El PSOE cierra filas con los indultos

Los hasta ahora críticos cambian de parecer: González considera "saludable" la estrategia de Sánchez y Bono dice que "no acaban con España"

José Bono y Felipe González durante el acto del 30è aniversario del intento del golpe de estado del 23-F al Congreso  el 2011.

MadridA las puertas de la manifestación de la triple derecha en la plaza Colón de Madrid contra los indultos, el PSOE cierra filas para mostrar unidad de cara a la concesión de la medida de gracia a los presos políticos. Después de las críticas iniciales tanto de la vieja guardia socialista como de barones como los presidentes extremeño y manchego, la última semana ha empezado a hacer efecto la campaña lanzada desde Ferraz –con el ministro de Transportes y secretario de organización socialista, José Luis Ábalos, al frente– para hacer "pedagogia" entre sus filas. Y todavía más después de que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, avanzara este jueves en una entrevista a TVE que los informes del ministerio de Justicia "no tardarán mucho" en terminarse: es cuestión de semanas hasta que se eleven al consejo de ministros para que tome una decisión definitiva.

El lunes el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, consideró "muy importante" el artículo del líder de ERC, Oriol Junqueras, en el ARA, donde avalaba el indulto y cuestionaba la unilateralidad, y este jueves lo han seguido el ex presidente español Felipe González y el ex ministro y ex presidente manchego José Bono, que muestran un punto de inflexión de las filas socialistas con el tema. Durante un acto sobre los 35 años de la entrada en la Unión Europea, González ha hecho una larga disquisición sobre los indultos dando a entender que había cambiado de parecer sobre la estrategia del presidente español, Pedro Sánchez: "No es una evaluación fácil, es difícil ponerse en la piel del gobierno [español], en la intención de distender, pero la intención de recuperar la vía de la política es más bien saludable". Hace solo dos semanas dijo a Antena 3 que "en estas condiciones no concedería el indulto".

Se unía así a las palabras de Bono, que en un artículo publicado en El País titulado Los indultos y el pelotón del odio, sostiene que la imputación de la ex secretaria general del PP y ex presidenta también de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, lo ha hecho cambiar de parecer sobre el tema y la necesidad de evitar rencores. "Un indulto, acertado o estéril, no acaba con España; al contrario, será antídoto al victimismo falsario de los viejos convergentes", escribe el también ex ministro de Defensa, que recuerda que dejó el cargo en el gobierno de Zapatero porque se oponía al Estatut.

¿Ha cambiado algo la carta de Junqueras? A priori parecería que sí. Fue la razón de las nuevas declaraciones de Vara –"la política no son solo gestos, pero este es muy importante", dijo–, mientras que el ex presidente español ha decidido conceder al líder de ERC, encarcelado en Lledoners, el beneficio de la duda. Opina que se dan "síntomas contradictorios" sobre el "recorrido de aceptación de la institucionalidad", pero la composición del Govern pone encima de la mesa que hay "más voluntad de resolver los problemas de los ciudadanos que de pasar por el mismo proceso".

Huir de la foto de Colón

En el fondo, tanto González como Bono admiten que no quieren que se les encasille junto a la triple derecha, y todavía menos cuando faltan solo tres días para la manifestación en Madrid. El ex ministro de Defensa asegura que la manifestación de Colón "no es la solución a nada" y reivindica las siglas del PSOE y el debate interno que ha habido hasta ahora. Pero, para el cambio de posición, ha sido vital la acción de la dirección de Ferraz, así como diferentes ministros socialistas que hace días que establecen la diferencia entre los ciudadanos a quienes les cuesta entender el perdón y la reacción de una derecha que, según Calvo, "no se enfrenta al independentismo sino a toda Catalunya".

También se ha manifestado en este sentido el ministro de Política Territorial, Miquel Iceta, que desde Cuenca ha dicho que "no es extraño que las medidas –como los indultos– cuesten de aceptar", pero ha recordado que era "la obligación del gobierno justificarlas para que los ciudadanos las entiendan y sobre todo vean que se ajustan a la legalidad constitucional". Esta es la condición sine qua non que tanto González como Bono y el mismo Vara han puesto encima la mesa para aceptar la medida de gracia.

También se ha puesto de perfil la líder del PSOE andaluz y candidata a las primarias para decidir el próximo candidato si se avanzaran las elecciones en la comunidad, Susana Díaz, que ha evitado entrar en el terreno resbaladizo de los indultos dentro del partido y una y otra vez ha asegurado que no quería generar más "ruido" sobre el tema. Este jueves lo ha repetido en la SER, donde ha dejado claro que Pedro Sánchez tiene garantizado el control de las filas socialistas a la hora de aplicar la medida de gracia.

La manifestación del domingo, con todo, continúa generando división entre los partidos de la derecha. La organización del acto, la llamada plataforma Unión 78 –que dice ser de "ciudadanos anónimos" pero está encabezada por la ex líder de UPyD, Rosa Díez– ha confirmado este jueves que en el acto no intervendrá ningún representante político del PP, Vox ni Ciudadanos. Los de Pablo Casado habrían conseguido así evitar una nueva foto de Colón y dar munición al gobierno español, que le acusa de "cobardía" por escabullirse ahora de la imagen junto a Abascal pese a "enviar un mensaje de que la derecha española está radicalizada y unida contra Catalunya", en palabras de Calvo.

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