El PP retrocede hasta los peores resultados de su historia

Alejandro Fernández admite que son unos números “muy malos”

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Albert Llimós
3 min
Alejandro Fernández durante la comparecencia en el hotel Grand Marina de Barcelona

BarcelonaLos diputados del PP siguen cabiendo en un taxi. De hecho, les sobra un lugar respecto al último trayecto. El líder popular, Alejandro Fernández, ironizaba hace dos años sobre la situación en la que se había quedado su partido después de las elecciones del 2017, cuando Xavier García Albiol arrastró a los suyos hasta el peor resultado de su historia: 4 diputados y 185.000 votos.

En 2017, el último escaño lo salvó el PP a última hora. Precisamente, suponía la entrada en el Parlament de Alejandro Fernández, que este 2021 lideraba el partido para intentar la remontada. Pero los populares han visto cómo, a medida que avanzaba la campaña, las expectativas empeoraban, y ayer se cumplían los peores pronósticos: en unas elecciones marcadas por la baja participación y la pandemia, el PP obtuvo 3 diputados y poco más de 108.000 votos.

Unos malos resultados que no escondió Fernández ante el atril. “No soy amigo de edulcorar la realidad. Nuestros resultados son muy malos, no hemos conseguido los dos objetivos: crecer y tener grupo parlamentario”, dijo rodeado de las dos mujeres que lo acompañarán en el Parlament, dos independientes con pasados muy diferentes: Lorena Roldán, ex portavoz de Cs, y Eva Parera, con un currículum variado, de Unió a concejala de Barcelona pel Canvi y acabando como popular.

En su comparecencia, Fernández aceptó que el PP ha cometido “unos cuantos” errores durante esta campaña, a pesar de que no quiso relacionar sus resultados con el ascenso fulgurante de Vox. Así pues, el PP no se hace responsable de la irrupción de la extrema derecha.

Después de haber hablado con Pablo Casado telefónicamente, el líder catalán quiso defender la necesidad de un partido de “centroderecha, liberal y europeísta” en el panorama político de Catalunya. “En una sociedad polarizada, las ideas que llaman al choque de trenes son las que están de moda”, lamentó Fernández, que dijo que la baja participación perjudicó al bloque constitucionalista, sobre todo al PP: “Cuando Catalunya sale a votar en masa, el independentismo se queda lejos del 50%. Creo que aquí ha habido un problema de movilización del votante constitucionalista”.

Desde Madrid, el secretario general, Teodoro García Egea, apoyó a Fernández para seguir trabajando y crear un espacio político para el PP catalán, a pesar de admitir que de estas elecciones sale reforzado el independentismo. “Está más fuerte y el constitucionalismo más débil”, dijo. Mañana el comité ejecutivo nacional del PP analizará en detalle los resultados.

De más a menos

Esta vez el PP no pudo salvar en Tarragona el último diputado, como pasó en 2017 gracias al voto por correo. Tampoco obtuvo representación ni en Lleida ni en Girona, y los tres escaños los consiguieron en Barcelona.

Así pues, la campaña de tono medido de Fernández, en la que hacía gala de su buena oratoria y sarcasmo, marcando distancias con Vox, no llegó a los votantes. La extrema derecha dobló al PP, que no supo pescar en la sangría de Cs, que perdió 950.000 votos. En el debate de TV3, por ejemplo, Fernández fue quien hizo un discurso más contundente para rebatir los parlamentos de Vox, incluso pasando por delante de los partidos independentistas o de izquierda. Pero, aún así, el mensaje popular no ha acabado llegando al votante constitucionalista, que ha visto, además, cómo la campaña avanzaba en paralelo al juicio por la caja B de Bárcenas. Un contexto que ha mantenido al PP en una posición residual en Catalunya.

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