¿Qué posibilidades tiene Salvador Illa de gobernar?

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El primer secretario del PSC, Salvador Illa, este domingo al congreso del partido

Después del 14-F el mapa político catalán cambió con la irrupción del PSC, que sustituyó a Ciudadanos como fuerza hegemónica en el campo dicho constitucionalista. Los socialistas, pues, volvieron y demostraron que la bajada que sufrieron debido a la gestión de la crisis económica de 2008 por parte de Zapatero y el proceso independentista era coyuntural y que el proyecto era “muy sólido”, como recordó Miquel Iceta el sábado en su discurso. Ahora bien, este nuevo PSC no es el mismo PSC que antes del 2010. El nuevo PSC que encarna Salvador Illa es más pequeño, más metropolitano, menos transversal y más conservador, tanto en el eje izquierda-derecha como en el eje nacional, donde se ha escorado claramente hacia el españolismo.

Este movimiento, sin embargo, no es tan solo responsabilidad de los dirigentes del PSC, sino que también es resultado de la aparición, en el flanco izquierdo y catalanista, de un contrincante que le disputa de tú a tú la hegemonía perdida, que es ERC. En efecto, si antes del 2010 el espacio central estaba ocupado por el bipartidismo imperfecto entre PSC y CiU, ahora lo que hay es un tripartidismo entre PSC, ERC y Junts. Son tres partidos que se reparten el territorio y las preferencias ideológicas. El PSC es fuerte en las áreas metropolitanas (donde habita el votante más PSOE, para entendernos). Junts es hegemónico en Girona y la Catalunya Central (donde antes lo era CiU y el votante es más liberal-conservador) y ERC tiene más arraigo en las Terres de l'Ebre y Lleida. Aún así, los republicanos son los que tienen una distribución del voto más transversal, y obtienen resultados satisfactorios y parecidos tanto en el área metropolitana como en zonas mucho independentistas.

Ni Pasqual Maragall

Y aquí llegamos a la gran incógnita sobre el PSC de Illa: ¿qué posibilidades reales tiene de gobernar? Fijémonos en que incluso el PSC más fuerte de la historia en las catalanas, el que encabezaba Pasqual Maragall, tuvo que pactar con dos partidos más para tener la mayoría: ICV y ERC. Y si ni siquiera el gran alcalde olímpico se acercó a la mayoría absoluta (52 escaños en 1999 y 42 en 2003), menos todavía lo podrá hacer Illa con un partido más pequeño. 

En el campo de las alianzas el PSC solo tiene un socio homologable, que son los comuns, con los que ahora mismo solo suma 41 escaños, muy lejos de los 68 necesarios. Así pues, igual que le pasaba a Maragall y le pasa ahora a Pedro Sánchez en el Congreso, es casi imposible que el PSC pueda gobernar en Catalunya sin el concurso de ERC.

El problema ahora, sin embargo, es doble. En primer lugar, la ERC de Oriol Junqueras y Pere Aragonès es ahora un partido grande, que además ostenta la presidencia de la Generalitat. Y en segundo lugar, los republicanos, que ocupan el centro del tablero, tienen más opciones de pacto que Illa. Esto hace que incluso en el hipotético caso de que Illa volviera a ganar las elecciones, incluso con más distancia que los 50.000 votos del 14-F, lo tendría francamente complicado para lograr la presidencia.

En todo caso, el futuro político de Catalunya dependerá en buena medida del duelo que estos dos partidos mantienen por la hegemonía, sobre todo en el área metropolitana. En este sentido, la alianza de los comuns con el gobierno Aragonès-Giró por los presupuestos no es una buena noticia para el PSC. La próxima batalla de este combate entre las dos formaciones tiene un nombre: Barcelona. Ahí se empezará a dirimir este pulso.

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