Pedro Sánchez, a los empresarios: "La concordia también es un valor económico"

El presidente español reivindica el "reencuentro" con Catalunya después de que el Cercle le reclame la concesión de los indultos

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El presidente español, Pedro Sánchez, durando al suya intervención a las jornadas del Círculo de Economía

En junio de 2019, cuando las jornadas del Cercle d'Economia se celebraban todavía en Sitges, Pedro Sánchez limitó su intervención sobre el Procés a una velada crítica al independentismo. “Unidos en la diversidad somos más fuertes”, dijo. Censuró a aquellos que quieren “levantar falsos muros y fronteras” e ignoró el llamamiento del entonces vicepresidente del Govern, el ahora presidente Pere Aragonès, para volver al consenso de la Declaración de Pedralbes. Dos años después, un giro de 180 grados: los dos gobiernos están conjurados para impulsar el diálogo y el presidente español ha aterrizado en la clausura de las jornadas económicas, ahora celebradas en el Hotel W de Barcelona, blandiendo el entendimiento con la Generalitat y la conveniencia de indultar a los presos políticos. No lo ha hecho directamente, pero se le han entendido las palabras que ha dirigido a los empresarios. "La concordia también es un valor económico, y la discordia partidista o territorial también es un lastre económico", ha afirmado, y ha acabado haciendo un llamamiento al "reencuentro" con Catalunya.

Convencido de que "hay muchas más cosas que nos unen que que nos separan", el líder socialista ha dejado claro que "tendremos que encontrarnos y reencontrarnos para poder seguir avanzando", y ha avalado indirectamente la petición que precisamente volvió a hacer hace dos días Aragonès en las jornadas del Cercle para volver al acuerdo de Pedralbes: "Tenemos que volver al punto en el que dejamos de escucharnos", ha convenido Sánchez. Eso sí, después de que el president de la Generalitat avisara a los empresarios de que el diálogo no implicará renuncias por parte del Govern, el jefe del ejecutivo estatal también ha dejado claro que en la nueva etapa hace falta "reconocer que nadie somos los amos de la razón". Unas palabras que no ha oído Aragonés –ha viajado a Bruselas para reunirse en Waterloo con el ex president Carles Puigdemont–, pero sí los consellers de Economía, Jaume Giró, y el de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, los dos entre el público. Al final de su intervención, en todo caso, el socialista ha acabado certificando que "Catalunya necesita diálogo, acuerdo y pacto", y ha pedido el acompañamiento de todo el tejido empresarial en esta tarea. "Esto no lo puede hacer solo un gobierno, ni dos. Es una tarea de todos", ha asegurado.

"Necesitamos estabilidad y unidad política"

Sánchez, sin embargo, llegaba a Barcelona –volverá este lunes, en un acto con 300 personas en el Liceu– con la tranquilidad de quien tiene los deberes hechos. A las puertas de una semana clave para la decisión sobre los indultos, que podrían llegar este martes o el siguiente, día 29, el líder socialista se ha plantado en la capital catalana después de recoger en los últimos días los frutos de la intensa campaña de pedagogía que la Moncloa ha hecho sobre la medida de gracia. Si la semana pasada fueron los barones del PSOE más jacobinos y la vieja guardia del partido, con el expresidente Felipe González al frente, los que aceptaban los indultos, este jueves fueron las patronales catalana y española, así como los obispos catalanes, los que avalaban la estrategia del presidente español de liberar a los presos políticos para canalizar el diálogo con Catalunya. Ha sido precisamente en el marco de las jornadas del Cercle d'Economia que los presidentes de la CEOE, Antonio Garamendi, y de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, se han alineado con el gobierno español, y han desacreditado así la ofensiva contra los indultos que el líder del PP, Pablo Casado, llevó el mismo día al cónclave empresarial en Barcelona.

Pedro Sánchez, que ha centrado gran parte de su discurso en defender su plan de recuperación y que ha garantizado que "España superará todas sus previsiones" económicas, ha insistido, en un dardo al popular, en que "necesitamos estabilidad y unidad política". "No hay ninguna razón que nos impida trabajar todos juntos por los objetivos que nos beneficiarán a todos", ha dicho, en un mensaje que podía ser interpretado tanto a nivel económico como político. El aval lo ha encontrado en el mismo auditorio, desde donde poco antes el presidente del Cercle d'Economia, Javier Faus, le ha reclamado directamente que su gobierno conceda los indultos para contribuir a la "paz social". "No somos ingenuos: no serán la solución definitiva, pero sí serán un paso", ha dicho. Recetando ley, política y palabra como bases de la nueva etapa política entre Catalunya y España, Faus ha roto una lanza a favor de la "negociación" como punto de encuentro entre la unilateralidad y la judicialización.

¿Y cuál tendría que ser el resultado de esta negociación? El presidente del Cercle, que ha pedido "transacción" a las dos partes, ha dado por buena la posibilidad de avanzar hacia un estado federal, pero ha recordado que habría que reformar la Constitución y se ha posicionado a favor de "cambios estatutarios" y del sistema de financiación a corto plazo. La misma línea, de hecho, en la que trabajan los socialistas. En todo caso, ha acabado advirtiendo de que "no hay alternativa a la falta de acuerdo". "La única alternativa es una larga etapa que acentuaría la fractura social en Catalunya [...] y la decadencia económica". La concordia como valor económico que ha vendido Sánchez estaba comprada antes de empezar. "Agradezco el posicionamiento político público del Cercle", ha cerrado.

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