Simón enfilaba a paso ligero hacia el despacho de los socialistas. Allí le esperaba su antiguo jefe: el exministro de Sanidad Salvador Illa, al que ahora ya no preocupan la curva de contagios o las PCR, sino hacer oposición al Gobierno de Pere Aragonès (que en la sesión de control ha recibido de lo lindo por su gestión de la sequía).

Simón ha aprovechado una estancia en Barcelona por motivos profesionales para realizar una visita a la cámara catalana. Sin mascarillas ni distancias de seguridad, el médico ha podido abrazarse con todas las autoridades que se han acercado a saludarle antes de que le hicieran una pequeña ruta por el Palau del Parlament. Próximo y cordial, Simón ha explicado a los periodistas la razón de su visita a Barcelona: participa en la Conferencia Científica Europea sobre Epidemiología Aplicada a las Enfermedades Infecciosas (ESCAIDE), que entre este miércoles y viernes reunirá a expertos de todo el mundo en salud pública en la Fira de Barcelona. Simón ha celebrado que el congreso, que mantiene el formato híbrido y el presencial, se celebre este año en la capital. "Mejor que Estocolmo", ha comentado, sobre la sede que le acogió el año pasado.

Acabado el pleno, la comitiva que acompañaba a Simón ha recibido dos nuevas incorporaciones. Se ha acercado la presidenta del Parlament, Anna Erra, pero también la ex consellera de Salut Alba Vergés, ahora vicepresidenta de la cámara catalana, con la que Simón mantuvo una relación profesional bastante estrecha durante la pandemia. Fueron horas de reuniones telemáticas, momentos críticos con miles de muertes y decisiones complicadas, como el confinamiento o el toque de queda. Hoy, cuando el cóvid-19 ya no llena UCIs ni asusta más que la gripe, Vergés y Simón se han saludado efusivamente en el Salón Rosa del Parlament. "¡Cuántas veces nos vimos a través de una pantalla!", recordó Simón. Fuentes del entorno de Vergés apuntan, sin embargo, que no era la primera vez que se veían en persona. que se convirtió en los momentos más duros de la pandemia, con reducción de aforos en los plenos, comisiones por videoconferencia y votos telemáticos. Este miércoles, incluso el diputado de Junts Jaume Alonso-Cuevillas se ha tomado la confianza de ofrecer golosinas en el hemiciclo y en los pasillos para celebrar su cumpleaños. Impensable en un hemiciclo donde en el 2020 todo el mundo extremaba las precauciones y procuraba, por si acaso, tener siempre a mano una botella de hielo hidroalcohólico.

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