Salvados por el mediador internacional

BarcelonaEs por lo menos curioso que la única vez que trascienda públicamente la opinión del mediador internacional sea para dar aire tanto a Junts como al PSOE. El diplomático Francisco Galindo hizo honor a su origen y se erigió en el salvador de un momento delicado en las negociaciones. No tanto por el contenido como, sobre todo, por el plazo que Junts se había autoimpuesto con la votación de este martes sobre la cuestión de confianza de Pedro Sánchez. El secretario general de Junts, Jordi Turull, se ha deshecho en elogios a Galindo, al igual que durante el fin de semana lo había hecho, desde el otro lado de la mesa, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero.

"Francisco Galindo nos merece el máximo respeto y agradecimiento", "Le agradecemos mucho los esfuerzos que dedica" y "Su función es primordial" son algunas de las florecillas que le ha dedicado Turull. El vodevil de la cuestión de confianza, que empezó con el desafío público que Carles Puigdemont lanzó al PSOE el 9 de diciembre, se cierra después de tres meses sin ningún acuerdo de por medio y con el gobierno español respirando aire limpio hasta el próximo encontronazo con Junts. La tarea de un mediador –o verificador– es encontrar los puntos de acuerdo entre los interlocutores. Por tanto, Junts y el PSOE sabían desde el primer día que a Galindo no le gustarían los ultimátums. Ni unos ni otros quieren romper nada, pero si todavía están bloqueados por el traspaso de las competencias en inmigración, ¿qué pasará si en algún momento deben hablar de la autodeterminación de Catalunya?