Sánchez, dispuesto a resistir: "No vamos a aceptar lecciones"
El presidente español, que aspira a limar la relación con los socios, se reunirá con Junqueras y promete a Junts avanzar en los acuerdos
Madrid / BarcelonaPedro Sánchez ha encarado este lunes el balance de año más difícil desde que llegó hace siete años a la Moncloa. En la habitual comparecencia antes de Navidad, el jefe del ejecutivo español ha salido a desgranar con el informe Cumpliendo en mano lo que su gobierno ha salido adelante en los últimos seis meses, pero antes ha hablado sin tapujos de la crisis que acorrala el PSOE y, en consecuencia, el ejecutivo español, fruto de los presuntos casos de corrupción y acoso laboral y sexual entre las filas socialistas.
De entrada, Sánchez se ha defendido: "No aceptaremos lecciones", ha afirmado en referencia a la derecha y la ultraderecha. Pero también se mostró dispuesto a resistir. El jefe del ejecutivo español no prevé unas elecciones anticipadas, es decir, antes del 2027, pero tampoco una profunda remodelación del consejo de ministros, como le ha exigido Sumar, el socio minoritario. De hecho, los próximos cambios serán puntuales y en función del calendario electoral autonómico, apuntó el propio Sánchez en una conversación informal con los periodistas durante la tradicional copa de Navidad en la Moncloa. El primero de estos cambios será el relevo del actual portavoz, Pilar Alegría, candidata socialista en las elecciones del próximo 8 de febrero en Aragón. Sánchez tiene ya en la cabeza el nombre de otra mujer para sustituirla.
A juicio del jefe del ejecutivo español, pese a las horas bajas que atraviesa su gobierno, "a los españoles les conviene [este gobierno de coalición]", sobre todo teniendo en cuenta que la alternativa es un gobierno del PP y Vox: "Sería el mayor error histórico para España", dijo durante la comparecencia de este. Uno de los "hitos" a los que se aferra Sánchez para defender que tiene sentido continuar con la legislatura es la llegada de los últimos fondos europeos antipandemia, unos 25.000 millones de euros. Una partida que, dada la dificultad (y casi imposibilidad) de aprobar unos presupuestos generales del Estado para el 2026, supone un balón de oxígeno a la hora de poder seguir inyectando recursos públicos a la economía.
El otro "hito" es ver que la ley de amnistía llega, finalmente, a buen puerto. En la Moncloa se muestran confiados en que el pronunciamiento definitivo del TJUE vaya en consonancia con la opinión de el abogado general de la UE. Más allá de las consecuencias que esto puede tener en el regreso de Carles Puigdemont a Catalunya, supondría una ventana importante para rehacer la relación con Junts. Sánchez sabe que la posición de los junteros, pero también la del resto de partidos que le invirtieron presidente español, es clave en este objetivo de agotar el mandato.
Foto con Junqueras y acuerdos con Junts
En este sentido, el jefe del ejecutivo español ha empezado a mover ficha, sobre todo después de que en los últimos días y horas haya crecido la presión de este bloque de investidura para que asume decisiones y actúe. El PNV incluso ha apuntado a elecciones al Estado en el 2026.
En el caso particular de las formaciones catalanas, Sánchez ha acordado con el líder de ERC, Oriol Junqueras, reunirse en enero. "Me reuniré. Es mi deber y mi responsabilidad", ha afirmado durante la comparecencia. Éste sería el primer encuentro, como mínimo público, entre los dos líderes políticos desde que Pedro Sánchez es presidente.
Sánchez y Junqueras mantuvieron una llamada en la que el republicano también "sugirió" al presidente español que iniciara una ronda de contactos con el resto de socios de investidura, algo que el presidente español no ha descartado. Según explicó el portavoz de ERC, Isaac Albert, en rueda de prensa, en la reunión de enero los republicanos tienen previsto abordar "el cumplimiento" de los acuerdos pactados para la investidura, entre los que destaca el modelo de financiación singular para Catalunya, y la forma de "democratizar los ámbitos institucionales" del Estado, además de abordar el reformar el PSOE, además de abordar el reforma.
En cuanto a la relación con Junts, está del todo rota y, de hecho, ni siquiera se está explorando la idea de un nuevo interlocutor. Sin embargo, Sánchez está intentado rehacer los puentes desencallando algunas de sus exigencias. Este lunes mostró la voluntad de publicar "pronto" las balanzas fiscales, pero también anunció que se está trabajando para que Cataluña y País Vasco "sean miembros asociados de la Unesco y la Organización Mundial del Turismo".
Ahora bien, mientras Esquerra pide gestos al ejecutivo para solucionar la crisis, desde Junts no están dispuestos a hablar con el gobierno. De hecho, el portavoz de los junteros ha cerrado la puerta a participar en una eventual ronda de contactos con el ejecutivo español: "Ya dijimos que, una vez roto el acuerdo de Bruselas, no negociábamos, no nos reuníamos".
El crédito, en juego
Sánchez, que llegó a la Moncloa tras una moción de censura en el gobierno de Mariano Rajoy (PP) por el caso Gürtel, se juega buena parte de su crédito por cómo pueden evolucionar las causas abiertas a los tribunales por presunta corrupción y que asedian su entorno. En este contexto, ha defendido haber actuado con "transparencia y contundencia" y "colaborando con la justicia". Una respuesta que ha contrapuesto al modelo de los populares: "[El PP] No actúa, y si no, recordemos por qué [Pablo] Casado ya no es líder del partido". Por su parte, los de Alberto Núñez Feijóo han tachado de "mitin" político el balance en la Moncloa.
Pero Sánchez también se juega buena parte de su crédito en cuanto a la lucha feminista, de la que siempre ha hecho bandera, y que ahora se ve en entredicho por elalud de denuncias por acoso sexual en las filas del PSOE, que ha desatado una serie de destituciones y dimisiones. También aquí sacó pecho de la "contundencia" en la respuesta: "El acoso [sexual] y las denuncias no tienen un carnet de partido, pero la contundencia contra eso sí tiene unas siglas, y son las del PSOE", defendió.
Con todo, en este sprint de final de curso Sánchez no ha dudado en presumir de los datos macroeconómicos, aunque el acceso a la vivienda y la cesta de la compra siguen suponiendo un quebradero de cabeza para muchas familias. También ha presumido de las medidas sociales que su gobierno impulsa, como el anuncio de un abono único para viajar por todo el Estado, un compromiso que ya se acercó hace poco más de un año. En la Moncloa llevan tiempo manos y mangas para que el mensaje de gestión acabe calando más que el mensaje de debilidad por los incendios que se le generan.