ANÁLISIS

Salvador Illa, el 'president' que sueña con bulldozers

l presidente de la Generalidad, Salvador Illa, interviene durante la primera jornada del debate de política general en el Parlamento de Cataluña, el 7 de octubre de 2025, en Barcelona. Isla afronta el debate en medio de las tensiones con sus socios de investidura y sin calendario para los presupuestos.
08/10/2025
Subdirector y delegado en Madrid
2 min

BarcelonaDe Salvador Illa se pueden decir muchas cosas salvo que no sea transparente en su praxis política. Illa es un político translúcido. No engaña. Y esto se nota en sus discursos. Y este martes Illa ha dejado claro que sueña una Catalunya llena de bulldozers y grúas, de hormigoneras y ladrillos, y de grandes rótulos en la entrada de cada pueblo donde se anuncien nuevas promociones de vivienda. Pero no pensemos que se trata de una manía desarrollista o especulativa al estilo Josep Lluís Núñez. No. Para Illa poner todos los huevos en la cesta de la vivienda es una "misión de país" que le permite una triple ganancia: impulsar la economía, bajar los precios (si no se provoca una nueva burbuja) y mejorar el espacio público. Y para ello cuenta además con un consenso amplísimo, puesto que prácticamente nadie en Catalunya está en contra de construir vivienda. El debate, si acaso, es qué porcentaje debe ser público.

En este tema, pues, Illa se mueve con comodidad, ya que también le sirve para marcar una diferencia clara con los gobiernos soberanistas. Es un president que no habla de estructuras de estado, de referéndums o de acuerdos de claridad, sino de carreteras y ambulatorios. El cambio respecto a hace ocho años es sideral. Y además lo hace con su particular estilo de alcalde que no está para historias medioambientales. "Lo haremos con respeto al medio ambiente, pero lo haremos", dice con un tono que parece una amenaza más que una promesa: se nota mucho que, de ser por él, ya tendría toda Catalunya levantada en obras como Barcelona. "Hemos radiografiado Catalunya palmo a palmo", ha proclamado satisfecho sacando pecho de un conocimiento del territorio parecido al que tendría un alcalde de su municipio, lo que inevitablemente lleva a pensar en Jordi Pujol pero también en el ADN municipalista del PSC.

En otro momento del discurso, hablando de sanidad, Illa dice otra frase de esas que lo definen. "Basta de hacer diagnósticos, es hora de actuar", dice. El president no quiere memorandos ni informes, quiere propuestas, quiere medidas concretas, quiere planes de acción como el que le ha presentado un grupo de expertos para reformar la administración. Quiere, en definitiva, inaugurar obras y dejar en herencia no grandes aportaciones filosóficas sino cosas que puedan tocarse con los dedos. Y que alguien diga en el futuro: "Eso [sea una carretera, un hospital, un centro de investigación, etc.] se hizo cuando Illa era president".

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