Elecciones en Euskadi

¿Cómo se reparte el poder territorial en Euskadi?

Las diputaciones forales elegidas el 28-M tienen unas atribuciones que restan protagonismo al gobierno autonómico

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la playa de La Concha, en San Sebastián, una tarde entre semana, en una imagen reciente

MadridLa jornada electoral de este domingo en Euskadi, con la elección de un nuevo Parlamento autonómico, completa el ciclo electoral que ha renovado las administraciones vascas. Las alianzas que se fraguaron hace diez meses en la conformación de ayuntamientos y diputaciones forales son las que previsiblemente se repetirán una vez superada la cita electoral que ha seguido la del 28-M. Aquellos comicios fueron una convocatoria doble con especial trascendencia para la estructura institucional del País Vasco, en la que los territorios históricos de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa tienen un papel que va mucho más allá de lo que desempeñan las diputaciones provinciales en el resto del Estado.

En Vizcaya, el más poblado de los tres, gobierna el PNV –que ganó las elecciones en las Juntas Generales, el nombre que recibe el Parlamento del territorio foral– en coalición con los socialistas vascos, que fueron tercera fuerza para detrás de EH Bildu. Un esquema que se repite en Álava y también en Guipúzcoa. En este último territorio, con la diferencia de que el 28-M ganó EH Bildu. Sin embargo, los aberzales no lograron formar gobierno en la diputación porque el PP apoyó una coalición también del PNV y el PSE –segunda y tercera fuerza, respectivamente– para evitar que los de Arnaldo Otegi accedieran al poder.

Los populares hicieron lo mismo en el Ayuntamiento de Vitoria –donde EH Bildu es primera fuerza– y, en este caso, dieron la alcaldía a los socialistas. Se abren a mantener esa política que prioriza excluir a los aberzales tras el 21-A. Por lo que respecta a las otras dos principales ciudades de Euskadi, Bilbao y San Sebastián, se repite la hegemónica alianza PNV-PSE.

¿Qué implica gobernar una Diputación Foral?

"Las diputaciones tienen un papel relevante, porque tienen mucha autonomía para gestionar y hacer política en el ámbito territorial. Son instituciones relevantes desde las que un partido político que gobierna puede hacer valer su capacidad de gestión de cara al electorado ", explica al ARA la profesora de ciencia política de la Universidad del País Vasco Ainhoa ​​Novo Arbona. Los gobiernos forales tienen "importantes atribuciones" en materia de servicios sociales, desarrollo económico, agricultura, cultura o carreteras.

Ahora bien, una de las principales peculiaridades de este entramado institucional es que son los tres territorios históricos los que se encargan de regular, gestionar e ingresar los recursos de los impuestos que pagan los vascos. Son las diputaciones forales las que controlan el dinero y lo transfieren al gobierno autonómico ya los municipios. "El 94% de los ingresos del gobierno vasco vienen de las transferencias que le hacen los territorios históricos", apunta Novo Arbona, quien a modo de ejemplo explica que "Andalucía tiene más autonomía en términos de transferencia que el ejecutivo de Euskadi" .

Sin embargo, "no son transferencias condicionadas". Por tanto, las diputaciones tampoco tienen capacidad de intervenir en las decisiones de inversión del gobierno vasco. Se trata de un "sistema absolutamente regulado" y "engordado", explica la politóloga. Aunque los porcentajes de las aportaciones puedan generar fricciones, se calculan de acuerdo a una metodología estable fijada por un órgano –el Consejo Vasco de Finanzas Públicas– del que participan tanto el gobierno autonómico como los forales, además de representantes de los municipios. Esta coordinación ha funcionado incluso en épocas en las que los ejecutivos eran de colores distintos. "La cultura política hasta ahora ha sido remar juntos en las grandes líneas", remarca la profesora de ciencia política.

¿Qué relevancia tienen los comicios autonómicos?

"El dinero está en manos de los territorios históricos, pero las competencias con mayor peso las tiene el Parlamento vasco", concluye Novo Arbona. Es donde recae la capacidad legislativa mientras que las Juntas Generales tienen una capacidad más limitada a la hora de aprobar normas. Por lo que respecta al poder ejecutivo, los gobiernos de las diputaciones forales tienen plena autonomía para desarrollar las políticas que consideren en sus ámbitos de competencia. Ahora bien, los grandes ámbitos como son la educación, la sanidad o el cuerpo de policía propio –Erzaintza– recaen en el gobierno autonómico.

Se trata, por tanto, de una organización territorial dentro de Euskadi comparable a los sistemas confederales que es justamente la que los principales partidos del País Vasco apuestan por exportar al conjunto del Estado.

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