El PDECat hace un ERE que afectará a toda la plantilla

Se da hasta finales de año para intentar evitar el concurso de acreedores

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La candidata del PDECat, Àngels Chacón.

BarcelonaDespués de quedar fuera del Parlament en las elecciones del 14-F, la situación financiera del PDECat es complicada. A lo largo de estos ocho meses se han hecho ajustes para redimensionar la estructura del partido y adaptarlo a la nueva situación, pero no ha sido suficiente. Según varias fuentes consultadas por el ARA, el Partit Demòcrata ha anunciado un expediente de regulación de empleo (ERE) a sus trabajadores y está previsto que afecte a toda la plantilla, unas dieciocho personas. Se trata del tercer ajuste de plantilla –contando el que hicieron junto con Convergència cuando se fundó el partido– que hace la formación demócrata, pero esta vez la decisión tendrá incidencia en todo el personal que ahora trabajaba para el PDECat.

Paralelamente, según las mismas fuentes, el partido negociará la reestructuración de la deuda con sus proveedores para intentar evitar el concurso de acreedores, a pesar de que no se descarta que se tenga que presentar a principios del año que viene. En este sentido, el PDECat se beneficia de la moratoria concursal que hay vigente hasta el 31 de diciembre a raíz de la pandemia del coronavirus, que permite ganar tiempo a las personas jurídicas que están en una situación de insolvencia para esquivar el concurso.

Aun así, a pesar de que el PDECat acabe presentando un concurso de acreedores a principios del año que viene o haga un ERE a los trabajadores, esto no implicaría cerrar el partido. El objetivo es mantenerlo vivo, con una mínima estructura, hasta las próximas elecciones municipales y los próximos comicios en el Parlament, aunque sea hibernando. ¿Por qué motivo? La operación económica va en paralelo de una operación política que pretende aglutinar todo el espacio de centro catalanista alrededor de la secretaria general del partido, Àngels Chacón, que este lunes ha hecho una conferencia para anunciarlo en el Teatre Nacional de Catalunya. Ya hace meses que el PDECat explora esta alianza con formaciones surgidas de la desaparición de CiU: Convergents de Germà Gordó, Lliures de Antoni Fernández Teixidó y la Lliga Democràtica de Àstrid Barrio. El Partit Nacionalista de Catalunya, liderado por Marta Pascal, se ha tomado un tiempo para reflexionar alrededor de esta cuestión, mientras que Units per Avançar, encabezado por Ramon Espadaler y aliado con el PSC en el Parlament y varios ayuntamientos, se mantiene de momento al margen de la iniciativa.

La idea es unir todas estas sensibilidades para forjar un partido que represente el espacio catalanista, soberanista no unilateralista y de centroderecha, que ahora no tiene presencia en la cámara catalana. Para concurrir a los comicios, sin embargo, la nueva formación pretende contar con los derechos electorales del Partit Demòcrata, puesto que de este modo podría tener presencia garantizada en los medios de comunicación en periodo electoral y más posibilitados de tener representación en las instituciones. El primer reto del nuevo partido, que podría celebrar su congreso fundacional a principios del año que viene, serían las elecciones municipales y los comicios del Parlament, donde tendría que ir al menos en coalición con el PDECat para poder contar con estos derechos.

Con esta fórmula, la actual dirección del Partit Demòcrata podría participar en un proyecto más amplio y con una estructura nueva sin cargas económicas ni judiciales. Aparte de las deudas, el PDECat todavía tiene pendiente de saber, por un lado, si la Audiencia Provincial determina si es sucesor de CDC –y por lo tanto tiene que asumir parte de la multa por el caso Palau, de 6,6 millones de euros– y, por el otro, si la Audiencia Nacional le atribuye responsabilidades en el caso 3% por la misma cuestión, cosa que también podría tener un coste económico. Dos resoluciones judiciales que serían una estocada definitiva para las arcas del Partit Demòcrata.

Elecciones 2023

Hasta ahora los cinco partidos, todos impulsados por ex dirigentes de CiU a excepción de la Lliga, han mantenido contactos permanentes para intentar construir esta nueva formación política. Se han organizado en diferentes comisiones para avanzar en los documentos ideológicos, estatutarios y sectoriales del nuevo partido, así como en la estrategia municipalista. En este campo son claves las elecciones municipales de 2023, con especial énfasis en Barcelona, donde el objetivo pasa por construir una alternativa al proyecto de la actual alcaldesa, Ada Colau.

A pesar de todo, hay que ver si los alcaldes y concejales que se quedaron en el PDECat a raíz de la ruptura con Junts per Catalunya apuestan por esta nueva formación y se mantienen en las filas de Àngels Chacón. De hecho, ya hay alcaldes que están haciendo su propio camino y que no fueron a la conferencia de Chacón. Algunos de ellos, como los de Lloret de Mar, Martorell o Figueres, han registrado la marca local de Junts per Catalunya para presentarse a los comicios y negociar de manera bilateral con el partido de Carles Puigdemont. Su objetivo es blindar las candidaturas municipales que concurrieron a las elecciones de 2019, en las que había dirigentes de Junts y el PDECat. Una fórmula que no necesariamente casa con los planes de Chacón.

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